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ABC MADRID 25-01-1964 página 3
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ABC MADRID 25-01-1964 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DI ARI 0 IL U SDE INTR ADO F 0 R MA CI 0 N GENERAL FUNDADO EN 1805 POR DON TORCUATO i- UCA DE TENA ABC PABLO, puede ser deseado porque en el alma cabe todo el universo. No hay libertad como la del que tiene como radio de sus ambiciones el infinito. Porque todo entra en el ámbito de su querer y de su renuncia. Por eso San Pablo puede gritar: Sed libres. Y entre los que están revestidos de Cristo no haya distinción. Ni de judío ni de griego, ni de siervo, ni libre como dice en la Epístola a los Gálatas. Y al llegar aquí tenemos que proclamar la maestría noble, ajustada a la idea con solemne precisión, con convincente emotividad, de la literatura paulina. Si en alguna de esas encuestas apuradas nos preguntaran por el primer escritor, no dudaríamos en poner a San Pablo. Su fuego es compatible con una claridad que nos permite intuir la raíz de las ideas. Su magna doctrina la expone con esa armoniosa sencillez que la mantiene actual en todos los tiempos, eligiendo los términos más plásticos, los giros que entran rectos en el corazón de las multitudes. Pero todo ello con el grave curso dialéctico de quien tiene que predicar en el Agora, uniendo el ardor misional con la elegancia de unos períodos que se suceden como- los pliegues de una toga. Y hasta en un cierto mimetismo en su escritura, haciéndose más sobria y rotunda cuando habla a los romanos y más metafórica cuando se dirige a los hebreos, con profetismos de tipo bíblico y alusiones a los hombres que por la robustez de su fe, cerraron bocas de leones y apagaron el vigor del fuego Es esta capacidad de adaptación a todos los ambientes, lo que le permitió ejercer su apostolado entre los griegos. Cierto que sus grandes lecturas hicieron posible esa comprensión del helenismo. En carta pide a Timoteo, cuando venga de Troade, el capote que dejé en casa de Carpo. Y los libros, mayormente los manuscritos Pero no es con halagos como tiene que luchar con los atenienses. Según se describe en los Hechos de los Apóstoles los atenienses todos y los forasteros residentes allí, no tienen tiempo sino para decir u oír algo nuevo Y lo más nuevo que podían escuchar era una doctrina sin mesura, una fe que destruyese cánones y limitaciones intelectuales con un Dios sin principio ni fin. Bien se había dado cuenta San Pablo de la D IAR I0 IL us TRAD 0 DE ÍNF 0 RM A CI 0 N GENERAL psicología d e este pueblo cuando, en la Epístola I a los Corintios, dice que los judíos piden milagros y los griegos sabiduría Pero Pablo huye de la sabiduría encerrada en la razón y deslizada por mesuradas y lógicas cláusulas. De ese diálogo, que se va acercando no a la Verdad sino a las verdades, por deducciones graduadas y sensatas. Y San Pablo canta a la insensatez. La predica hasta con un punto de desdén y de ironía hacia su tan razonadora mentalidad. Porque si loqueamos es para Dios. Y si estamos en seso para vosotros dice en la Epístola II a los Corintios. Y proclama la fatuidad de la ciencia. Y con provocación, casi con desafío a los filósofos epicúreos y estoicos que conversaban con él les dice, que, plugo a Dios salvar a los que creyesen en El por medio de la locura de la predicación Que su Dios, esto es Cristo crucificado, es locura para los gentiles Ya no cabe una mayor condenación de la cultura pagana basada en el valor del conocimiento racional. Hablo como en locura. Y para reafirmar esta ansiedad de infinitos, esa descomunal paradoja insufrible para los oídos de los filósofos, de entrar en Dios por la carne de Jesucristo manifiesta que a lo insensato del mundo eligió Dios para avergonzar a los sabios Sólo en el alma está ya la Verdad. Y en el alma capaz de amor. Nuevo sentimiento que la nueva doctrina trae al mundo. Es entonces, solemnemente, entre numeradas columnas, cabe esos pórticos y estatuas que hasta entonces habían sido considerados como el módulo de la belleza, cuando San Pablo ahuyenta los dioses del Olimpo y derriba ídolos de museo y templos de mármol, creando un nuevo santuario para la divinidad, y la versión de un Dios con el universo como su criatura. Ni habita en templos fabricados a mano ni es semejante a una escultura del arte Se abre entonces todo un fondo de horizonte que los más ardientes anhelos de infinito, no podrán nunca alcanzar. Nuestra civilización comienza. Ya el alma se desliga de la materia. Pero la materia queda también sacralizada por formar parte del cuerpo de Cristo. El proceso de la humanidad se convierte en progreso El tiempo ya no es una inerte repetición, sino sucesión, cuyo final, como el de los ríos en el mar, está en las manos de Dios. Todo se sumerge en su seno. Como dice San Pablo en la Epístola a los hebreos, Nuestro Dios es mego consumido Todo se abrasa en su poder y en su amor. Pero hay también otra magna definición que conviene más a la mentalidad occidental y que ha cancelado todo el mundo antiguo, encerrándolo en la historia y en la erudición. Dios es Espíritu dice el Evangelio de San Juan. Y Pablo, en esa locura que le posee, repite en la Epístola II a los Corintios Dios es Espíritu Ya todas las criaturas se arrebatan hasta lo absoluto. Ya el hombre es su alma. Sólo su alma. Es decrjp, su capacidad de eternidad, su voluntad de eternidad. Todo lo que es espíritu- -todas las humildades- -está ya dentro del Espíritu. José CAMÓN AZNAR AN Pablo desde nuestros tiempos, intérprete del presente y de los futuros. El santo intelectual, el tenido por loco a causa de sus muchas lecturas el que integra raza y pueblos en la misma creencia, el viajero, el que concibe la predicación como contacto personal y humanísimo con todas las comunidades, y el que interpreta las doctrinas de Cristo desde un sentimiento absolutamente nuevo para el mundo: desde la caridad. Ha llegado la plenitud de los tiempos y ahora, ya redimidos, no hay siervo, sino hijo dice en la Epístola a los Gálatas. El que define la caridad en la Epístola a los Celosenses con estas tremendas palabras: la cual es el vínculo de la perfección Ya hay canon para juzgar los actos humanos. Ya hay una escala de valoración, ya podemos calificar a las criaturas según los grados de su caridad. Y cuando ésta es total y exhausta, cuando nos aniquilamos en la caridad, hemos alcanzado la corona de la perfección. Desde San Pablo, Jesucristo se nos aparece como la expresión caritativa del Padre. Y una inmensa tienda de piedad cubre al mundo. Ya la caridad es el numen del universo. Y como esta dación es eterna y como es el mismo Dios el que se ha convertido en raudal caritativo, San Pablo en la Epístola a Timoteo predica un pánico optimismo: Toda criatura de Dios es buena. Basta con contemplarla desde el ángulo de nuestra capacidad caritativa. Por esto la predicación paulina es siempre oferente. Predica paz, alegría, fraternidad. Como en la liturgia antigua y en los felices hábitos más recientes, aconseja la unión y la enseñanza con himnos y cánticos espirituales, cantando de corazón, con gracia, las alabanzas a Dios Y frente a la candad, el egoísmo. Y frente a la comunidad que brota del mismo acorde en las almas, la soledad excluyente, el rencor como cerco bélico frente al mundo. Por eso puede decir en la Epístola II a los Corintios: No estáis estrechos en nosotros, sino que estáis estrechos en vuestras propias entrañas. En esas avaras entrañas de los que atesoran bienes o ciencia intrascendente. En esas ávidas entrañas de los poderosos, de los que ven el mundo como un botín para sus ímpetus rapaces. La fraternidad más absoluta surge de la identidad de creencias, de sentirse fundidos en la misma llama. No hay yo y tú cuando se coincide en el corazón de Cristo. Y cuando todas las criaturas se sienten liberadas del mal y gozosas en la palma de luz de la Redención. Y ello supera el antropomorfismo helénico. Más allá del hombre. Como un antepedente del franciscanismo, con la creación entera, podemos decir que sacralizada, en todas las briznas. Esa redonda mirada sobre todas las criaturas le permite decir a San Pablo en la Epístola I a los Corintios: De todo lo que se vende en la plaza, comed. Todo es manjar al que el dolor de Dios ha convertido en fruto lícito. Todo puede ser amado desde esos supuestos de castidad, de humildad, de paciencia, de benignidad, tantas veces proclamados en sus Epístolas. Todo está hecho para la boca que comulga. Todo SAN HOY EL ESPECÍFICO DE LAS ESCOCEDURAS

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