ABC MADRID 15-08-1915 página 4
- EdiciónABC, MADRID
- Página4
- Fecha de publicación15/08/1915
- ID0000057287
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AEROPLANOS Y. AMETRALLADORAS mente las de trigo tremesíno, cuya siern, brapudo. hacerse en casi todas las provin cías, que practican, este cultivo. Eli dole á los hindos esta hipertrofia del hígado que caracteriza á los hijos de. la Grao. Bretaña. Se impone, pues, la necesidad dí exterminar á, las. ntoscas, y, á este efecto, están formándose aquí batallones dé niño y de oía jefes. Matar moscas viene á ser ima manérá; como cualquier otra de, hacet la guerra, y, sino. es. la más heroica, es, acaso, -la más útil de todas, i Sus y a las moscas! Itigláierri éspéirá- qué cada hombre hará su deber... Los periódicüs úniman al- pueblo en ésta l. ucha sobrehumana, donde los nervios mejor, templados aéá- bári ¿br: fláqüéár. EX Daily Mail, sobre todo, ha publicado proclama elocuehtísirnas que le, daban, el aspecto dié un verdadero papel, matamoscas. -Se hacen concursos con premios, y tal vez lleguen á ofrecerse, condecoraciones; Se i n v e n t a a contra las moscas trampas, redes, veneno catapultas y- hasta gases asfixiantes... Y láa moscas siguen impertérritas. ¡Las moscas negras encarnaciones del capricho ¡Las moscas, libres é indómitas, en quienes Ruskin veía. el mejor ejemplo. de. ciudadanía, republicana! Su. superioridad, en está guerra, como la superioridad alemanáy es la facilidad. de reproducción. Durante, un sólo verano, una. mosca puede producir 5.598 millones de moscas, y cada una de ellas puede conducir 500 millones de bacterias. ¿Qué valen ante esto las reservas inglesas Hay tres grandes teorías estratégicas contra las moscas. Una, consiste en ir á ellas directamente y en matarla, ya decapitándola, ya sometiéndolas al suplicio d fuego ó va suministrándoles, ua veneno acr 1 SOLDADOS ALEMANES PERSIGUIENDO A TIROS DE AMETRALLADORA A UN AEROPLANO ENEMIGO El Soberano le abrazó conmovido y le impuso la cruz del Mérito Militar, dicién: dole -Y Él vicario d Ars es- un anciano. y virtuoso sacerdote que ejerce su sagrado minis terio en un pueb lecito flamenco libre hasta ahora de los horrores dé. la, guerra. Imposibilitados los curas de Ja comarca de esta- r en comunicación fácil y directa coii el prelado de la diócesis, han designado al venerable vicario como su. superior, jerárquico rindiendo homenaje á sus méritos y sus virtudes; Este sacerdote ejemplar convirtió su modesta casa- presbiterio en hospital, y más arde, la iglesia que regenta, constituyéndose él en el primero y más activo de los -uifermeros, no obstante- sus setenta y. nue? e años. ¡É á usted un admirable sacerdote y un excelente belga Y ROBERTO CARMAUX. Bruselas, Agosto. 1915. Á B C EN LONDRES M U S C A D O M E S T I C A Supo un dia que uno. de los coadjutoves de su parroquia había sido preso, por los alemanes y que iba a ser sometido á un Consejo de guerra en Gante, y emprendiendo á pie el viaje a. aquella, ciudad, se presentó á las autoridades- militares, pidién- dolas que si su compañero había de ser fusilaido, él ofrecía su Vida en cambio de lá. del coadjutor, que, más joven que él, podía prestar, más servicios a sus feligreses. El Consejo de guerra- no fue tan severo conel acusado, y el vicario d Ars regresó. de Gante para encaminarse á Fumes, y postrarse álos pies del Rey Alberto y pedirle perdón por haber ido á solicitar un favor de las autoridades alemanas: Mucho más que los zeppeíines, las moscas constituyen el terror de Inglaterra. Las moscas y los mosquitos, conductores de la malaria. Según los Sres. Plowman y Dearden, autores de úñ libro muy documentado sobre er asunto, la decadencia de Grecia fue obra de ídsjmosqttitos, quienes ayudaron también, y de: un modo muy poderoso, á la destrucción del Imperio romano. ¿Aca- i barán asimismo los. mosquitos y las moscas con el Imperio inglés? ¿Harán ellos lo que ño logran hacer los; dirigibles, alemanes y los obuses de 42? Es decir, esté Imperio inglés, el. niás grande, que han visto los siglos, ¿morirá en ja cama, de una simple ni ermed d- infecciosa? Las moscas aumentan considerablémen- te el peligro: de una epidemia. Sobre todo, en una guerra como ésta, que pone en contacto á individuos. de tantas razas distintas, las moscas amenazan con generalizar uña infinidad de enfermedades locales, extendiendo, por ejemplo, á los franceses las dolencias típicas de los seriegaleses, y pasan-