ABC MADRID 17-10-1912 página 3

LA GUERRA DE ORIENTE Grupo de reservistas búlgaros incorporándose á filas. íangible! Ninguno de ellos se atrevió nunca á tocarla. Era el recurso supremo... Mira, Beautrelet. Se- i levantó la cubierta. La cae a estaba llena por un cofre de i ierro. Lupin sacó del bolsillo una llave muy complicada, y abrió. Isidoro se quedó deslumbra do. Todas las piedras preciosas chispeaban, todos l o s colores relucían, el azul de los zafiros, ¡el fuego de los rubíes, el verde délas esmeraldas, el sol de los i topacios. -Mira, mira, joven Beau trelet. Han devorado toda la moneda de oro, toda la moneda dé plata, todos los escudos, to; dos los ducados, todos los do blones; pero el cofre de las piedras preciosas está intacto; mira las monturas: las, hay de todas las épocas, de todos los siglos, de todos los países. Aquí están los dotes denlas reinas, jcada una de las cuales aportó su; parte, MargaritaOde Esco: cía, Carlota dé Saboya, María de Inglaterra, Catalina de Médicis, y todas las archiduquesas de Austria, Leonor, Isabel. Ma Fot. Maviens. ría Terésá, María. Antonieta... Mira- estas perlas, Beautrelet, y estos diamantes, la enormidad- de; estos diamantes, cada uno de los cuales sería digno de una emperatriz... El regente de Francia no es más hermoso. Sé levantó y extendió la ma no en señal, de Juramento. -Beautrelet tú dirás. al universo que Lupin no ha tomado ni una sola de las piedras que se encontraban en el cofre real, ni una sola, lo juro por mi honor. No tenía ese derecho. Era la fortuna de Francia. Ganimard, abajo, se d a b a prisa. Por la repercusión de los golpes era fácil juzgar que estaban atacando l a penúltima puerta, la de la sala de los objetos de arte. -Dejemos el cafre abierto- -dijo Lupin- y todos estossepulcros vacíos... Dio una vuelta por la pieza, examinó ciertos escapara t e s contempló ciertos cuadros y dijo, paseándose con expresión pensativa: MAURICIO LEBLANC. Haumoud Clievket Pacha- comandante en Jefe del Ejército turco. (Continuará.