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ABC MADRID 14-08-1973 página 10
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ABC MADRID 14-08-1973 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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FUTUROLOGIA DEL ARO 20001 NO VOLVIÓ LA TÓRTOLA B ERNARD Shaw decía que los escritores de temas económicos, sobre todo les erue se empeñaban en buscarte les tres pies al gato del futuro, debían alquilarse como pronostieadores de las carreras de caballos, ya que ahorcarlos sería una lástima. Y aunque la boutade sigue en pie, fimo amenaza permanente, creemos que bien podría hacerse una excepción en favor de los futurólcgcs tme se esfuerzan en predecir lo que va a suceder a treinta años escasos de distancia. Frcblema tan interesan te y tan apasionado que hay en Estados Unidos una Ccmmission of the year 2 CCC que se ocupa activamente en tales descubrimientos, como también hay en Inglaterra un Commite of the next tirthy years c Comité de los próximos treinta años, con el mismo fin. No sabemos exactamente a cuál de les dos organismos se debe en realidad la perspectiva fabulosa de lo que será la vida humana en esa frontera cronológica que inaugurará el tercer milenio de la Era Cristiana. Pero lo cierto es que ya hay programado un claro y fascinante esquema de la vida dentro de veintisiete años. Esquema que, por cierto, no es tan temible ni sembrío ceme se empeñan en apuntar los eternos plañideros y pesimistas, sino que, por el contrario, ofrece perspectivas sumamente halagüeñas. Para empezar se augura no sólo la pervivencia del sistema capitalista, sino incluso su progreso visible. Lo sentimos por los socialistas a ultranza, que, por lo visto, no habrán evolucionado ni tan rápida ni tan inteligentemente como los aprovechados conservadores, sus antípodas en la economía universal. ¿Quiere el lector enhar con nosotros un vistazo al panorama económico y social del año 200O? Pues, para adelantar, le diremos- -es decir, no lo decimos nosotros, sino los futuróloges del momento actual, especialmente dos fenómenos de la previsión que se llaman Diether Srolzer y Hermann Khan, los dos teutones, por más señas- -que el mundo habrá progresado e n o r m emente, pero con una pequeña sombra de injusticia social y distributiva, a saber: que, como ya pronosticó Marx, los países ricos serán más rices y los países pobres no lo serán tanto, en términos absolutos, pero sí en términos relativos. En otras palabras: que si en 1365 los países ricos y prepotentes eran 12 veces más apulentcs que los países pobres, en el año 2 CC 0 serán 18 veces más acaudalados. Esto quiere decir que la conquista de la felicidad económica y de la comodidad social se habrá hecho, principalmente, para los países superindustrializadcs. Los países pobres lo serán menos- -comerán y vestirán tal vez mejor que ahora- pero se encontrarán a mayor distancia de los realmente privilegiados. Y esto quiere decir, además, que lo que aquel tétrico e ilustre clérigo cascarrabias que fue Malthus dijo sobre el crecimiento demográfico en progresión geométrica y el crecimiento de les víveres en progresión aritmética- -con lo cual está claro que tenía que cogernos el toro del hambre- -fue una solemne falacia. Lo verdadero es que, desde ahora, lo que crecerá en progresión geométrica y aún mayor serán los recursos disponibles, aunque la explosión demográfica también sea un hecho cierto: se espera que la población mundial está en esa fecha entre los seis mil doscientos y los seis mil cuatrocientos millones de seres. ¡Pero, amigos, se dice- -con fundamento científico, sin duda -que el producto bruto de la Tierra se habrá multiplicado por cinco en los veintisiete años que quedan para coronar el año 2020. Eonde se van a producir transformaciones casi milagrosas va a ser en la distribución de los hormigueros humanos que constituyen hoy ya la preocupación de colectividades y Gobiernos. Porque las ciudades, que están creciendo a un ritmo endiablado en tedas las partes del mundo, lo van a ser aún en mayor proporción cuando se doble ese acabado fantástico del año 233 Por ejemplo, y en lo que a les Estados Unidos se refiere- -no hay más remedio que referirse a Yanquilandia cuando de registra pasmos y sorpresas se trate- en Yanquilaxtdia, decimos, habrá tres aglomeraciones monstruosas, que responderán a les nombres de Ecswash de Chipitts y de San San ¿Que cómo se habrán formado esas ciudades gigantescas? Pues la primera, a fuerza de unirse, sin solución de continuidad, Bostcn y Washington; la segunda, de la fusión fie Chicago y Fittsburg, y la última, por la amalgama de San Francisco y San Diego. ¡Ah! y no digamos nada de lo que teurrirá en el Japón, donde toda la costa occidental, desde Tokio a Osaka, será una sola y única ciudad, con muchos millones de habitantes. Como Boswash tendrá 80 millones y Chipitts 40, ¿hay quien cj ¿más? Antonio DE MIGUEL ESDE hace unos veinte años, todos los meses de julio, hacia el día 15, con diferencia de uno o dos días, no más, venía al jardín de la casa donde vivo en Chamartin una tórtola, que acudía puntualmente a la cita La veía apoyada en unos altos cedros que circundan una fuente, bebiendo y bañándose en un pequeño chorro de agua que dejo corriendo todo el año para los pájaros de los alrededores, que saben que allí van a poder apagar su sed, hoy nada fácil de encontrar por la falta de fuentes con agua corriendo. Las tarifas de los canales de Lozoya y Santillana saben por qué. ¿Qué le ha pasado a mi tórtola este año que no acudió a nuestra cita? ¿Habrá olvidado el camino? ¿Habrá tenido mala suerte y se ha cruzado en su vuelo un cazador con lamentable certera puntería? Reconozco que no es para estos tiempos que vivimos comentar estas pequeneces con vida de quien en otras ocasiones me he ocupado. No pegan en un mundo de secuestros, violencia y agresiones del hombre con carácter universal. Pues a su pesar, sigo pensando en mi tórtola. ¿Por qué vino el primer año y por qué no ha vuelto? Una tórtola con suerte tiene de vida de doce a catorce años. ¿Quién enseñó el camino a nuestra tórtola? La primera vez que la vimos en el jardín, siempre solitaria, hace más de veinte años, y por lo tanto no podía ser la misma. Lo que es cierto es que era un paso de tránsito, haciendo una parada confortadora de unos días, para después continuar su destino. Yo la dedico este peque. lo, pero triste recuerdo, pensando en tantos seres humanos, que perdieron su camino sin que supiéramos ni dónde ni por qué; ellos quizá supieron dónde, pero no por qué. Mariana F. ZUMEL peni éne

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