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ABC MADRID 17-12-1914 página 7
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ABC MADRID 17-12-1914 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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A. r B C. -JUEVES 17 DE DICIEMBRE DE igiq. EDICIÓN i. PAG. 7 no, maduramente reflexionado. Las legítimas aspiraciones del Sr. Sal ndra pertenecen á aquel género de cosas en las cuales conviene pensar siempre sin hablar de ellas jamás... Y cuando se ha concedido á un Gobierno un poco de confianza es preciso confiar verdaderamente en él, estar dispuestos á todo, con las armas si es preciso; pero dejemos- que el gran espectáculo que ensangrienta á Europa se desarrolle á lo lejos y sin intervención alguna italiana. Al fin y á la postre, habrán de ser los mismos acontecimientos los que den los consejos que habrá que seguir. Ahora seamos neutrales. Esto es lo político; todo lo demás es sentimental y peligroso... EL ABATE LEMIIUS Todo el mundo recordará al diputado por Hazebrouck (Flandes francesa) alcalde en esta región y suspendido á sacris hace algunos años por Su Santidad Pío X. El abate Lemire, que, como otros muchos compañeros suyos, es, un buen patriota, se dirigió al comienzo de la guerra á la línea de fuego francesa para visitar los hospitales y consolar allí á los heridos. En una de estas visitas el abate Lemire se encontró con un oficial francés de una gran familia bretona católica y un soldado protestante, ambos heridos gravemente. El oficial y lo mismo el soldado confiaron al abate Lemi e que tenían ciertos deberes que cumplir respecto de anas mujeres que, femadas al hospital, estaban asistiéndoles; pero los dos agregaron que, á falta de alcalde y de sacerdote, no podían realizar un deber que les hubiese por lo menos permitido morir en pa- no sólo con la sociedad, sino también cotí su conciencia. El abate Lemire, recordando su cualidad Je aícalde de Hazebrouck, no vaciló un momento y celebró inmediatamente los dos ma trimotwos en el orden civil. En seguida pidió un automóvil y se dirifió en él á la parroquia más próxima. El párroco, conocedor de la urgencia del caso, tampoco vaciló, y delegando al abate Lemire para que éste celebrase los dos matrimonios religiosos, se efectuaran ambos á las pocas horas. Ahora resulta que el párroco ha informado al obispo prelado de su diócesis (Lille) Mona. Charost; pero éste se ha negado á ratificar los dos matrimonios celebrados por M. Lemire, alegando que se halla suspendido á sacris. El caso era tanto más grave, cuanto que los dos soldados, casados in extrenús, han jnuerto ambos á consecuencia de sus heridas. Se expuso el doble caso en Roma, sometiéndolo á la decisión del Pontífice. Apenas recluida la demanda del obispo de Lille, Su Sátntidad Benedicto XV, sin someter siquiera el asunto al examen de la Congregación competente, devolvió la demanda al prelado, respondiéndole que habiendo sido celebrados los dos matrimonios por un presbítero regularmente delegado por el cura párroco, único oficiante competente para celebrar tos matrimonios, éstos habían sido debidamente y válidamente celebrados Monseñor Charost ha obodecido y ha ratificado acto seguido los dos matrimonios, por los cuales el abate- alcalde Lemire ha regularizado dos posiciones anómalas, devolviendo con ello la paz á las almas de dos soldados que entregaban su vida por la patria. La decisión adoptada por el Papa, repito que á rajatabla y con una prontitud inusitada, está siendo objeto de machos comentarios en los círculos franceses de Roma en los cuales se espera que la demencia de Benedicto XV no tardará mucho en des- ra reconstituir la línea de batalla; que todes los esfuerzos van ahora contra Craeov a, puerta de la Silesia alemana, y contra HunDR. FRANCO FRANCHI. gría. La opinión no acepta ta es razones, Roma, Diciembre 1914. porque un ligero examen al alcance de los más profanos en materia de c. encía guerrera dice que s si Lodz no tenía impértamela A B C fcN PARÍS estratégica, no se comprende la razón de ÍA TRISTEZA DE PAKIS haber hecho el Ejército ruso su máximo En todo el tiempo que dura la guerra esfuerzo en torno á esa ciudad, así como nunca ha sido tan grande el pesimismo en tampoco que hayan batallado días v días en París como ayer. La noticia de la toma Polonia, sin intentar nada ó casi nada en de Lodz, ciudad de la Polonia rusa, con aquellas regiones que, según dicen ahora, 770.000 habitantes, rica, industrial, se supo son más importantes para sus planes. en París al anochecer. Algunos periódicos Y aun aceptando que Lodz sea una ciuque hahían insertado el telegrama en sus dad sin importancia, que no entre en su ediciones de la mañana sufrieron las iras defensa el plan ruso, el efecto moral caudel lápiz azul de la censura, y así las gen- sado en París por su pérdida ha sido tetes ignoraron el triunfo alemán en Polonia rrible; ha sido un golpe de maza dado sohasta que aparecieron los diarios de la tar- bre todos los optimismos acariciados en de. La noticia era una línea, venía oculta estos últimos días. Estos optimismos creían entre mucha prosa; pero la gente la descu- en la destrucción del Ejército alemán, en brió pronto, la encontró en seguida. La es- el avance de los rusos sobre Posen y Brestupefacción, la sorpresa dolorosa, el desen- lau- y luego sobre Berlín, y hasta algunos canto que sufrió París no podríamos des- suponían que este avance decidiera al enecribirlo. A París le habían dicho que en la migo á pedir la paz. Francia esperaba, porregión de Lodz los Ejércitos del Kaiser que asi se lo habían dicho, que su papel es habían tenido el desastre más grande que esta guerra se limitaría á impedir que los registran las historias; tiue dos Cuerpos de alemanes hicieran más conquistas en sus Ejército estaban encerrados, atenazados, territorios y á esperar que los rusas v por los cosacos; que las tropas del impe- nieran por el otro lado á clavar la lanxa rador Guillermo II habían tenido por tum- en la espalda del invasor. Esta era la espeba las llanuras polacas. Y he aquí que. de ranza que compartían los en arma? pronto, la supuesta derrota del Ejército y los civiles. En estos últimos sabemos el alemán, la anunciada destrucción de dos efecto causado por la nueva victeria aleCuerpos de Ejército, la catástrofe, se tor- mana en Polonia y nos figuramos cuá será na en la ocupación de Lodz por el enemigo el que produzca en las trincheras cuando se La gente, al leer la noticia, sentía cólera sepa Existe el peligro de que la desconcontra los que la habían encañado, contra fianza se apodere de los combatientes y el los que abusaron de su credulidad contán- de que lleguen á pensar que todos sus esdole victorias rusas, cuando la batalla se fuerzos son inútiles. ¡Es tan grave que la desenvolvía furiosa v favorable para el ene- flor trágica del pesimismo brote en el cammigo. ¡Ah, si los redactores de Le Matin po de batalla... En la ciudad ha aparecioyeron los comentarios de los parisienses do ya; primero, tímida; hoy, lozana. en los cafés, en la calle, allí donde se reunían cuatro personas! De seguro que no ANTONIO AZPEITUA. se hubieran sentido muy halagados. ¡Le París, Diciembre. Matin, que el mismo día en que los alemanes entraban triunfantes en Lodz publicaba un enorme mapa con Ja situación de! GRÁFICO DÉLA GUERRA Ejército ruso en Polonia, indicado por un BEIX 5I CA trazo negro que casi tocaba á la frontera! ¡Le Matin, que había gritado con las letras (Hechos conocidos hasta la mañana del más gordas que tiene en su imprenta la de- día 16. rrota alemana! Ni siquiera oíamos para el El telegrama oficial francés dice que los periódico del bulevar Poissonniere la dis- tropas franco- belgas, desembocando c 5 culpa de la buena intención, la excusa del Nieuport, han ocupado la línea del sendemejor deseo. ro que va á Lombartzyde y la que condvee á la granja de Saint- Georges; que los inPara Francia, el triunfo alemán en Po- gleses se han apoderado de Petit Cois Cal lonia adquiere una importancia enorme; Oeste de Bixschoote) punto que no hallasignifica ja renuncia á la ayuda de Rusia, mos en el detallado plano que á nuestra con la que contaban para el éxito de la vista tenemos, y prueba de los detalles que guerra. Ya en otras crónicas he indicado la poca confianza de la opinión francesa en la colaboración de Rusia para vencer ai enemigo común, cuando veía que al cabo de cuatro meses todavía no habían logrado dar una- batalla en territorio prus ano. Ahora, después de la toma de Lodz. ya nadie confia en el Ejército del Zar. Fpncia empieza á darse cuenta de que el dinero dado á Rusia ha sido de poca ó de ninguna eficacia, y entonces surge en su alma el recelo de haber sido engañada. El pueblo francés comienza á advertir que ha sido la víctima de sus aliados, y que en la hora grave de su historia se encuentra solo, sin la ayuda formidable que le habían prometido y que él había pagado en oro contante y sonante. En vano los periód cos in- contiene es que hasta la granja de SaÍHttentan tranquilizarle, devolverle la confian- Georges aparece en él. El terreno conquisza que puso en el coloso del Norte; contra tado por los aliados á lo largo del canal de los hechos, contra la realidad, no hay ar- Ipres y al Oeste de Hollebecke no lo ban gumentos posibles. Ahora le dicen que la podido recuperar los germanos, habienda defensa de Lodz no formaba ¡parte del plan atacado los primeros en dirección de Kleinruso; que su abandono es momentáneo pa. -zillebeke ¿ao, será Holld ecke? y ganado cender sobre el presbítero patriota, abate, diputado y alcalde, M. Lemire.

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