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Periódico ABC MADRID 12-08-1906, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas12
- Fecha de publicación12/08/1906
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Construcción per feccionada. mínimo consumo de combustible; construidos por D a v e y I a. iLUian c t C do Co eliester. Pedir catálogos j presupuestos gratis al agente general TAPAS para encuadernar la novela LOS SECRETOS DEL DR. S iVTESIS. CARLOS DAL RE, Ingeniero iiiwwMWTüMiífiti VT mifiaraBaBiaBgrfirirayf rm tait, i líAKQlJIf. l.O, 5. 91 ADISI FABRICA DE ACEITO DE ORUJO POLAN. -TOLEDO VALE NÚM. 43 ¿MUEBLES DE OCASlUiN? Vlsfxn d e l Aiisrel, -KI J KO 1 6 BIBLIOTECA DE ABO LOS SECRETOS DEL DOCTOR SÍNTESIS IJ 3 trario hubiera sido la incomprensible. Ya verá usted cosas más sorprendentes. ¿Eres tú. Christian? -añadió al yer entrar al capitán. ¿Qué hay de nuevo 1 -Aquí están las muestras, maestro. ¿Sigue elevándose el arrecife? -S e le ve crecer. Cada día sube cinco centímetros- -E s o es: cinco centímetros. E s o confirma mis cálcul o s Tres metros en sesenta días. -Per no es eso todo (y ruego ti Sr. Koget d a m s que rae perdone si me abrogo sus atribuciones) el número de los individuos aumenta también considerablemente. Vea usted es muestras. -E s exacto. ¿Y qué dice usted á esto, señor profesor de zoología? -O i g o maestro, que eso es un fenómeno extraordinario, cuya causa no alcanzo. Porque la nutrición inten siva, la saturación exorbitante i que están sometidos los zoófitos, no sólo ha conseguido activar las secreciones calcáreas, sino multiplicar el número de organismos secretores. ¿Qué importa la causa? Compruebe usted el efecto, y no se olvide del hígado hipertrofiado de las aves, sometidas á un tratamiento especial. Sín duda, maestro, la hipertrofia grasosa explica la hipertrofia calcárea de los zoófitos, pero no la hipergenesia... -Otra vez... ¿y qué importa eso? ¿Cree usted á prion (que están enfermos? -L o s hemos cxnminado á satisfacción y nos han parecido vigorosos. Sin embargo, en buena lógica, debían estar enfermos. -V a usted á asegurarse de ello disecándolos. Fotografiará usted las preparaciones y multiplicará usted los experimentos. En cuanto á usted, Alejo, va irsted á anaJizarlos comprobando si la materia orgánica está en can- -S i n emoargo... ese modo de hablar. -E s una simple previsión emitida incídentatmente ante un experimento que á mí me parece irrealizable. Esta conversación, que amenazaba concluir mal, fué interrumpida por nuevas maniobras. Las tripulüciones, divididas en escuadras mandadas por contramaestres, instalaron todo alrededor del atolt planos inclinados destinados á facilitar el deslizamiento de los productos químicos hasta el estanque, y acto seguido abrieron los cajones y con grandes palas comenzaron á arrojar su contenido sobre las aguas de la laguna. La operación duró cuatro horas y durante ellas se vertieron 20.000 kilogramos de sulfato de magnesia, 12.000 de sulfato de cal y 200 de carbonato de cal. D e este modo la cantidad de sales contenidas normalmente en el agua de mar, estaba duplicada, salvo una diferencia inapreciable. El agua conservaba á pesar d todo su limpidez primitiva. Al día siguiente se repitió la operación, y así stccesivamentc por espacio de diez días. Entonces el doctor, que durante todo ese tiempo había permanecido invisible á bordo, dio la orden de suspenderla. Resultando de los cálculos del capitán que los corales del atoll habían recibi. io como ración suplementaria la enorme cantidad de 200.000 kilogramos de sulfato de magnesia. 120.000 de sulfato decaí y 2.000 de carbonato de cal. Total, 332.000 kilogramos; es decir, 332 to neladas extraídas de la cala del Godaveri. Poco á poco las aguas habían ido tomando un aspecto lechoso, hasta el punto de estar completamente turbiat en la noche del décimo día. El joven Arturo, totalmente inactivo durante este larg o período, seguía burlándose y bromeando con el preparador de química, cuya confianza comenzaba á bambo iearse.