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ABC MADRID 11-10-1935 página 4
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ABC MADRID 11-10-1935 página 4

  • EdiciónABC, MADRID
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Don Luis Montes. te todavía y comprende ya. Y en esa edad batida por todas las sugestiones de los que teníamos doce años su reacción en esta España asolada de obsesiones políticas, invadida por la pésima literatura mal llamada social, contagiada por el materialismo y el urgentismo reacciona mandando imprimir la ambición del alma, la pena de no se sabe por qué, la melancolía y la esperanza puntuada por los ángeles, que todo eso es entre mucho más, el estremecimiento poético. Su poesía es inte igentemcnle popular, grave a veces, con esc andalucismo menos andaluz que da Almena a sus hijos. Canta, creo yo, con más sentido lo que se asoma al drama que loque lleva hacia anécdotas de fina marchosería, de estampa donde se recorta un mundo de jacas, flores y mujeres. Asi, por ejemplo, Cuevas del Almanzora, su pueblo minero y africano, le da pretexto hondo de poesía, explicando así el poema de las minas: Eco de golpes lejanos, Je piquetas y azadonen, vivos espectros humanos iterando en los panteones que abrieron bus piopias manos. Diputado a Cortes por Ciudad Real, que venía desempeñando muy acertadamente la Dirección general de Telecomunicación, y ka sido designado para la Subsecretaría de Comunicaciones. Foto Alfonso. ministró. POESÍA Y POLÍTICA La tormenta social y la inquietud política conmueven al mundo. En otros países, como en Francia, aún la atención del público se permite el lu. o y necesidad del espíritu que supone intere arse por la literatura y el arte en incisos logrados, como victorias, a las fuerzas invasoras de la preocupación social, de la obsesión política. España, en eso, vive una época desgraciada. Ni el escritor literario encuentra estímulo en un público mejor que abstraído distraído, ni el escritor político o social acaba de encontrar el nervio trascendente de estas preocupaciones, que dan a su obra una dignidad, una jerarquía superior al interés puramente anecdótico o a los intereses de partido y demagogia. Entre los escasos libros publicados estos días, fuera ds los que el capitán de empresas, D. Manuel Ortega, ha lanzado en sus Ediciones Nuestra Raza me han llegado dos que animan la pluma y mueven al comentario de su ejemplo, de su significación evidente. No pueden ser más dispares en CESAR GONZALEZ- RUANO cuanto a intención y contenido. Del uno, Mensajeras, es autor Miguel Márquez Soler. Del otro, Asesinos de España, Mauricio Karl. Yo quisiera apuntar, sin meterme en Don José Blanco. la crítica de estos dos libros, sino con mo- Señor FYante Christofer, mievo ministro tivo de ellos, cuatro simples cosas sobre su de Dinamarca en Madrid, que ayer preproyección y acento en esta hora indecisa del sentó sus credenciales al jefe del Estado. clima público español. (Foto Días Casariego. Miguel Márquez Soler sale, no sólo al mundo de las letras, sino a la vida literaEste libro abre ventanas a una doble esria con Mensajeras, primer libio y libro de peranza. La esperanza de contemplar su versos, que, como conviene a todo tibio ejemplo, y la esperanza de un poeta. De un brazado de sentimientos puestos en orden poeta que ya es realidad jugosa, oído y sentide poesía, llega a nosotros en una bella edi- miento ción, cuyo simbólico patrocinio no deja de ser curioso. Lo ha impreso un impresor, esAsesinos de España es el tercer libro del critor antes que impresor, Juan Antonio de Zunzunegui, y lo ha lanzado un librero, es- misterioso Mauricio Karl, seudónimo que critor antes que librero, Juan B. Bergua. no pertenece a ninguno de los encumbrados Dos Juanes son sus bautistas. Un piócer jefes de Policía a quienes la malicia de la poeta- -cigarra de su vida- -nos presenta, en gente ha señalado guiñándose un ojo. Maubreve prólogo, la aparición de Miguel Már- ricio Karl es, por de pronto, el caso de quez. Es el sonoro y herido Francisco Vi- triunfo más rápido que se recuerda en la ülaespesa, que como un Uhscs disfrazado de memoria de los libreros españoles. Surge San Sebastián, regresó a su patria con el con un libro, El comunismo en España, donde se revela un temperamento extraordinacuerpo traspasado de saetas doladas. La edad del nuevo poeta es para mí la riamente valeroso y un duende que conoce puerta de su ejemplo Tendrá Miguel Már- secretos políticos, compromisos, planes requez la edad de Cristo. No son, pues, sus volucionarios, etc. con un dominio ciertaMensajeras producto de un empalagoso sa- mente desconcertante. Es el libro de un técrampión de suspiros adolescentes. Ha lle- nico social en el oue apunta, también, un gado a ese puente en que la juventud sien- escritor de fibra. Este esciitor surge ya en Diputado agrario Por Jaén, aue lia sido nombrado subsecretario de Industria. (Foto Alfonso. el segundo libro, El enemigo, cuyo éxito sólo podría comparaise con aquellos éxitos de Blasco Ibáñez, que vendía él sólo más que todos los escritores españoles. Claro está que sería bien pequeño elogio la simple alabanza a la fortuna comeicial. El enemigo es una obra fundamental c imprescindible pai a quienes quieran hoy o en el día de mañana estudiar todo cuanto puede saberse, y que hasta aquí nose sabía de las fuerzas secretas de la tcz olvcón: el judaismo y la masonería. El enemigo consagró la firma intrigante de Mauricio Karl. Se dijo que Karl era el seudónimo del general Mola; otros aseguraban que no era otro sino el Sr. Báguena. Otros que el general Bazán, y muchos que era un alemán, ex anarquista, que había vivido mucho tiempo en Barcelona... Después de El enemigo, ve ahora la luz de l o s escaparates Asesinos de España. Yo creo que aun supera en intensidad a los anteriores. Las acusaciones personales- -con alguna de las cuales discrepamos por cierto- -le dan cierto valor de escándalo sensacional que no es en manera alguna, con ser mucho, el principal valor de una obra donde con todo detalle, aportación de pistas, de pruebas y de documentos, se hace, de entrada, una completa e inédita interpretación masónica de la Historia de España, se tratan luego la personalidad oculta de Largo Caballero, de González Peña, de Azaña y otros españoles, se descubre la tentativa de asesinato al cardenal Segura, se trazan las sduetas de anarquistas y comunistas explicando sus compi omisos y revelando insospechados episodios de su acción subversiva y, finalmente, después di exponer el plan judío, se hacen vaticinios sobre la próxima re olución que, estando en el ánimo y en el temor de todos, por nadie se contiene hasta ahora de un modo visiblemente eficaz. Hablaba antes de que el escritor político o social no encuentra entre nosotros nervio transcendente que dé a su obra una jerarquía superior al interés anecdótico. He aquí a Mauricio Karl, primero en conseguir esa jerarquía gracias al estremecimiento nacional, al auténtico dolor de España que corre por las venas impresas de su nueva obra. Obra impresionante, patética, de minero emocionado que entra en las entrañas españolas y sale pidiendo por Dios que se le oiga lo que ha visto allá donde la inconsciencia de tantos mira y no ve, oye y no entiende.

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