ABC MADRID 28-12-1975 página 142
- EdiciónABC, MADRID
- Página142
- Fecha de publicación28/12/1975
- ID0001165782
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OPERACIÓN FRANKTON E STA historia, tal vez la más extraordinaria de los comandos en la Segunda Guerra Mundial, empezó con una carta que lord Solborne, ministro británico de Economía de Guerra, escribió a Churchill el 9 de mayo de 1942. A pesar del bloqueo, los barcos del Eje realizaban un activo tráfico entre Japón y Europa, consistente sobre todo en materiales de importancia estratégica. En lugar de tocar en Bremen o Hamburgo, donde la ruta era más peligrosa, se dirigían a los puertos del sudoeste europeo ocupados por los alemanes, como el de Burdeos, donde solamente en los doce últimos meses se habían descargado unas 25.000 toneladas de caucho para Alemania e Italia. Si estos suministros continuaban, el fin de la guerra se prolongaría cada vez más. Para realizar una operación combinada sobre Burdeos. Churchill estimaba necesarias unas tres divisiones de infantería, más la correspondiente artillería, buques de guerra y aviones. Esto resultaba imposible por el momento. La única posibilidad consistía en efectuar un golpe de mano. En julio de 1942 se reunió en Southsea a un grupo de jóvenes para formar con ellos una unidad llamada Royal Marine Boom Patrol Detachment. Se nombró jefe de la misma al mayor H. G. Hasler, que en su juventud fue gran aficionado a los botes de remo y que ya había propuesto al Almirantazgo en 1941 utilizar canoas para realizar acciones especiales secretas. La idea tomó cuerpo y Hasler realizó un nuevo tipo de canoa, llamada Cockle- Mark- ll con la que se dotó a la recién creada unidad, que fue instruida por Hasler. El arma a utilizar en la operación consistía en la llamada mina magnética, poderosa carga explosiva de espoleta retardada, que tenía la virtud de adherirse al casco de la nave atacada. En septiembre de 1942. tras cuatro meses de entrenamiento. Hasler consideró llegado el momento de actuar y sometió al mando naval un informe sobre la preparación de sus tropas. A los pocos días se le informó sobre el golpe de mano contra el puerto de Burdeos, que había recibido el nombre de Operación Frankton Hasler se mostró de acuerdo en realizar la misión. La expedición se puso en marcha el 30 de noviembre de 1942. Los doce hombres y sus canoas fueron embarcados en el submarino Tuna que el 6 de diciembre emergía ya a unas cinco millas del litoral francés. Se abrieron los tubos lanzatorpedos y comenzaron a salir las canoas. Pero nadie suponía que el submarino ya había sido descubierto por el radar costero alemán. Tras largas horas navegando a remo, a las seis de la madrugada desembarcaban cerca de Point aux Oíseaux. Hacia la medianoche. Hasler y sus hombres reempredieron la marcha. Al llegar el día. nuevo descanso. Y así, hasta el objetivo. En principio, Hasler había fijado el ataque para la noche del 10 al 11 de diciembre. Desembarcamos- dice Hasler- a las 23 horas y perA B C 70 AÑOS manecimos en las canoas. Descansamos esa noche y el día siguiente Por la noche llegaban al puerto. Haciendo acopio de valor y preparación, llegaron hasta los barcos y colocaron las minas magnéticas en los cascos. Algunos fueron descubiertos y murieron. Sólo dos canoas consiguieron escapar. Loa alemanes se llevaron una gran sorpresa al comprobar que, en la mañana del 12 de diciembre de 1942, en el puerto de Burdeos se hundía un barco detrás de otro. Cuatro unidades, perforadas por varias minas, se sumergieron hasta el fondo del muelle. Una barcaza y un petrolero resultaron seriamente afectados. De los cuatro supervivientes del comando, Lavery Mills fueron apresados por los alemanes. El comandante Hasler y su segundo, Bill Sparks, lograron huir, tras obtener unas ropas de paisano. Mientras tanto, las patrullas alemanas vigilaban, el litoral. Todos los miembros apresados del comando fueron pasados por las armas, cumpliendo nuevas instrucciones secretas de Hítler. Al sexto día de marcha, Hasler y Sparks conocieron en una taberna a elementos de la resistencia francesa, que les ayudaron a pasar al otro lado de la línea de demarcación y llegar a Lyon. En esta ciudad se alojaron en una vivienda del barrio obrero; en ella se congregaban los fugitivos para huir a través de España. Hasler y Sparks tuvieron que esperar la ocasión de ser trasladados a Marsella y desde allí al otro lado de la frontera, pasando por los Pirineos. Dicha oportunidad se presentó a comienzos de marzo de 1943. Supieron que el enemigo había descubierto las dos rutas utilizadas hasta entonces a través de los Pirineos, mas durante su espera en Lyon ya se había trazado otra. Los dos ingleses, agotados, sin ropa adecuada ni pertrechos, lo arriesgaron todo en su última aventura: el paso de los Pirineos, temible por aquella época. Hassler y Sparks llegaron a Gibraltar en abril de 1943, y después salieron para Inglaterra, donde les aguardaba el penoso deber de informar a los familiares de sus camaradas desaparecidos. Terminadas la hostilidades se supo que un grupo apoyado por el SOE, perteneciente a la resistencia francesa, fraguaba desde noviembre de 1942 un plan destinado a hundir los mecantes surtos en el puerto de Burdeos. La fecha de su ejecución estaba señalada para la noche del 12 al 13 de diciembre del mismo año. Los obreros portuarios conocedores de lo que se tramaba, quedaron atónitos cuando, en la mañana del 12 de diciembre, misteriosas explosiones atronaron la zona del puerto, y al ver que reposaban en el fondo los mismos barcos que ellos pensaban aniquilar. veinticuatro horas después. Verdaderamente la Operación Frankton fue una de las historias más extraordinarias de la Segunda Guerra Mundial. Hasler instruyó personalmente a los componentes del comando- Todos eran menores de 25 años y se habían alistado voluntarios en la Marina. Hasler utilizaba con ellos una técnica de instrucción sumamente dura. Debían conocer a fondo las canoas. i El comando fue sometido a un entrenamiento especial: navegar sin ruido, procurando no ser vistos y distinguir perfec tamente la silueta de los barcos en la oscuridad. Las canoas podían deslizarse, a plena carga, sobre los lechos cenagosos. El submarino Tuna que trasladó al comando hasta las inmediaciones del litoral francés. Las canoas eran lo suficientemente pequeñas como para poder ser transportadas en los tubos lanzatorpedos. El 6 de diciembre se iniciaba la operación. 1 366