ABC MADRID 15-04-1970 página 119

PAGINAS DE ESPECTÁCULOS PROSCENIO ADIÓS PRICE El Circo de Price ha cerrado oficialmente su pista a los espectáculos típicamente circenses. Su última temporada ha terminado. Para la próxima ya no se iluminarán los focos, ni sonará la fanfarria bajo la histórica y prestigiosa carpa fija de la plaza del Rey. Eso que se llama progreso urbano elimina del centro de la Villa uno de sus más antiguos y peculiares centros. Con este final, lleno de melancolía, coincide el final de una carrera ilustre: Pinito del Oro, la estrella del trapecio aplaudida y admirada por todos los públicos del mundo, ha querido decir adiós a la emoción, al peligro, al aplauso de las postas de circo en la entrañable, vieja y querida pista del Circo de Price. Así es como Madrid se queda sin circo fijo, sometida al caprichoso itinerario de esas caravanas nómadas que aquí y allá, por imprevisibles rutas mundiales, alzan sus toldos, cierran sus jaulas y encienden ante el espectador el aullido de sus fieras, el rugir de sus leones, el ¡oh! de pavor de las multitudes, la carcajada inocente de sus payasos. Madrid dice adiós con ternura, con nostalgia recién nacida al Circo de Price a través de estas páginas de Proscenio Madrid espera de su alcalde la más diligente procura de un nuevo solar para que en él, como un ave fénix de los milagros circenses, renazca Price armado de todas sus armas funambulescas, con sus malabaristas, sus tozodos, sus domadores, sus equilibristas, sus acróbatas, saltadores y trapecistas, porque en este mundo en el que la ciencia y la técnica aspiran a reducirlo todo a la perfección aburrida de lo matemático, las multitudes necesitarán siempre el fervor inocente de lo milagroso, de lo gratuito, de lo que sólo puede darnos el Circo. Madrid, al decir adiós a Price, queda en el anhelo de su resurgimiento. Ya no volverán a darse cita las multitudes matritenses ante los atractivos programas circenses de la plaza del Rey. Pinito de Oro, en la noche de su definitiva despedida de Prlee. 1