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ABC MADRID 08-03-1933 página 8
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ABC MADRID 08-03-1933 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
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CRITICA Y NOTICIAS DE LIBROS La caída de un Trono de D. Alvaro Alcalá Galiano, por F S. -O. El reino de Dios y su personalidad del Rdo. P fray Vidal Luis Gomara. Otros libros. LA CAÍDA DE UN TRONO. Contiene este volumen los artículos que bajo el mismo títu o dio a luz nuestro ilustre colaborador D. Alvaro Alcalá Galiano en la revista Acción Española. Acerca del cambio de régimen, y analizando el suceso desde el campo monárquico, se han publicado varios ti abajos, alguno con fondo polémico y consecuencias acusatorias contra personas y partidos; pero seguramente estas páginas aventajan a todas las anteriores en el impulso fiscal, en la dureza y concreción de acusaciones, y, por lo que atañe a todo el antecedente preparatorio, en la precisa y razonada estimación de causas y de efectos. Demasiado próximo para nosotros el aconteciD. Alvaro Alcalá miento, es difícil que GctMano, los cronistas puedan proyectar la luz de un examen, objetivo y sereno sobre lo que más importa del proceso, que en la Historia crítica no será mañana el desenlace, sino el curso y las circunstancias activas y pasivas que desde un lado abrieron, y facilitaron desde otro, el cauce propicio para que se precipitara la corriente revolucionaria. Esa parte analítica, de formación v de ambiente, es, a nuestro juicio, la más sólida, profunda y documentada en el trabajo del Sr. Alcalá Galiano. Podrá, acaso, advertirse que la expresión no tiene aquella frialdad de acento con que el historiador relata y califica. Pero el Sr. Alcalá Galiano no es en este caso historiador, sino testimonio, y declaradamente testimonio de parte, y no tiene por qué ocultar la noble p. asión de sus sentimientos y la repulsa severa que le inspiran aquellas faltas de asistencia, de actividad, de celo y de legítima defensa en que incurrieron las personáis y los núcleos que, compartiendo sus sentimientos y convicciones, desertaban de los deberes cívicos, cediendo el campo a los adversarios y abandonando a la Monarquía. El Sr. Alcalá Galiano no necesita apelar a interpretaciones ni a recursos dialécticos, ni a nada que sobreponga el pensamiento a la realidad: le basta la ojeada a la realidad misma, a los hechos visibtes, de vivo y palpable resalte, para llegar a la conclusión explícita de que la caída del Trono no ha sido un fenómeno exclusivamente producido por el embate, sino preparado por el socavón en el mismo campo monárquico; un socavón al que contribuyeron tanto la incompetencia y lenidad de los gobernantes como el egoísmo y la inercia de los adeptos. El Sr. Alcalá Galiano extiende la culpa hasta los episodios finales, en los que señala, con lincas categóucas los últimos pecados del abandono, personificándolos con más resolución ¡uc prueba, a nucstio entender. traba en todas partes, sin que a su avance se opusieran, ni la acción enca mente sagaz de los agentes del Gobierno, ni- -lo que íué peor- -la contraoropaganda i eactiva de los monárquicos. Más adelante completa ese panorama espiritual con el adelanto, al descubierto ya, de las vanguardias revolucíonaiias. iNada se hacía por contiarrestarlas ni por desvirtuar su designio. ¡Ni cómo había de hacerse, si el propio autor, que participaba en los esfuerzos de una escasa Prensa, reconoce que jamás los monárquicos se preocuparon de mantener y difundir periódicos, ni de fundar círculos, organismos, propaganda, acción. bien hallados con la egoísta comodidad de no gastar una peseta ni de imponerse la más leve molestia personal! El Sr. Alcalá Galiano, cuando quiere recontar los defensores de la Monarquía, no puede hallarlos ni en el propio Gobierno FUDXCTSLA MOYAXO. -El brillante escritor Berenguer; y ha de volver la vista a la agrupación de los legionarios por cierto D. Adolfo de Sandoval traza, con su ágil con apreciaciones tan erróneas como la de pluma, en esta novela, que wene a aciccenopinar que en A B C no se debió tratar tar su bien ganado prestigio literalio, la con frialdad a esa entidad. Seguramente, bella silueta física y moral de una scñoiita después de haberlo escrito, el autor se ha- sesoviana, que se desenvuelve en un tierno brá arrepentido de ese juicio. El Sr. Alcalá idilio de amor. La acción tiene por escenaGaliano tiene sobrada inteligencia para es- rio la histórica ciudad castellana del celebre timar que el basamento de la defensa mo- acueducto, y a través de las páginas de la nárquica debió ser de otra amplitud y cariz novela palpitan las dotes de excelente psisocial, y que el problema no se resolvía con cólogo y costumbrista del autor, como lo esa táctica de fuerzas de choque que acreditara también al escribir la novela toel Poder público no podía ni consentir ni ledana Toda hermosa, que tantos elogios meaprovechar. El problema era más anterior íeció de la crítica. y más hondo; de otra táctica y de otra organización ciudadana más eficiente, más civil y más continua. La improvisación de Ex REINO DE Dios Y LA PERSONALIDAD. un estado activo de conciencia política no El reverendo padre fray Vidal Luis Gose puede hacer, y menos a palos. Ni a mara tiene como principa! entre sus varias palos iban a votar algunos monárquicos, aptitudes, la de conferenciante. El pulpito que ahora figuran entre los plañideros. Tes- se convierte en tribuna y la glosa de la Retigos hay de que el 12 de abril, en el Co- velación se cambia en dialéctica de los delegio de la Casa de la Moneda, un elec- beres morales. El padre Gomara encuentra tor, que acudía en un magnífico automóvil así más ancho campo a sus dotes de polepropio, no se dignó votar porque tenía que mista. hacer cola y le urgía marcharse de excurCon una colección de conferencias (la sesión. ¡Eche usted legionarios a ciudada- gunda serie) se ha formado el tomo IV de nos de ese jaez! sus obras completas, que acaba de aparecer Recapitulemos, para no extender excesi- y que se titula El reino de Dios y la persovamente estas líneas. He aquí las deduc- nalidad. Comprende siete conferencias, en ciones que concluímos de los temas que el que sucesivamente va abordando temas tan autor va tratando: Primo de Rivera cayó interesantes como el cultivo de la personatardíamente, cuando casi había asfixiado lidad y el sacrificio de la personalidad en el (él) a la Monarquía. Malogró su obra, de reino de Dios, la vida de relación y las éxitos innegables en los primeros años, al exigencias sociales, Ja amistad, el matrimoresistirse, embriagado por las ovaciones y nio, la posición crisla adulación servil (embriaguez endémitiana ante la justicia ca, Sr. Alcalá Galiano, en unos y en otros social... regímenes) -Al general Berenguer le comTodos los temas peten responsabilidades históricas muy duson interesantísimos ras. Es un hombre de buena voluntad, pero y están sabiamente de sino adverso. El general Berenguer tratados, pero no reerró en los métodos gobernantes. No supo sistimos al deseo de evitar la campaña disolvente. Tomado destacar los que su Gobierno para rectificar a la Dicafectan a las relatadura, prolongó el mismo sistema gobernanciones de amor e indo por decreto, con censura, clausuras, etc. terés entre uno y pero al mismo tiempo, cediendo a la preotro sexo, con todo sión teyqlucionaria. Los monárquicos sin lo que se refiere a la Rev hicieron más daño que los revoluciomoralidad del nonarios- (Aquí dedica un buen espacio a don viazgo y a acierto o Tose Sánchez Guerra y al Sr. Ossorio Gafracaso del matrimollardo. -Otro aparte para los Sres. Alcalá nio. Zamora y Maura (M. con el mito de su La solidez del República burguesa y conservadora, y la ideario del padre ViComo fundamento inicial del estudio, el contradicción con la tra) ectoria que vedal Luis Gomara se autor da en el primer capítulo la exacta mos, y que es inevitable en todas las reve completada con visión de la mina conspiradora. La Mo- voluciones -La Agrupación al Servicio s u c a S f ¡7 0 léxico casnarquía, en efecto, estaba minada por una de la República tiene, asimismo, especia! is- ifj 1 r f j ¡te Hano, pulido y rectenaz propaganda sub crsn a, que se infil- enfoque y mención. F. Ftaal Luis üó- t 0 c o m o u n a espa i a man. Algunas de las principales personalidades que la integran son blancos del ataque ensañado del autor. Les atribuye una actitud tardía y calculista, sin autoridad moral. La crisis del régimen comenzó en el decreto electoral, muv tardío; se precipita con e L retraimiento de Alba, y se agrava con la actuación del Comité 1 evolucionarlo desde la cárcel, a merced de una increíble tolerancia de las autoridades gubernativas. La cüsis ministerial se examina también con criterio severo. La figura de Sánchez Guerra acudiendo a Palacio después de su discurso ele la Zarzuela, aceptando el Poder y yendo a la cárcel con el inconcebible pi opósito de oíieccr carteras al Comité, precede a la cita y calificación del Gobierno Azna- y al episodio definitivo de las elecciones. El a difunto almirante y el que era ministro de la Gobernación no salen bien Mundos de la diatiiba. El libio, especialmente en sus dos punieras partes, es de una gran fuerza crítica y suscitará, de cierto, apasionados comentarios. Pero ni los más opuestos ncgaian que, salvo apreciaciones puramente subietivas, todo el cuadro que el autor somete a nuestra rc isión era la realidad política de España en el bienio último de la Monarquía. -F. S- O.

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