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ABC MADRID 24-07-1975 página 3
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ABC MADRID 24-07-1975 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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BITADO POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA DR ID M FUNDADO EN 18O6? OR DON TORCUATO U 1 CA DE TEMA ABC llazgo secundario en este universal esquema. La filosofía es el último oponente de la religión, pero no ha descubierto nada que la sustituya porque, esencialmente, es antimetafísica. Sus descubrimientos son modelos provisionales que, rápidamente, se sustituyen por otros. Así lo ha demostrado desde su origen la física atómica. Los valores psicoanalistas se atribuyen unas veces a su capacidad curativa de los enfermos mentales. Otras, a su concepción del mundo. Al oír eso, algunos autores lo contraponen al existencialismo o antropología fenomenológica o a alguna otra definición parecida. 1 psicoanálisis, ya en su madurez respecto al hombre, lo conduce en virtud de su esplritualismo. No se extrañe el lector. Lo dice el mismo Preud en su conocida conversación con Binswanger: La Humanidad sabía que estaba dotada de espíritu. Yo debía enseñarle que además tenía impulsos instintivos. Tillich dice que la base común del psicoanálisis y el existencialismo- -en el sentido citado- -consiste en lia protesta conifera el poder creciente de la conciencia en la sociedad industrial moderna. Pero el mismo autor le asigna al conflicto orígenes anteriores, como la contraposición en el siglo XIII entre la primacía intelectual en Tomás de Aquino y la de la voluntad irracional de Scotto. Por mi parte, nunca he llegado a comprender tanto olvido como se tiene en los tiempos nuevos. El psicoanálisis arranca de la hipnosis para florecer gracias a la libido y al inconsciente. ¿Y qué decir de la sexualidad? Galeno decía que el sexo era la causa de desórdenes mentales y físicos. Demócrito creía que la vagina era el origen de inconscientes demonios e innumerables calamidades. Paulus Aiginetti afirmaba que el mejor remedio para la melancolía era la relación sexual. A vicena prescribía dicha actividad para la prevención y cura de los desórdenes mentales. Cabanis, en los comienzos de siglo, decía que la mélancholie amoureuse de la puberté se conf ond avec la mélancholie ascétique Y en una oda de Horacio se puede leer (Odes, I I I V 2) Motor áoceri gaudet iconos, matura virgo íet fingitur artibus Fam urna et incestos amores de teñe mediItatur ungi. Juan José LÓPEZ IBOR li! l! it! l! l! iil lil! i! ll! lll! i! REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 6 Í- MADRID iNSTINTOS COMO MITOLOGÍA (I) S curioso lo ocurrido con el psicoanálisis, sobre todo si se compara con lo que ocurre actualmente. Cuando Freud, habiendo avanzado en el conocimiento de las neurosis, trata de construir un sistema que abarque el proceso de formación de la Humanidad, asegura que Galileo y Copérnico colocaron a la tierra en el centro del mundo, Darwin situó al hombre en el lugar más elevado de la evolución- -tras la aparición, del hombre sobre la tierra- -y en la tercera fase se sitúa al hombre, con su razón, al servicio de sus necesidades. Incluso su religión o sus religiones no son más que proyecciones neuróticas. De esto debería deducirse la existencia de una moral o de una censura para la Humanidad que no podría ser más que freudiana. En verdad que los sueños importantes de Freud no están todos en el Libro de los sueños La verdad, sin embargo, es otra. Las tesis citadas suponen una degradación, origen del malestar del hombre contemporáneo. De ser creado a imagen y semejanza de Dios, se convierte en descendiente o en sucesor del mono. La tierra ya no es el centro del firmamento, sino un planeta más alrededor del soL El instinto se sobrepone a la razón... Durante mucho tiempo el hombre puso su centro en el cielo, con sus planetas, sus estrellas, etc. etc. y dentro de ese orden había un Dios omnipotente e invisible. Después que Copérnico y Galileo elaboraron otra imagen del universo, el pobre hombre no se sintió más cargado con tanta amenaza astronómica pesando sobre él, sino libre ante un universo que tenía más sentido. La idea de Darwin sobre el origen del hombre, se demuestre o no, por una parte, no significaba nada para los pueblos que creían- -y creen- -ett la reencarnación. Ni tampoco para el cristianismo, que sitúa, al hombre en su orden en la creación adquiriendo así una gran dignidad. Porque al hombre lo que le da su dignidad es su razón y su libertad. Y así demostraba su propia capacidad y no se hallaba condenado a ser reducido a hechicero astrólogo en manos de unos y de otros. En una palabra, el hombre tuyo siempre la posibilidad de crear. En los últimos tiempos ha tenido la posibilidad de crear la ciencia moderna. Freud quiso reconstruir el mundo con sus propias ideas. La religión, dijo, es una neurosis universal de la. Humanidad que permite a cada uno tener que evitar y poder hacer frente a los sentimientos y fantasías que molestan o hacen sufrir, aunque sean reales. El progreso de la ciencia, el menguado peso de las creencias en el mundo occidental contemporáneo abonó el terreno para que se avanzase por este camino. La revolución científica contribuyó a demoler la religión tradicional- El psicoanálisis completó la revolución, asegurando que por debajo de la conciencia opera con mayor energía ía subconsciencia oara aumentas la segundad del hombre. Se llega así- al materialismo científico, que concede significación a sus hallazgos, pero considera al hombre como un ha- AQUELLA QUINTILLA E Pemán se escribe y habla mucho ahora en España. Para lo poco que, durante algún tiempo, hablamos y escribimos de Pemán los españoles. Claro que Pemán, ya venerable y todo, sigue escribiendo con su peculiar garbo y lozanía, dentro de ciertas limitaciones a que no es ajeno el vigor físico. Fundaméntalmentalmente, en el alma está la pluma, y el alma escribe por encima de todo; más joven cuanto más experimentada. Prefiero a Pemán con su apellido bisílabo y en aguda. Apellido breve y ágil y eufónico, h a s t a cierto punto impar. Sólo hay un Pemán que puede presidir, por clamor unánime, horizontes literarios de alcance superlativo. Pemán habla cabalmente en sus personajes de dramas, novelas y cuentos, ciñe de alteza y sencillez su poesía, y el artículo de periódico le sale bordado. ¡Ah! y cuando habla, cuando hablaba Pemán... Todo en Pemán es persuasivo y asimilable, grato y ocurrente. Yo- -lo digo de todas veras- -nunca osé enjuiciar públicamente a Pemán. ¿Con qué autoridad podría hacerlo? Me atreví, sin embargo, a echar invitatoriamente una cana al aire cierta vez que a Navarra vino Pemán- -vino al Castillo de Javier- -en un enero invernal como pocos, rehogado en nieve. Le invité a venir- ¡doble osadía! -arracimando algunas consonantes Ven al castillo roquero, fino cantor gaditano con alma de romancero. El cierzo es crudo en enero; junto al fogón pasa, hermano. Y Pemán vino sobre la intensa blancura. Vino a que ía lumbrarada del fogón javeriano en el castillo hecho basílica le enfocase el espíritu selecto y la cara algo reseca. Vino a vivir unas horas donde nació y estuvo correteando de chaval el que después sería apóstol de medio mundo, genial y divino impaciente. Y el caso es que Pemán, pese a tantos méritos indiscutibles, no es todavía premio Nobel de Literatura. Aun cuando sigue siendo, en asomadas risueñas, floración inmarchitable, alegría pascual, luz y sonido, corazón que vale un valer. ¿Dios hará que, al fin, le den ese premio tan merecido? Quizá sí, quizá no. Dios sabe ceñir también otros laureles a quien corresponda, y sabe derrochar otras cosechas en que abundan sus trojes. Entretanto, Pemán toe gusta así, -a secas, sin el don José María que le precede y sin el Pemartín al remate. Pemán, ya de por sí, lo dice todo, sin aditamentos enunciativos. En un pueblo de la Ribera de Navarra- -alguien lo contó castizamente- para evitar cualquier equivoco, encerraron entre paréntesis el nombre preclaro del autor de El Quijote Y la placa rotularía decía: CALLE DE CERVANTES (Don Miguel) En las mil calles que a Pemán- -premio Nobel o no- j- se le dediquen, difícilmente encarcelarán a estas alturas, nuestro don José María. Será CALLE DE PEMAÑ, sin más y por completo. Aquí y en Suecia; en El Cabo y en Malabar. Y si no, ¡al tiempo! Fermín MUGUETA E CONSULTE A SU MEDICO EN FARMACIAS

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