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ABC MADRID 04-11-1913 página 7
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ABC MADRID 04-11-1913 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C MARTES 4. DE NOVIEMBRE DE SENTENCIA CUMPLIDA EDICIÓN i PÁG. 7. A- partir del acto solemne de la comunión, Sánchez cambió radicalmente. Cuando alguno de ¡os que le acompañay le prodiLAJCAPILLA ban procuraba infundirle ánimotranquilidad gaba consuelos, levantaba con La capilla adonde fue conducido Sánchez la cabeza y decía: Yo no tengo miedo á morir. Seria caJ 5o co después de su llegada al campamento, estaba, como- dijimos ayer, en el cuarto paz, si me dejaran, de ordenar á los soldados que hicieran fuego sobre mí. Deseo que ¿te banderas del- cuartel de Infantería. En la primera de las dos habitaciones me fusilen de pie y de frente, porque, al ¡que se habilitaron colocóse una mesa, en la fin, no he sido traidor á mi Patria. Perdono á todo el mundo nuevamente, y jque se veían pastas, café y licores. En esta habitación le fue Jeída al reo la senten- también á mi hija María Luisa, que, buena pia, que. pidió oir sentado, preguntando al ó mala, es hija mía. terminar la lectura, que, como él no tenía También quisiera que la Prensa reco ¡familia, quién se iba á encargar de recoger giera de nuevo mi testamento, para que Su cadáver. Le contestó el juez que todo en España y en el extranjero se vea que ¡estaba previsto, y Sánchez quedó con- no lie sido un hombre malo. lorine. Con frecuencia bebía copas de coñac y En la habitación interior, cuya puerta fumaba algunos pitillos, diciendo que queguardaba un centinela, se instaló el altar, ría anonadarse con el alcohol en los insadosado á la. ventana de ¡la izquierda; en- tantes últimos de su vida. ¡írente, sobre tina mesa, y entre cuatro ciUNA BODA CALLEJErios, estaba el Santo Cristo de la. hermanSdad de la Paz y Caridad, y tras él la imaRA, EL TOQÜlTbE PIAÑA gen de Santa Bárbara. La extraordinaria reserva de- que se haFrente al altar, una mesa, y detrás de ¿ella Sánchez, libre de esposas, pero con bía rodeado la operación del traslado de grilletes en ios pies; á la izquierda del reo, Sánchez al campamento y su ingreso en la stna cama, que éste no utilizó en toda la capilla fue causa de que sólo algunos penoche. riodistas y contados curiosos de aquellos al. Le acompañaban hasta el último momen- rededores concurrieran á las inmediaciones %o los curas castrenses D. José Moiero, del del cuartel de Infantería. Una sección de la Guardia civil, al mando ligero de Artillería, que se halla en el ¿campamento, y D. Miguel: Irigoyui, de las de un teniente, impedía la aproximación del Prisiones Militares, y cuatro hermanos de la escaso púbiico á la pu erta y negaba termi Paz y Caridad, que eran el conde de Cerra- nantemente la entrada al interior del edificio geria. D. Pedro García Alcázar, D. Luis á cuantas personas ajenas al Ejército lo Jftrruéj, D. Rodrigo González, D. Manuel pretendían. ¡González y el- secretario, D. Manuel MaSobre este- punto principalmente se- ex ¡chuca. tremó el rigor de las disposiciones del capiTambién permanecieron al lado del reo tán general. hasta los últimos momentos su abogado deHasta los teléfonos del cuartel de la Befensor, Sr. Serrano Batanero, que acudió nemérita y de ¡a Escuela de Tiro, únicos que iá la capilla de los primeros, y los señores hubieran podido utilizar los periodistas, fueÍBenard y Cillanueva. ron intervenidos por la primera autoridad El ex capitán, que estuvo toda la noche militar de la región. Sollozando, se acordaba con frecuencia de A treinta pasos de la puerta del cuartel no ¡sus hijos pequeños y. de María Luisa, la- se permitía la permanencia le ningún cumentando que no le permitieran despedir- rioso. l e de aquéllos en su última hora. A las cinco, cuando ya se iban aproxi Como el reo desfallecía por momentos, mando los primeros albores del amanecer, e logró que tomase algunos sorbos de co- pasó por la carretera, frente ai edificio en ilñac y muchas tazas de café. Después de ca- que esperaba su postrer momento Sánchez, 0 a libación, Sánchez se reanimaba algo, y un grupo bullanguero que regresaba de una ¡decía que el coñac le aplacaba la excitación boda. ¿ierviosa que sufría. y El capellán del 4 ligero de Artillería, á Los cantos y la ¿risas llegaron claramente la capilla, ante aquel contraste, demaSr. Moler o, -rezó una misa, que oyó Sán- siado fuerte, en que la vida feliz pasaba chez con gran devoción, arrodillado fervo- por delante de la agonía de un hombre, rosamente y besando de cuando en cuando Sánchez movió la cabeza apenadísimo. jün crucifijo que puso en sus manos el con A ¡toque de diana, Sánchez sufrió un teÜe de Cerrag ería. rrible estremecimiento y se le vio un mo Durante- el santo sacrificio, el reo no mento dirigir la mirada hacia la puerta, pareaba los ojos de las imágenes colocadas como si quisiera suplicar quer cesara aquel ¿obre el altar, como implorando la miseri- toque penetrante y vibrador de las cornetas, cordia divina. que llevaba su pensamiento á otros tiempos! El ex capitán confesó y comulgó, administrándole la sagrada forma el padre MoEL LUGAR PELA EJECUCIÓN cero, que le dirigió una exhortación conmoSe dispuso que la ejecución tuviera efecyedora y sencilla, al mismo tiempo que el condenado recibía la comunión, en sus la- to á as siete y media de la mañana. El sitio donde Sánchez debía ser fusila- bios. Para el ejercida de estas prácticas si- do se encuentra en la Dehesa militar, á un gradas, Sándhez fue despojado de los gri- kilómetro aproximadamente del cuartel, dellos, que volvieron á ponerle después de lante de un paredón de Ladrillo que sirve como deprobadero de balas en les ejerci concluidas. Sánchez, que p c 9 á poco iba recobrando cios de tiro ai. blanco. -Momentos antes de ser- sacado, de la casu terrible serenidad, exclamó: i- ¿Para qué ponerme esto, si no me Jie pilla, el reo, se dirigieron al lugar del fusilamiento las fuerzas que habían de formar le escapar? Se le hizo comprender que- -era necesario gil cuadro. cumplir con todas los requisitos de la ley, y Una sección de la Guardia civil formó el reo baj ó la ca ez sin replicar. ga cordón ai borde de carretera p ara NA A MARÍA LIUSA i querían presenciar la fúnebre ceremonia SÁNCHEZ PEEDO- f contener á un ceníéhar dé curiosos qtf 3 A una distancia de unos cincuenta me tros se impidió el naso á todo el mundo. EL FUSILAMIENTO K las siete y diez partió del cuartel e triste convoy. Sánchez, esposado, salió d $l a capilla y subió á un coche Lhoner de Sa- nidad, acompañándole en él su defensor una pareja de la Guardia civil y tres hefi manos de ia Paz y Caridad. Rompían marcha el teniente EnamoradOj con un sargento y echo soldados de la ter- í cera compañía del primer batallón del regw, miento de Asturias, que fueron los encar- s gados de cumplimentar la sentencia. Dicha compañía, que manda el capitáií D. Adolfo Hernández López, está destaca da en el campamento. Seguía el coche con una escolta de cuatre parejas de la Guardia civil á. -caballo, man- dadas por el teniente D. Luis de Andrade y á continuación un coche en el que ibaü los hermanos de la Paz y Caridad con e Cristo de la caritativa hermandad y las pér tigas, símbolo de su misión humanitaria. Por la carretera de Extremadura siguiS el convoy hasta la galería de tiro, marchan do luego á campo traviesa por el polígonas hasta llegar á ios espaldones de ios blancoá de Infantería. -Allí formaban, el cuadro 105 honá ré del regimiento de Asturias, que llegaron al; campamento á las seis, y que constituíais ia cara central, y dos secciones del cuartcí ligero las caras laterales. En la central es taba el estandarte del cuarto ligero. Bajó Sánchez tranquilo del carruaje, áu- xiliado por su defensor; besó por tres ve ees el crucifijo que le presentó el conde d Cerragería. Se despidió de su defensor diciéndolel Ya que los hombres me han atado Ioá, brazos, os abrazo con el alma, que ésa ej libisT El defensor le vendó los ojos. Sánchez S cuadró militarmente frente al piquete, dei cara á él; levantó el oficial el sable; las dos filas levantaron sus fusiles, ya cargados y ¡armados, y apuntaron; rezó el capellán MO- Í; lero el credo; ai decir su único hijo en) voz más alta, cayó el sable del oficial; so i naron dos descargas, casi simultáneas, jjj Sánchez cayó de espaldas, sin vida, Eran las siete y treinta y seis. Un biplano militar volaba sobre el fúng- í bre lugar. Una vez certificada la muerte del reo, laS tropas desfilaron por delante del cadáverJ como dispone el Código de Justicia military. y se retiraron luego á sus cuarteles. El cuerpo fue ¡recogido y- encerrado er un féretro de madera, que se colocó eaí otro furgón para conducirle al cementerial EL ENTIERRO Instalada en él furgón la caja q ae encéi rraba los restos de Sánchez, fueron trasá ladados al cementerio deXarabanchel, don de recibieron sepultura. Precedía al cadáver una sección dé ia Guardia civil, y le seguía un carruaje ¿0114 de iban, para acompañar hasta la últims morada al ex capitán Sánchez, sa defensor Sr. Serrano Batanero, y algunas otras pera sonas. El féretro fue depositado- en T patio! central hasta la llegada del secretario, se- (ñor Cillanueva, que había ido á la casa Ayuntamiento para resolver la cuestión deí enterramiento El lugar donde fea recibido sepultura el cadáver del ex capitán está situado tntv dos. dpreses, s la guitrjd de la. caaillá deí cemente i

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