ABC MADRID 20-03-1951 página 9
- EdiciónABC, MADRID
- Página9
- Fecha de publicación20/03/1951
- ID0000440116
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A B C EN ROMA CUATRO CARTAS DE AMOR DEL REY ENRIQUE VIII N los archivos secretos del Vaticano se ha producido un sensacional des. cubrimiento; 17 artas autógrafas del famoso Barba Azul Enrique v m de Inglaterra, el hereje que tunda la Iglesia Anglicana y se hace su jefe y definidor. En estas cartas, sin embargo, la política y la religión quedan al margen, y de ellas i las más importantes son cuatro, donde desparrama garbosamente su amor escribiendo a sus bellísimas y desventuradas mujeres, que después de haberse sucedido en el Trono de la Gran Bretaña acabaron trágicamente sus vidas. El descubrimiento de este epistolario ha sido una pura casualidad regalada al insigne historiador inglés Henry Savage, que desdé hace años trabajaba en torno a una historia de las relaciones entre Inglaterra y la Santa Sede. Savage había obtenido de Su Santidad Pío XH el permiso de penetrar y disírutar de los documentos relativos al período de los siglos XV y XVI. Los archivos vaticanos, hasta setenta años atrás, permanecían herméticamente cerrados no sólo a los estudiosos extranjeros, sino a las propias altas autoridades de la Santa Sede; Por excepción- -que la regla siempre la confirme- un pequeñísimo número de personas de la Secretarla de Estado y algunos jerarcas, eclesiásticos podían, en casos especiales y justificados, investigar eh ellos. Y fue- -creo qué en torno al 1890- -cuando León x m que gustaba de cultivar los estudios históricos, tomó en consideración el ruego de algunos so- bresálientes historiadores y hombres de ciencia de aquel tiempo, ordenando la apertura de los archivos secretos a auténticos investigadores- del mundo entero. El levantamiento de este veto produjo estupor y críticas, que el gran Pontífice córtó con este comentario: La Historia es Historia, y ninguno podrá cambiarla. La Iglesia no tiene nada que temer. Al contrario, ganará mucho, porque así se desha- rán muchas de las leyendas inventadas por sus enemigos. Quien se benefició grandemente de esta apertura y de los permisos especiales fue el célebre historiador austríaco Ludwig i von Pastor, que escribió su monumental Historia de la Iglesia, la cual le costó más de treinta años de trabajos y de afanosas investigaciones en los inmensos archivos Vaticanos. Sin embargo, la suerte no le deparó a Pastor la fortuna de estas cartas de Enrique VIH, que han ido a caer en manos de un británico como Savage. Y ante la pregunta que se hará el lector, de cómo un epistolario intimo de uno de las más grandes enemigos de la Iglesia se ha encontrado en los archivos de la Santa Sede y de cómo la Santa Sede no ha querido utilizarlo Jamás, con fines polémicos, sólo podría contestarse diciendo, con Bismarck, que en Boma existe el Soberano mejor Informado del mundo, coadyuvado por una diplomacia de secular experiencia y con informadores por toda la tierra- i Sólo de esta manera se puede explicar que las cartas intimas de Enrique VIH aparezcan al cabo de los Siglos en loa. archivos del Papa. De cómo desaparecieron o se volatilizaron de las manos del Monarca, ¿quién podrí decir nada? Y si llega- E Retrato de Enrique VIII, pintado por Holbeln. ron a Boma antes de su muerte o después, r tampoco nadie podría determinarlo. Sin embargo, es más que probable que fuera después de su fallecimiento, porque si Enrique v m las hubiera echado de menos, habría dado abundante trabajo al verdugo de Londres. De todas maneras, estás cartas demuestran la presencia de la Iglesia Católica en Inglaterra, aun después del cisma, y el historiador Savage ha obtenido permiso de fotografiarlas. Y también demuestran, a lo que parece, que Enrique v m no era exactamente como lo han reflejado la Historia y la leyenda. De las 17 cartas, seis están dirigidas a Ana Bolena, con tremenda pasión amorosa. El valor y la importancia histórica de este epistolario reside Justamente en esta pasión de Enrique v m que por Completarla con el matrimonio, anuncia su propósito de superar todo obstáculo y orear la Iglesia Anglicana. Esta preciosa revelación confirma 1 cómo el cisma fue determinado por el deseo de desposarse con Ana Bolena, á la que califica no sólo Reina, sino todo aquello que una mujer puede ser para un hombre: la amante y la confidente más preciosa Aquel matrimonio lo impidió el Papa negando al Bey la anulación pedida de su primer matrimonio con la desgraciada Catalina de Aragón, hija del Católico Bey de España, Pero las pasiones de Enrique. VIH se enlazaban unas con otras como las cerezas. Y acabó con Ana Bolena, como acababa con todas: decapitándola. El público inglés, que tan morboso interés ha demostrado siempre por el Soberano que fundó una Iglesia, a fuerza de aterrorizar a sus contemporáneos, encontrará motivos de meditación- -incluso religiosa- -cuando dentro de poco Henry Savage publique The love s letters of Henry vm Y es posible que muchos piensen que el anglicanismo se basa en loe fundamentos más históricamente mezquinos, quedarse pueden. Julián CORTES CAVÁNILLAS