ABC MADRID 10-10-1928 página 3
- EdiciónABC, MADRID
- Página3
- Fecha de publicación10/10/1928
- ID0000204746
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MADRIDDIAJODE OCTUBRE DE 1928 NUMERO SUELTO JO CENTS. ESPAÑOLES DIARIO ILUSTRAD O. A Ñ O V IG ÉS I M O c u A l RT O N 8. 1- -ti i 15 REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN CALLE DE SERRANO, NUM. 55, MADRID ñor. Exportamos nuestros productos- -los general y con- profesiones un poco raras; productos Lope de Vega- -a toda la Améri- como, por ejemplo, toreros, maletas, cómica. En España, estos excelentes, incompara- cos baratos, empleados en empleos pintoresbles- -in- com- pa- ra- bles- -productos están en cos, y cosas por el estilo. Poco a IJOCO han Lope de Vega todos los teatros. Surtimos, sí, señor, a to- ido desplazándose desde la Puerta del Sol En la puerta, en una placa dorada, relu- dos los teatros. Hemos acaparado todos los y la calle de Alcalá, clásicos lugares de sus ciente, dice, Productos Lope de Vega, S. A. teatros; disponemos de todos los carteles; no hazañas peripatéticas, hasta la propia Gran ¿Productos Lope de Vega? ¿Sociedad Anó- se dan en los teatros mejores productos que Vía. Y ahí los veo, plantados varonilmente nima? Eso es: productos Lope de Vega; éstos; los demás son de calidad inferior, en las aceras, con la mirada tendida hacia clavazón, curtidos, encurtidos, fieltros para más caros, menos prácticos. Nuestros via- las nubes. sombreros, leche condensada, papel y obje- jantes recorren toda España, toda Améri (Como si el genio burlón de Norteaméritos de escritorio. Lo mismo da una cosa que ca; enviamos también remesas al extranjeotra. Y lo mismo da todo esto que dramas, ro, a Francia, a Italia, a Dinamarca, a la ca hubiese venido a obligarles a descompocomedias, tragedias, novelas, cuentos, ro- Unión de las Repúblicas Soviéticas. Pero ner aquella noble postura, llena de empaque mances, sonetos, silvas, liras, libros en que esto último, señor, a (título excepcional. No y de aplomo, que han usado sin interrupse mezcla la prosa y el verso, a manera de tenemos relaciones continuadas con la Unión ción desde hace siglos, y les forzase a tener Macedonia de calabriada, de ensalada de de las Repúblicas Soviéticas; somos una que apartar la vista de las mujeres que patodas hierbas, de diversos licores merados. casa seria, señor; una casa de gran respeta- san para contemplar las maravillas del probilidad- -res- pe- ta- bi- li- dad- Pase, pase; las greso. Como si les gritasen imperiosamente: -Pero, bien: ¿podrá usted decirme qué oficinas son amplias, aireadas, higiénicas, ¡Arriba las miradas! significa toda esta algarabía, esta parla, esta con todos los adelantos de la higiene. Treinta Estos, sin duda, son los descendientes, confusión, este embolismo, esta logoma- mecanógrafos, cuarenta botones, sesenta em- pero sm espada al cinto, de aquellos hidalquia? pleados, diez contables, un director, un sub- gos que a su hora dieron tanto que hacer y- ¿Y de dónde sale usted? ¿De la Luna, director, seis inspectores; el personal está que hablar en todo el mundo. Aquellos que de Marte, de Sirio, dé Mercurio? ¿O de la a la altura de la importancia de la casa; fueron tan admirados y temidos, y, por con ¡Estonia, la Australia, la Groenlandia? en provincias tenemos sucursales; en Bar- secuencia, tan aborrecidos. Oigamos a Racelona, Sevilla, Valencia, Coruña, Vallado- be ais, cómo en un lenguaje grotesco los in- ¡Por favor! lid, Cádiz, Alicante, Zamora, Santiago, los crepa: Ces hidalgos bourrachous marratu- ¡Por piedad! Productos Lope de Vega gozan de g? an acep- ses comme diables Ahora, los descendientes 1- -Dígame usted. tación. ¡Ah, señor; no atienda usted a los disminuidos de aquellos tremendos hidalgos- -Voy a decirle. que dicen que son un poco... un poco... un Productos Lope de Vega, S. A. Placa re- poco... Perdón; 110 sé cómo decírselo a us- se limitan a tomar prolija cuenta de todas luciente, brillante, dorada, en, la puerta. Y ted; no quiero repetir lo que dicen los ene- las mujeres que pasan, y a examinarles, con bus productos, excelentes, los mejores de to- migos de la casa. No, no; los productos Lope ojo de experto, las ancas como a los cabados, los más económicos, los más prácticos. de Vega, conocidos en todo el mundo, son llos. En otra ocasión dije que la moda de Lea usted la cuarta plana de los periódi- inmejorables. No los hay más económicos, la falda corta ha servido para rebajar y cos; fíjese en los telones de los teatros; más prácticos. Dramas, tr- ag- edias, comedias, echar por los suelos la mirada del hombre; pare su vista en los anuncios de los tran- narraciones, cuentos, novelas, romances, so- antes la mirada masculina se proyectaba de vías; repare en los letreros luminosos de netos, liras, silvas, libros de prosa y verso; frente y en línea recta, puesto que se dirila Puerta del Sol. ¡Eh, amigo! ¿No lo sa- todo fino, selecto, práctico, económico. Sobre gía al rostro y al seno de la mujer; ahora, bía usted? ¡Norteamérica! ¡Es Norteamé- todo, e- co- nó- mi- co. Hemos dominado el mer- ta mirada se ha caído oblicuamente al suerica! Había de ser una Sociedad de banque- cado; luchamos por evitar las falsificacio- lo, esto es, a las pantorrillas de la mujer. ros norteamericanos; en España, todavía no nes. ¡Ya lo creo, señor! Se intenta imitar, La mirada del hombre se ha hecho porcuna. hay arrestos, ímpetus, iniciativas para esto. falsificar, adulterar los inmejorables producPero ese rascacie os, tal un pastor de la Una Sociedad de financieros norteamerica- tos Lope de Vega; hemos llevado ya a los nos se ha encargado de la explotación de los tribunales- ¡no faltaba más! -a algunos vi- más fanática escuela puritana, ha obligado Productos Lope de Veqa. Cosa fina. ¿Clava- les falsificadores. Hemos advertido al pú- a los hombres a remontar la mirada, a fijarzón, fieltros para sombreros, leche conden- blico para que no se deje engañar. Es fá- la en las alturas, a ponerla en el cielo. No sada, curtidos, encurtidos? Lo mismo da; cil, señor, distinguir una comedia marca vendrá mal el nuevo ejercicio. Por lo prontragedias, comedias, dramas, novelas, ro- Lope de Vega de cualquier burda imitación; to, obliga a los transeúntes a forzar la camances, sonetos, liras, silvas, odas, libros de ningún verdadero conocedor se deja enga- beza en una actitud desacostumbrada, basprosa y verso. En todas partes, en todos los ñar de manera tan burda. Pase, pase, señor; tante parecida a la que toman los espectadolugares, en todas las familias, los productos verá en un momento las oficinas. ¡Produc- res ingenuos en una noche de fuegos artifiLope de Vega, los mejores, los más prácti- tos, productos Lope de Vega, S. A No los ciales. Es tan alto ese edificio ¡Tiene tancos, los más económicos. Pase usted, señor; hay mejores, de calidad más fina, más eco- tas ventanas! Tan alto, tan altísimo... la visita a las oficinas puede hacerse gratui- nómicos, más prácticos, más populares, más I Qué se verá desde allá arriba? Parece tamente; una ligera visita le convencerá a duraderos; eso es, más dti- ra- de- ros. un edificio que era primitivamente normal, usted de la inmejorabilidad- -la in- me- jo- rapero que de pronto empezó a empinarse, a bi- li- dad- -de los productos Lope de Vega. estirarse, lleno de una fantástica curiosidad Sí, en efecto; tiene usted razón; Lope de por las cosas remotas. Ahora mismo da la AZORIN. Vega no podía explotar él mismo sus proimpresión el rascacielos de estar alargándoductos, eso digo yo también. ¡Qué talento se y poniéndose de puntillas para ver más- tiene usted! Debe usted de usar los produclejos y abarcar más lejanos horizontes. Para tos Lope de Vega. No, no, no podía el prosuperar los llanos de la Mancha y sorprenpio Lope de Vega explotar sus productos. der otros países y otras maravillas. Todo variado: dramas, tragedias, comedias, Y que los hombres, desde la calle, echando novelas, romances, liras, odas, sonetos, silla cabeza hacia atrás, mirasen a la cumbre vas, libros de prosa y verso. Producción indel empinado rascacielos, y estuviesen premensa, formidable- -for- mi- da- ble- Produc Loa del rascacielos guntándole con afán: ¿Se ve Francia ya. ción intensa, incansable- -in- c n- sa- ble- Y claro, una Sociedad de banqueros, de finanLo primero que me encuentro al 1 egresar se ve Alemania y Suiza? ¡Sobre todo, socieros, de hombres de negocios, se encar- a Madrid: unos hombres que miran, con la bre todo i ¿Se ve ya el mar desde ahí gó de la explotación de los productos. -iNor- cabera violentamente echada hacia atrás, la arriba? teamericanos, eh? No confundir a los fináií- WDrmé djaiensión de ese rascacielos que una Es decir, el mai- y las naciones, y las ciucieros norteamericanos con los de otra proha erigido en el dades numerosas que los hidalgos de aquí cedencia. Pase usted, señor; se pueden visi- Sociedad norteamericana Gran Vía. Ya se abajo había. n perdido de vista hace siglos. tar las oficinas. Todo está en orden, todo ángulo culminante de la Que casi, casi habían olvidado, o que sólo limpio, todo simétrico. Disponemos- ¡cómo sabe a quiénes me refiero; son esos hom- recordaban en una especie de sueño de siesta bres que sólo se ven en España, en Sevilla, J l o t- ¿e todos los adelantos modernos para- -la la explotación: telégrafo sin hilos, radiofo- Córdoba, Madrid y poblaciones semejantes. co y larga siesta, junto al surtidor del pací 8 perezoso murmullo descansado. nía, (fatomovileb, barcos; también barcos, se- Los descendientes de los antiguos hidalgos. Pobres, pero dignas. Desocupados por lo Ése ¿Se ve ei mar, se ve Francia y Aie E L PASA 1 ERO D E VUELTA