ABC MADRID 05-04-1966 página 44
- EdiciónABC, MADRID
- Página44
- Fecha de publicación05/04/1966
- ID0000775196
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SAN BORONDON, SUEÑO DE AYER Y DE HOY Por ¡osé Félix NAVARRO Haliftx (Nueva Escocía) 1966. -Cristóbal Colón pudo haber seguido los pasos de San fíotonúén, según ha declarado en una entrevista de televisión el vecino de esta ciudad e investigador Louis Lourasaiss. (De los periódicos. LLÁ ei señor Lourmais con su teoría. No vamos nosotros a sacar de quicio las cosas de Colón. Ni vamos, siquiera, a ocuparnos del legendario San Borondón, el monje con botas de siete suelas. Pero como de asunto de descubrimiento se trata, sí queremos hablar de otro San Borondón. Es decir, una San Borondón, ya que es tierra- -o. al menos, lo parece- y tierra, además, viajera. Que es lo raro. Louis Lourmais sólo nos ha deparado, al citar el nombre de San Borondón, la oportunidad de recordar el viejo espejismo, siempre misterioso y siempre actual. Y vamos al grano. En una ocasión hemos escrito que el triángulo posee vocación de infinitud. Y que tal vez por eUo sus vértices- -o sus lados, que tanto monta- pueden ser vigías del misterio, de la bruma o del vacio. En Canarias, mirando las costas de América, sus tres islas más occidentales- -La Palma, la Gomera y 1 Hierro- -son tres vigías de piedra, tres vértices para un buen triángulo de sueños. Y como a orillas del mar se pierden la vista y la imagina áón. a bordo de esos tres navios inmóviles andados entre las olas- -los más extremos de las siete islas- -todas las visiones deben ser posibles. Y hasta es seguro que en uno de ellos tan sorprendente como el Hierro- -proa del archipiélago hacia el Oeste- -quizá más que en ninguno de los otros dos. Parece que en el Hierro se aprecian, en mayor manera que en sus restantes hermanas, claros síntomas de destrucción. Su tierra se desmorona Aunque nadie se alarme: anda asi, en trance de muerte, desde centurias. Ya en 1807 escribía el doctor Escolar y Serrano, que la recorrió en misión real: No se da paso en esta isla, no se coge piedra en ella, ni se vuelven los ojos hacia parte alguna donde no haya pruebas evidentes, señales manifiestas, del fuego abrasador de sus volcanes y ruinas espantosas que el mar embravecido de Occidente le causa de continuo. El Hierro es tierra de contrastes: al atardecer, desde la atalaya de Jinama- -ya lo dice Luis Diego Cuscoy- como visión de paleta encantada, surge de entre la bruma el rumoroso arco del golfo, todo él dorado, negro y verde, limpio remanso de profunda paz. Pero también posee sus nocturnos de Walpurgis, y así escribe Enrique Nácher que sus noches de vendaval, por las alturas del Bailadero, son pavorosas. Los aullidos del huracán, el fragor del oleaje y el sombrío retumbar de las rocas que se desploman desde las cimas a la espuma vienen a ser como voces de un aquelarre gigante. Por último, en la cercanía de sus montañas volcánicas, junto a sus calas agitadas y profundas, existen unos islotes- -los roques de Salmor- donde aún arrastra su vida, recuerdo de lejanas edades, un fabuloso lagarto: el lacerta simoay En el Hierro vivió- -dicen- -el garoé un mítico árbol que robaba el agua a la niebla para darla, providencialmente, a las tierras resecas. Y en los inaccesibles basaltos del Hierro están grabadas para siempre, sm traducción posible, palabras de otras eras perdidas en el tiempo... Y, al fin, San Borondón. Desde la isla de La Palma- -corazón de piedra- -a veces se le ve, a veces no; más no que si. Desde la Gomera- -trébol de rocas- -casi nunca nada. Desde el Hierro- -misterio petrificado- siempre. Porque en este navio de lava, con varios millares de habitantes cercados por costas cortadas a pico- -paredes del silencio- -ha de vivir, forzosamente, el sueño; cualquier sueño. Todos tos sueños posibles e imposibles. Y, entre ellos, el de la Encantada la Non Trabada la Encubierta la Aprositus o Inaccesible La octava de las Canarias, que aparece desaparece a su y capricho. La que también llaman Isla de San Blandón, San Brandan o de San Borondón. Espectro o espejismo, suspiro de la Atlántida o hechicería medieval, sueño de antiguos o delirio moderno como escribiera Ignacio Aldecoa. Sin embargo, fantasma o no, la isla del misterio ya la citaba Ptolomeo. Y figuraba en el mapamundi de Jacques de Vitar, y en el Imago Mundi de Robert d Auxerre, de 1265. Pero- -estamos al comienzo- -también figuraba en la célebre Carta de Picignano, de 1367; y en el mapa de Weimar, de 1424. Y no finalizó el siglo XV sin que apareciera en otro mapa, el de Beccaria, de 1435, además de en el mapamundi de Fray Muro, en 1457. ¿Quieren ustedes más? Pues hay más: por 1704 aparece también en mapas franceses, y, para colmo, en 1755, Gautier la sitúa, con precisión desconcertante, a tos 5 Oeste del Meridiano del Hierro y a los 29 de latitud Norte. 3 siglo XVI fue pintiparado para los viajes. Y, claro está, San Borondón, la Isla Viajera, no e libró. Dos vedaos de Gran Canaria: ano. Hernando Troya; otro, Fernando Alvares, salieron en su busca justamente en 1526. Pero volvieron como fueron: con aire entre las manos. Por 1570- -año óptimo para San Borondón- -don Hernando Pérez de Grado, primer regente de la Real Audiencia de Canarias, seguramente cansado de tanta historia en torno a la Non Trabada acordé provisión para que se averiguase quiénes la habían vislumbrado desde nuestro triángulo de sueños es decir, desde La Palma, la Gomera o el Hierro. Los de la Gomera cerraron la boca. En La Palma sólo un portugués de Setúbal, un tal Pedro Vello, dijo no sólo haberla A