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Periódico ABC MADRID 17-03-1907, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas6
- Fecha de publicación17/03/1907
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MADRID, DOMINGO 17 DE MARZO DE 1907. N Ú M E R O SUELTO, 5 CÉNTlMOSt í t y 8 CRÓNICA U N I V E R 0 L I L U S T R A D A AÑO N Ú M 652. 2 E F O C A H LA VOLADURA DEL JENA TOLÓN. DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE. LOS TRIPULANTES SUPERVIVIENTES A LA VOLADURA BUSCANDO LOS CADÁVERES DE SUS COMPAÑEROS EN LAS AGUAS DEL DIQUE Fot. Rol. MINISTRO ASESINADO MR. PETKOFF, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS DE BULGARIA Fot. Croce. los aldeanos coparticipanao en el odio al usu rero rural que desde niños vieron cernirse al rededor de la cuna con crueldad sombría y legendaria. No hay nada más terrible, en efecto, que el judío usurero en Rusia. Si Shakespeare le hu biese conocido, Sylock el veneciano habrís pasado á la posteridad como el prototipo de la filantropía... Y así resulta que en esta lucha de aspiraciones y persecución tienen más culpa los gobernantes burócratas y antisemitas que los mismos judíos, porque si es cierto que estos últimos se han convertido en revolucionarios, no lo es menos que se les ha condenado á una miseria embrutecedora y ávida de represalias, la menos apta para modificar los instintos sórdidos de su atavismo. Condenándoles á no poder ejercer otro oficio que el mercaderismo pequeño y la usura, se les ha privado de todo otro horizonte para su laboriosidad infatigable que acaso á la larga hubiese abierto nuevos derroteros más fecundos y más nobles para su am bición legítima. Desgraciadamente cualquiera que sea el resultado del conflicto pasarán muchos años, se extinguirán muchas generaciones antes de que rusos y judíos puedan amalgamarse y fundirse en una sola nacionalidad, y mientras tanto, pesarán sobre unos y bti- os las faltas cometidas por el viejo régimen divisionario de castas y de razas, de opresores y oprimidos. B C EN GALICIA. POR ISIDRO BUZETA S A N G R Í A turbia l a m a ñ a n a TM- -aún las campanas más madrugadoras permanecían emperezadas y mudas sin anunciar el día. Una neblina pálida se desgajaba en los altos picachos para cáér en jirones hasta el llano. lyos últimos vapores pesqueros habían abandonado la dársena; por dos veces, todavía, se escucharon, sin eco, sus sirenas. Allá en la ribera se levantaba un clamoreo de trajines, y en los claros de aquella bullanga ensordecedora se imponía el rumor del mar, lejano y misterioso, Vigo, la ciudad industriosa y cosmopolita, bostezaba volviendo á la vida de su trabajo, después del nocturnal descanso, necesario espasmo de su actividad bárbara y fecunda. A mitad del; puerto acababa de fondear un barco de emigrantes y, aumentada su carga, levaría en cuanto cumpliese la mañana. Gris, atrevido y gigantesco, parecía separarlo del mar la l í n e a sangrienta q u e pintaba s u s fondos. Bescorriérasé la vasta lona que á modo, de toldilla guarecía; lai cubierta, y, en ella, camarote único y común, apareció rebosante, hasta las mismas- bordas, el apretujado pasaje. Formaban la humana manada, -los unos, rapaces con ansias de riqueza; los otros, hombres maduros que intentaban solucionar heroicamente sus desesperados vivires; la mayor parte, mujeres sufridas en el trabajo, del que iban á hacer base de ahorro para el mañana, y, todos ellos, pobres gentes sin medios de fortuna ni de vida, ¡pobreé gentes huidas del hambre! Cercano al muelle, abigarrábase un campamento dé aldeanos que aguardaban el momento de su embarque. En el mismo buque sucediérales la noche, y, ampararan sus rigores de frío, al abrigo. de la montaña que trazaban sus balijas miserables. Acechábales, en torno, un silencio de angustia, ese silencio que acompaña siempre á las horas tristes y nostálgicas. De tieijapo en tiempo, lo rompía el charloteo monótono d e d o s viejas mujerucas. Un primer rayó. de sol tocar bá sus cabezas, despertando los chillones colores de sus pañuelos, rameados. -Para tierras de Chile vamos. ¿pléyades colocación buscada? -ASÚS, ¡qué colocación han de merecer mis años y estos rapaces tan cativos! Y mientras la más moza de las viejas táeditaba pensativa, sus manos tembladoras acariciaban las crenchas doradas de dos peqúenuelos que dormían á su vera. Al cabo interrumpióse en su silencio para murmurar de nuevo: -Mandóme dé llamar el padre de estos rapaces, que es mi yerno. Va para seis años que embarcó, luego de quedar viudo, y ya cuenta con buen acomodo. -Así como así, bien hacéis en huir de esta miseria. Y en un suspiro, añadió: -Duéleme de no tener voluntad para abandonar la mala choza que uno vive y el bocado ruin de tierra que uno cuida, que, de otro modo, no habría de faltarme un cuenco de caldo y una cama al abrigo. ¿Tenedes en la América familia? -Todos mis cinco hijos tomaron semejante camino. El último que me restaba en compañía, con vosotros embarca. -jY es corazón de hijo dejaros so 1 a? 1 A -Como mala voluntad no es la suya; mas le hicieron fineza sus hermanos del dinero del pasaje, y bien él dice que quien fuera no muda la camisa, nunca saldrá de esta honrada pobreza. ¿Habrá de pesaros... ¡Ni que no tuviésemos entrañas! En los ojos, casi sin luz, de la aldeana temblaron dos lágrimas vergonzosas, y al tiempo que se curaba del espanto de aquella soledad, que le amenazaba futura, rezongó sentenciadora: -Agora que ya libertara de quintas... Agora que comenzaba á valerme con su ayuda... ¡Agora que ya ganaba siete reales! Parando en ella atención, contemplábala su hijo, y el recio mozo distraía el remordimiento que asomaba en sus mejillas abultadas, cuidando la extraña mercancía que conducía con el mejor cuidado: una jaula de cañas amarillas y pulidas, conjilgeros, luganos y verderones, y entre ellos un mirlo nuevo... Pájaros exóticos en las lejanías de su destino, siempre solicitados, aunque á mezquinos precios, constituían para aquellos infelices emigrantes lo más preciado de su equipo. Eran el primer rendimiento qUe habían de obtener á plazo fijo; ¡pagaré con vencimiento á su llegada! ecrudecido el mal en estos últimos tiempos, no fué Galicia sola la que, sintió los horrores de su castigo. A unas y otras regiones, á España entera amenázales, desoladora, la despoblación de su territorio. La sangría estaba abierta, y poco á poco, lentamente, como un tránsito de vida, huían las actividades y las energías rendidas en el sacrificio de u n a lucha sin resultado ni provecho. Todo un pueblo, inquietado con la segura ruina de su vital industria, buscó afanoso, en otra nacionalidad, nuevo teriitorio donde fijar su asiento. Conmovióse unánime y violenta la opinión solicitando remedio, y un Gobierno, que, al igual de los demás, hasta entonces había permanecido impasible ante la emigración que devastaba espantable, cortó el paso al pueblo númida y silencioso el general clamoreo, con la promesa de leyes redentoras. Ninguna ley fué dictada todavía. La necesidad que laá demandaba persiste prepotente! R POLÍTICA EUROPEA LOS JUDÍOS EN RUSIA ü l número de judíos rusos se eleva, próxima r mente, á seis millones, que sus enemigos duplican. Constituyen en ciertas regiones del Imperio, sobre todo en aquellas que en otro tiempo formaban el reino de Polonia, una verdadera población aparte, que lleva un traje especial y que habla un idioma peculiar, compuesto de palabras hebraicas, alemanas, rusas y polacas. Llegaron allí hace algunos siglos, llamados por la nobleza polaca, que no quería permitir á sus siervos que se dedicasen al comercio. Desde entonces los judíos forman una verdadera casta social aparte, que sólo pueden ser comerciantes ó artesanos, pero que jamás tuvo el derecho de poseer tierras ni de cultivarlas, á pesar de haberlo solicitado constantemente. Poco á poco, el antiguo reino de Polonia fué absorbido por Rusia, pero los conquistadores no pudieron desprenderse de la población judía, que se había multiplicado y que ejercía de hecho el monopolio comercial. Comenzaron entonces las disposiciones legales que prohibían á los judíos extenderse por el resto del Imperio, obligándoles á permanecer en las provincias en donde estaban establecidas, porque su presencia se consideraba como grave peligro. Los judíos, trabajadores y tenaces, y sobre todo más instruidos que los apáticos slavos del Norte, habían impuesto en todas partes el yugo de su preponderancia económica. El comercio en sus manos, se había convertido en explotación privilegiada y endurecida por la usura que devorábalos territorios del Sudoeste; pero, en cambio, multiplicados y encerrados en un espacio pequeño ya para el aumento creciente de su población, sin poder ser agricultores ni ejercer profesiones liberales, puesto que su ingreso en las Universidades está limitado por leyes especiales, han ido cayendo en la miseria porque les está prohibido buscar trabajo fuera ó dedicarse á innumerables faenas que podrían conjurar el hambre que les devora, Los burócratas rusos consideran á los judíos como parias y ejercen sobre ellos todo género de vejaciones, verdaderos atentados contra la justicia y la dignidad humanas, que han sido probados millares de veces ante los Tribunales, pero que siempre han quedado impunes. En estas condiciones, la gran masa de judíos del Imperio se h a convertido en ardiente revolucionaria, y en su seno pululan los más enérgicos y los más fanáticos defensores de la libertad, aunque en suma no reclamen en el fondo sino sencillas franquías de competencia en la lucha por la vida. Quieren tener los mismos derechos y deberes que los demás habitantes del Imperio. Pero lo raro no es que sus p r e t e n s i o n e s bien legítimas por cierto- -sean obstinadamente rechazadas por los gobernantes, sino que encuentren la misma hostilidad en el pueblo, en los campesinos, en las capas sociales más bajas y más próximas á ellos, entre los que comparten su esclavitud y su miseria. Y así, desde un extremo al otro de Rusia, en todas las esferas sociales el problema semita está planteado en los mismos términos, que abarcan tres grandes cuestiones: ¿Se debe dar á los judíos libre acceso á todos los puestos públicos y á todas las profesiones liberales? ¿Se les debe permitir establecer libremente cualquier industria en el territorio ó lugar que más les agrade? Y por último, ¿deben tener derecho á adquirir y arrendar tierras y ejercer la agricultura? En lo que se refiere á la primer cuestión, hay gran número de liberales y hasta demócratas rusos que vacilan antes de decidirse por la afirmativa, temiendo la solidaridad de raza que liga á los judíos entre sí como á ninguna otra agrupación de seres humanos. Semejante temor á una solidaridad que se apoyaría desde el ejercicio de los cargos públicos sobre capitales internacionales inmensos, nutre entre los liberales la convicción de que la libertad para los judíos de establecerse en todas partes, sería un desastre en las pequeñas ciudades y en los campos entregados á la rapacidad, laboriosa y tenaz, característica délos hebraitos, que, á la larga, produciría ó la ruina del país entero, ó una sublevación general y sangrienta antisemita. En cuanto á la autorización de adquirir tierras y cultivarlas, provocaría inmediatamente matanzas en masa que nadie podría contener, porque los soldados harían causa común con NUESTROS GRABADOS a catástrofe áfAJcna. L La instantánea que en primer término publicamos hoy, representa el dramático instante en que los supervivientes del acorazado francés buscaban á aquellos de sus compañeros que pudieran haber caído á las profundidades del dique donde se encontraba el barco al ocurrir la explosión. E n la fotografía se ve también el estado en que quedó el buque. n ministro asesinado. Bl presidente del Consejo de ministros de Bulgaria, Mr. Petkoff, cuyo retrato reproducimos, ha fallecido víctima d e criminales maquiaaciones políticas como nos lo comuni can oportunamente los telegramas de nuestros corresponsales. El asesino, que fué detenido, ha confesado su crimen y denundado á sus cómplices. 91 BOLSAS D E L DÍA j 6 MADRID. Cierre. Interior contado, 83,65, fin de mes, 83,75; fin próximo, 84,05; Amortizable, 100,90; Banco, 438,50; Tabacos, 398,65; Azucareras preferentes 77,25; Francos, 10,15; Wbras, 27,90. A pesar de la baja de París, el mercado se mantiene firme. Los francos en alza; las demandas aumentan porque la liquidación de quincena en París cuesta dinero á nuestra plaza. P A R Í S Cierre: Irterior, 76,95; Exterior, 97,65; Nortes, 264; Zaragozas, 400; Ríotinto. 2.306; Goldfields, 110. Aunque el Ríotinto recupera h y algo del terreno perdido en anteriores sesiones, el mercado sigue desquiciado. Los valores españoles están en baja, los Nortes pierden 10 francos y los Zaragozas 20 francos-