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Periódico ABC MADRID 16-08-1907, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas6
- Fecha de publicación16/08/1907
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MADRID, VI ERNESió DE AGOSTO DE 1907. NÚMERO S U E L T O 5 C É N T I M O S m mm U CRÓNICA U N I V E R SAL I L U S T R A D A AÑO L N Ú M 8o3. ÉPOCA 1: i V v S mm K ft ft K M A D R I D EL I N C E N D I O DE AYER T A R D E E S T A D O EN QUE QUEDÓ LA F O T O G R A F Í A DE W A L T E R D E S P U É S D E L S I N I E S T R O Q U E LA REDUJO A CENIZAS DE NUESTRO ENVIADO ESPECIAL Fot. A B C A B C EN PARÍS I os delegados A BERLINI lA BERLÍN! de las Poten cias coutinúan en La Haya haciendo todo lo posible por no entenderse, mientras lo de Marruecos se enreda y los presupuestos de Guerra crecen todos los años. Las proféticas palabras de Víctor Hugo, cuando se negociaba la paz del 70, son recordadas ahora: Si esa obra violenta, exclamaba el gran poeta, á que seda en este momento el nombre de tratado, se cumple, hatei- minado para siempre el reposo de Europa... ¡El inmenso insomnio del mundo va ú comenzar! El insomnio comenzó, en efecto, y dura -a. treinta y siete años. Las naciones todas ño sólo procuran hacerse fuertes, sino que quieren, obligar á las más reacias á aumentar sus armamentos. La actitud de Francia ahora con España es una p m e b a d c esto. A proposito de los sucesos de Marruecos aparecen ya en la Prensa francesa algiuras tímidas censuras al Gobierno español por su parsimonia y lentitud; parsimonia y lentitud que nosotros, en cambio, debemos aplaudir, porque con ellas defiende las vidas de nuestros soldados. Las censuras son tímidas, como únicamente puede hacerlas el que va á recibir una ayuda que no piensa recompensar de ningún modo, y ellas demuestran que no tenemos que hacemos ilusiones respecto al poiT- enir del Imperio marroquí. Derramemos. una lágrima- ¡otra más! -sobre el tan traído y llevado testamento de la Católica Isabel y resignémonos á vei un día Manguéeos convertido en posesión francesa. La Prensa alemana se resigna también y olvida el acta de Algeciras con sus huecos compromisos sobre el statu qiio, la integridad del territorio y la soberanía del Sultán. Ber- ¡inn- Tageblat escribe hoy: La suerte de Ma- Truecos está decidida. Kse país caerá bajo el protectorado francés. Busquemos, pues, con nuestro apoyo á Francia una compensación. Y la Deutsche Rimdschan dice: Ocupada en la tarea de apoderarse de Marruecos, Francia no pensará en hacerse fuerte iiersiguiendo la 7- cva? ic ia. La Prensa de Berlín ha recibido, por lo visto, a orden en la EN I A PRAGATA P R E S J D E N T i SARMÍfiN 7 0 fS. iM. EL REY V I S I T A N D O EL BUQUE ESCUELA A R G E N T I N O ANCLADO A C T U A L M E N T E i5 j SAN SEBASTlArS For. Frcdcr- c. Wilhemstrasse y se muestra ahora unáiiime en sus aplausos como unánime se mostró. antes en sus censuras. No hay inás diferencia sino que ha cambiado de opinión. Y al reconocer qite Marruiecos caerá bajo el poder de Francia, obsei varán tistedes que Alemania se olvida voluntariamente de que España existe. No ha tardado mucho tiempo el Kaiser en agradecernos el favor que le hicimos en Algeciras. Esto quiere decir, además, que los arrieros están en camino de entenderse y que van á pagar los burro? y nunca cómo en ésta ocasión nos estará mejor empleado el ciíiificativoAlemania y Francia se van á entender, por fin, porque Alemania ahora, co. mo Rusia untes, necesita dinero pata evitar una posil: iíe catástrofe financiera, catástrofe que desde hace dos años se cierne sobre ese Impepcrio al que sólo la fuerza mantiene y que por la fuerza ive. El comienzo de esta cutente será la libertad de acción que Alemania deje á Francia en MaiTuecos. El procedimiento es muy alemán: esa libertad hay que pagarla. ¿Cómo? No tai- daremos mucho en saberlo, y es posible que la fórmula se esté cociendo en estos momentos en el silencioso palacio de Wilhemshohe, donde se reúnen á conferenciar con el Emperador, el canciller del Imperio y el príncipe RadoHn. Las dos rivales, pues, van á entenderse, y los resultados de esa inteligencia serán, desde luego, nuevas ocupaciones del teiTitqrio luai- roquí. He aquí el espléndido final á que nos han llevado estadistas y diplomáticos, trabajando durante largos años en esa. triple ciiientc con Francia é Inglaterra que iba á dar por resultado aquel soñado reparto de Marruecos, que estaba poco menos que hecho con unas tijeras sobre un mapa, y dibujado en el texto de los, acuerdos fií- mados por las tres Potencias interesadas. ¿Lo recuei dan ustedes? La Prensa madrileña publicó entoncep sendos telegramas costosísimos deshaciéndose en elo. gios a l a paciente labor diplomáüca que al fin iba á dar sus frutos proporcionando á España una compensación á las pérdidas sufridas, metiéndonos por las puertas de casa una pacífica conquista, hecha sin sangre, sin más armas que los talentos de embajadores y ministros. ¡El reparto de Marruecos! Y toda a se nos hacía poco el pedazo que nos quisieran