ABC MADRID 22-11-1962 página 50
- EdiciónABC, MADRID
- Página50
- Fecha de publicación22/11/1962
- ID0000672567
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J U E V E S 23 DE NOVIEMBRE DE 1963. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 50 lia, con siete hijos, que vivían pobremente liares ni amigos. Como eran mis amigos y en Jovellanos. Era un celoso guardián del soy fiel a la amistad, y en horas de dolor Ejército y cumplidor del deber en las mi- está la prueba, me agencié un salvoconductiones que se le encomendaron. Nunca supe to para visitar a todos los prisioneros de de qué le acucaban, porque entre aquella la República, escrito por Celia Sánchez y El padre Domingo Lorenzo, ex párro- gritería ni se oían los cargos que le hacían. firmado por Fidel Castro, que todavía conSólo oí cuando William Gálvez dijo: Pena v co de Matanzas, relaia algo de lo de muerte por fusilamiento, y será fusilado servo, los para atender aen sus últimos minutos a condenados muerte. Y así estuahora mismo. ¡Traedme el garan (era el ve en- ese castillo, en La Cabana, en Prínque vio garan un fusil con mira telescópica) que cipe, Varadero, Cárdenas, Jovellanos, CoEl padre Domingo Lorenzo, pá- yo mismo lo mataré! lón, Santa Clara, Cienfuegos, etc. donde rroco de Carracedo del Monasterio Lo empujaron por la escalera abajo has- había amigos míos presos, conocidos o no; (León) y hasta abril de 1959 despero presos, y sus familiares me requerían. el patio, donde cayó empeñó la misma dignidad sacerdotal ta estaban esperando, y en mis brazos, que al verme cayó de En honor a la verdad digo que en aqueen Matanzas (Cuba) nos áirige la si- le Padre, úniguiente carta, de contenido impresio- rodillas diciendo: ¡tengo! usted es el acu- llas fechas me dieron toda clase de facilico amigo que aquí Todos me dades los barbudos. Era el 26 de Julio nante san... ¡Ay, mis hijos! ¿Quesera de ellos? y con unos rosarios que llamaban collan ¡Confiéseme, que yo soy católico! 1 Rodea- tos unas medallas y unos crucifijos rega La foto que días pasados fue objeto de metralletas bastante vivos comentarios en periódicos españoles do de barbudos concabo de rodillas y yocer- lados; un gorrito del 26 de Julio sobre ca en mi cabeza y mucho valor, se llegaba a tocorresponde ciertamente al cabo del ejér- pie, de nosotros, el una pequeña un crucifijo, cito del general F. Batista Zaldivar, pre- le oí con confesión y le estola y estaban apu- dos los calabozos, se cruzaban todas las caen absolví; rreteras, guardarrayas, caminos y vericuesidente de la República de Cuba, y es de tos a altas horas de la noche con un buen enero de 195 cuando este cabo, llamado automóvil, salvando gente del paredón... José Rodríguez o Pepe Caliente fue sentenciado a muerte en el castillo de San SeEra ya mucho para mí aquella tensión, verino, de la ciudad de Matanzas (Cuba) después de haber asistido a cincuenta y ocho El sacerdote que le está oyendo en confeamigos fusilados. Estaba cansado, nervioso sión en el patio del referido castillo es el por la impotencia en que me vi de salvarlos gue suscribe, padre Domingo Lorenzo, a en el tiempo y vida terrenal, incluso ni a la sazón párroco en la misma ciudad de los que me habían favorecido antes salMatanzas. Fue el primer fusilamiento en vando a fidelistas a petición de ellos misla ciudad, sin tribunales, sin defensor, sin mos, y desp. ués estos salvados no atentestigos, y sólo una persona hablo, vocifedieron un ruego mió ni de nadie. Todo era ró, gesticuló y sentenció por sí y ante sí; matar, matar, matar... Y después de mueresta persona era el llamado comandante tos me los entregaban pasada la una de la William Gálvez, a la sazón jefe del ejérmadrugada. A aquella hora tenía que llacito rebelde en Matanzas. Fue pública la mar a las funerarias, a los forenses, al Juzvista, con proliferación de fotógrafos, cogado; layarlos, conducirlos a la funeraria, rresponsales de Prensa, pueblo en general, meterlos en la caja y después dar la notique en medio de gran histerismo, deseosos cia a sus viudas, hijos, padres... y las esSe. venganza, de sangre, ebrios de todo, pecenas eran desgarradoras. Había que acomflían: ¡Paredón! ¡Paredón! por todas pañarlos al cementerio, adonde iban sólo los partes, y eran pocas las personas que en familiares y algunos barbudos. Me atreví aquel castillo había que no tuviesen un fua acompañar el duelo- en el cementerio sil o ametralladora en sus manos, jun podede Matanzas y en el de Colón, de La Hatoso revolver al cinto y una canalla cruzabana, y... ya no me dejaban vivir. Era bien ba desde el cuello al pecho y espalda. Eran 9 ías de desenfreno, desbordamiento de to- rados por llevarle al paredón, y me urgían claro el marxismo despiadado y bien ensacios los instintos primitivos del hombre- fiera terminase pronto desde los corredores que yado, y un día me llamaron al cuartel de Salvaje. Era la revolución de los barbudos circundan aquel castillo- fortaleza de tiem- Miatanzas y ine ordenaron que dejase Cuba si no quería ir yo también al paredón por fie F. Castro, que se asienta sobre monta- pos de ya estaba ababas de cadáveres desde 1953- -cuartel Mon- jo con España, y el Williamyo mismo a la ser el único defensor del ejército de Basu fusil. Lo llevé tista y de los llamados criminales de gueeada- -hasta hoy, con la consiguiente ruina rra (que tenían un alma que salvar tam 3 e la patria esclavizada, destrucción de la pared y al ir a vendarle no quiso que lo hiciera: quería morir como un militar. bién) Era un viernes, y el sábado, a las familia, de las instituciones, de la economía, En ese momento, y cuando ya estaba yo cinco de la tarde, en uno de los aparatas de J. e la libertad, de todos los valores morales esperando la descarga, sonó, la voz del Wil virtudes heroicas de aquel país, digno de Iberia salí para Madrid, adonde llegue f liam: ¡Llévenlo al calabozo! Ya no será ín, ejor suerte. el día S de abril de 1959. Muchas más cosas fusilado hoy. Será mañana, cuando todo esto yo sé que no caben en cuartillas. Lo que Conocí al cabo José Rodríguez en Jove- esté despejado, que hay muchas mujeres ilanos. un pueblo de Matanzas, en mis lar- aquí, ¡Llévenselo! Y yo mistno lo con- pasó después todos lo conocemos. ¡Dios dos años por aquella zona, como a su fami- duje casi desmayado a uno de los calabo- salve a Cuba! -Padre Domingo Lorenzo. zos, donde estaba su otro hermano preso también como mudlios; cayó en sus brazos y ordenó el William que todos saliésemos del castillo, que los fotógrafos entregasen todos los carretea de sus cámaras con los negativos, que no guería fotos... Todos los entregaron menos un americano, que con su cámara corría por los corredores en dirección a la reja- puerta, mascullando: ¡AseSallador transparente de parabrisas sinos! ¡Asesinos! ¡Asesinos! Y ésta es la, Impide ía entrada dsogua portas ¡untasdegomo foto en cuestión, única que se conserva en de parabrisas y ventanas. Seca rápidamente. tres partes: una confesándose, otra besando el crucifijo y otra en el paredón, donde se aplazó el fusilamiento hasta el siguiente día al amanecer, que ya no vi, y lo llevaron a sepultar a Jovellanos. Nadie de su familia estaba allí, y al participárselo le hicieron firmar un escrito al hijo mayor aprobando el fusilamiento de su padre, lo que motivó una carta en el periódico ¡Adelante! del señor Pimental recriminando a este hijo. ¿Tor qué estaba yo allí? Habían caído MADEID: Torre de Madrid. Tcléío no 241 22 97. presos muchos amigos míos militares y ciSIstn uidor exclusivo para íspeño BARCELONA: Terminaltur. -Balviles en los distintos cuarteles y prisiones. mes, 18. Teléfono 231 48 14. Deseaba visitarles en aquellos momentos de VALENCIA- CASTELLÓN TARRAGONA- TORTOSA confusión, pena, dolor; cuando estaban sin A. José Antonio, Óó- T. 247 72 49- MADRID afectos y sin permitírseles ver a los fami- ABC. LOS FUSILAMIENTOS EN CUBA CLEAR WIHOSHEELD SEALER