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ABC MADRID 20-09-1951 página 3
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ABC MADRID 20-09-1951 página 3

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MADRID, DÍA 20 DE SEPTBRE. DE 1951. NUMERO SUELTO 70 CENTS. UN MALLORQUÍN -EN SORIA r ÍJNCA podré corresponder a la gratitud que- en. mí despierta el rej cuefiSo de Soria, la noble y vieja -ciudad, castellana, cuya, hospitalidad he disfrutado en mas de una ocasión, go zando de la austera belleza de. sus paisajes y la hidalga condición de sus moradores. Entre los aficionados a nuestra poesía pronto despierta el nombre de Soria el recuerdo de tres poetas proceres: Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego. Todos tres, conquistados por la buena tierra soriana, habían de prestarse a ser sus cantores más entusiastas. Ninguno de ellos era castellano, castellano de la- llanura- o de las. sierr- as céntrales. Gerardo Dié. gó lo era de la montaña santanderina, y Machado y Bécquér, sevillanos. A estas conquistas hechas por la vieja ciudad castellana, sin más armas que la belleza de sus campos y la grave simpatía de sus moradores, ha de añadirse la dé otro poeta que, como Machado y Como Diego, moró en Soria, obligado por sus deberes pedagógicos, como catedrático de su Instituto. No de manera muy diferente habitó én ella, por obligaciones de su Orden, fray Gabriel Téllez, en el siglo X y i l Es, te poeta a que aludo; f ué el ooeta investí- gador de nuestras bellas letras y traductor distinguidísimo de versos de ajeno idioma, Juan Luis Esterlich y Perelló. Llegó a Soria en 1902, y no permanece en, ella sino el curso corriente, hasta 1903. Había nacido en 1854, y él puede servir cronológicamente de eslabón entre la estancia de Bécquer y Ia de Antonio Machado en la ciudad numantiná. Se ha publicado recientemente, por áiligencia de Enrique Sánchez Reyes, la correspondencia de Esterlich con Menéndez y Pelayo, y por ella sabemos la reacción del poeta ante la vieja ciudad. La primera impresión no tuvo nada desagradable. Como a Antonio Machado, debió parecerIe aquel campo un trozo de planeta, por el que vaga errante la sombra de Caín Paro como Machado, había de accionar al polo opuesto de la máxima estimación. Ovidio desterrado me contemplo había de decir, y en verso, para que que. dará bien fija su primera impresión. E in mediatamente empieza a gestionar su traslado a Cádiz, q Ue logra al año siguiente. Pero pronto cambia su opinión sobre la ciudad, y, noblemente, lo confiesa con las más dignas palabras. Su profundo 7 sentidb humano, le hace apreciar los quilates del carácter castellano, lejos de estímulos literarios o cualquier otra aleación adjetiva, más por; su bondad y su valía sustantivas. Asi ha de escribir a distancia de meses de su protesta ovidiana: Te aseguro que no saldré sin pena de esta Castilla la Vieja, -lo mejor de España. ¡Qué primera materia hay en este pueblo! Si no fuera por el rigor del cli, ma... y poique al fin mi interés está en buscar combinación que me Heve a Mallorca, de aquí no saldría, -y no estoy enamorado de esto por el ambiente lite -j rário... Sólo la llamada de su natal Isla do rada le hacía no encontrar apetecible D I A R I O Í. LUS T RÁDO DE IN F 0 R MA Q I O N G E N ERA L como definitiva su estancia- en la ciudad y hasta el Diccionario de Nebrija o El del Duero. Y en et poco tiempo que en Evangelio én- Triunfo dej peruano Ola ella moró quisó- prestada la ayuda de su vide, amigo de Voltaire. actividad en lo que estaba al alcance de Y, esta es la cuestión; en el Cuzco está sus aptitudes. Nombrado jefe de la biblio- todo vivo. Acaso algunas cosas moribunteca del Instituto y de la Provincial, se das. Pero todo palpita, y el historiador interesa por ¿Has, y lamenta que en: la tendría que inclinarse. sobre estas vidas segunda, instalada en unas salas que dan actuales, cuyo secreto se nos escapa. al Norte, sin calefacción y con una temTal vez tienen hambre estos indios cuzperatura mínima de 18 a 20 bajo ce- queños; Sin 1 duda viven miserablemente. ro no sea agradable, ni casi háceaerq, Hay lo que se llama un problema sodedicarse a la bibliografía. La del Insti- cial Como en tantos otros lugares del tuto solicita más su curiosidad. En- el mundo. Y no se puede tener- -nadie, na- Instituto- -dice- -he visto un montón, de die- -la- -conciencia tranquila, Pero el error papeles, procedentes de la antigua Univer- está en creer que podía tranquilizarse sósidad de Osma. Si me quedo aquí, pro- lo con que hubiese menos miseria sólo curaré meterlos mano y ver si encuentro- con que fuese superado el problema soalguna curiosidad, por más qué mis ojos cial ¿No no s producen también, secreta apenas dan- ya para impresos. angustia esos otros indios más prósperos, He querido señalar el paso por Soria que comen a diario y visten bien, y son, de este poeta, y, obre todo, destacar el tal vez, conservadores? ¿Cómo son sus poder de captación de la ciudad, que, vidas? Y, aparte de la pobreza, ¿no hay siendo entre las ciudades españolas de las. el tedio? A veces se piensa que la mprdemás humildes pcjr su población y no de dura de k miseria distrae, consuela amarlas más abundante? en monumentos ex- gamente de él. cepcionales, ha sabido atraer con su simYo quisiera haber- tenido tiempo. Tiempatía y la honrada seriedad de sú trató a cuantos én ella han puesto la. plan- po, por lo pronto, para mirar largamente estos rostros. Pues qué, ta. Buenos testigos los pgetas, y como los- que todas las piedras? Ye ¿no- dicen más creo que que a ella dedicaron páginas o versos este guien mirase hondamente estas si alcaras buen mallorquín, Juan Luis Esterlich, qué descubriría su secreto. ¿Quién será capaz en la intimidad apresurada. de su corres- de- traducir esos ojos cuajados, negros pondencia! con el gran escritor santande- coágulps brillantes, y el pliegue de las borino daba cabida a su afecto hacia la ciu- cas, y Jos. gestos pausados, ausentes, sodad ¿cabeza extrema del Duero, en- palay esas vivas inscripciones de bras tan, justas y tan nobles que. debieran nambúlicos, viejas? ¿Qué quieren, qué eslas arrugas recogerse por los sorianos cómo ejecuto- peran, que pretenden ser? No sabemos si ria- honrosísima. son felices o no, sin duda lo son muy po. José María DE COSSÍO cos, pero no hay que detenerse aquí; de la Real Academia, Es- oañolaT tampoco sabemos qué necesitan para- ser felices. Pero no es ésta la peor ignorancia: es que no, sabemos qué es para ellos ser EL CUZCO EN TRES felices. TIEMPOS Sólo por este camino se podría llegar a entender algo. He a mis amiV T O hay que darle vueltas; no sabe- gos peruanos si- sonpreguntado estas gentes X mos quiénes fueron los hombres de Cuzco. Me han cristianas sí, me han dicho que i V del viejo Perú incaico, cuál fue 1 a hablado de elementos paganos, de forma y el sentido de su vida. Tejidos, mas de deyoción. (Una magnífica sus formonja guacos, piedras. Cráneos trepanados, ins- de Pasajes, que suspira por el puertecito trumentos; ídolos, joyas. Y momias, sobre brumoso, lleno de pesqueros, mientras todo. E s o s tremendos escultores en cuida lindas niñas cobrizás míe ha contamuerto que usaban los cadáveres- -en que pasa cuando los gruvez del mármol, la madera o el bronce- do las zozobras rivales desatan una gaierde para sus teatrales, extremadas, dramáti- posbajo devotos de Ja Virgen de Belén; na las andas cas estatuas. una galerna de Pasajes o- un, temblor Se saben muchas cosas, pero temo que cuzqúeño, como el qué hundió hace un, todo este saber sea todavía sólo arqueolo- año las torres Qe la iglesia. He insistido: gía. Ha faltad quizá, eL hombre capaz ¿creen en otra- vida? ¿Esperan tras la de transmigrar imaginativamente a aquel muerte? Eso sí. Confieso que he respiramundo, de retroceder medio milenio y re- do. Porque aunque tiene razón mi grande construir siquiera un yago perfil de aqué- amigo Gabriel Marcel, y no hay actitud llas almas. -No tuvieron escritura, es cier- más odiosa que la de los que aquietan su to, como: no tuvieron la rueda. Pero no conciencia respecto a las miserias tempotodo son dificultades, porqué, a diferen- rales de sus prójimos, fiándolo todo a la cia de. los egipcios, los hititas, los caldeos, eternidad, siempre, he pensado cofno Unalos micenios, los quechuas no han muerto. muno: Y: si no muero, ¿qué será de mí? No son sólo pretérito. Y si muero, ya nada tiene sentido. Cuzco tiene una Universidad, una CaEn. el Cuzco no hay arqueología. El tedral, un arzobispo; claustros platerescos, está présente en forma sensible. cientos de cuadros, custodias de pedrería, pretérito el Cuzco no tiene historia, sino eso casullas bordadas que vinieron de España Por es historia. De ahí sujncomparable y otras que imitaron, afanadas manos- os- que Yo algún viajero de curas. Tienen prefecto y funcionarios con fuerza. claraespero que caliente, -un hommirada corazón bicornios, Vy soldados, y oficiales- indios bre esforzado, y se adentre por las lagunas y mestizos- que desfilan ton cascó de vuelva acero- en las fiestas. Y un Baratillo donde impasibles de los ojos indios yimperio un inse pueden comprar por pocos soles man- día a la luz con el secreto deltas bien tejidas, peines y cepillos de dien- caico, qué dicen Tahuantinsuyo. tes, candados, gorros, de punto, -amuletos. Julián. MAíhAS

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