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Periódico ABC MADRID 03-02-1906, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas12
- Fecha de publicación03/02/1906
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SUSCRIPCIÓN PAGO A N T I C I P A D O Madrid, por cada mes, i,5o pesetas. Provincias, 5 pts. trimestre. Trimestre; Portugal, 6 pesetas. Unión Postal, 8 francos. Administrxcióft: 55, Serrano, 55, Madrid N. 388. MADRID, SÁBADO 3 DE FEBRERO DE 1906 NUMERO SUELTO, CINCO CÉNTIMOS EN TODA ESPAÑA Es la preparación míts racional y científica para curar los catarros crónicos, tuberculosis en su primer y segundo grado, las toses recientes, la bronquitis crónica, ía, debilidmi en general. De venta en todas las boticas, l i a b o r a t o r i o q a f m l c o d e l a u t o r c a l l e d e l P e z n ú n i 2 0 y A r e n a l 1 5 2 p t s T r a s c o AB P U B LICl D A D SOLICÍTENSE TARIFAS Anuncios económicos. Reclamos. Anuncios por palabrai. Noticias. Informaciones. Adminístrac ¡ón: 55, Serrano, 55, Madrlo C m IHf liTilkl d i l k l O I J E r 7 C A N T Ü M Ü StJft. UljP llJIl 9 H I 1 0 I 1 H J E 9 M H I HIVH I G LICEEOFOSFATO DE CAL CREOSOTAL. 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El 3 premia en la Exposición Farmacéutica y en el IX Congreso de Higiene, demostró que hay en España productos extra de higiene de tocador á la i. parte de precio que los más renombrados del extranjero. CAMISAS cab. vestir, á 3, í y 5 ptas. Ver y creer. Almacén géneros de punto. Plaza de Celenque, 1. TAPAS para encuadernar la naveta ABNEGACIÓN Y AMOR. BONOS de A f se compran k precios elevados. José Domínguez, PJaza de Matute, 8 3. dcha. Pruébense ios Choco ates de los RR. PP. Benedictinos VALE NÚM. 27 VI m c o s c a t s p u r o s s i n p i n t u r a s T e l 1.852. 5 1 M e n t e r a 5 1 Sucursal n. 1, Plaza de San Miguel, n. 9. M 6 BIBLIOTECA DE A B C ABNEGACIÓN Y AMOR ll3 -T o d o el munao no puede ganar ai mismo tiempí con Ja misma jugada; lo que uno gana, o t r o lo pierde. L e he dicho: -Afirma mí padre que ai comprar Varsange ha he c h o n v u y b u e n negocio. AJ oírme pareció entristecerse: -Seguramente- -replicó. -U n buen negocio en detrimento de su amigo de usted el capitán P e d r o de Varsange, que ha hecho un ncgocíp malo. -P e d r o no ha hecho un negocio, sefiorita; ha obedecido á la ley más dura aue hay en este mundo: á la ley de la necesidad. -S i hubiese vendido la finca en su verdadero valor, la habría vendido niás cara, ¿no es eso? -S i la hubiese vendido al precio á que la tasábamos, n o hay duda alguna. ¿E r a exagerada esa tasación? -E s difícil fijar con exactitud el valor de las grandes propiedades, sobre todo en estos momentos en que sufren una depreciación exagerada. -E n fin, ¿cuál es la diferencia entre esa tasación y el precio de compra? -Una diferencia considerable; cerca de cien mil francos. -Entonces, mi padre debe cien mil francos al señor de Varsange. -P e r d o n e usted, señorita; d S r M i g n e t no debe nada, porque P e d r o ha aceptado las condiciones de venta. -H a aceptado, usted mismo lo ha dicho, obedeciendo á la ley de la necesidad. N o hubiésemos debido sacar partido de esa necesidad. M i padre es un hombre de negocios, ¿pero es que no hay algo muy superior á los ncofjcios? Le rogaré que devuelva esos cien mil francos curador ha mentido ouiosamente. El conde P e d r o no había perdonado á su padre su segundo matrimonio, no Jiabía vuelto á Varsange; pues bien, después de abando a r su propia fortuna á los acreedores, como su madras r a esa mujer que odiaba, quedaba sin recursos, la lleve a su casa y compartió con ella lo único que tenía ya, sv sueldo de oficial del Ejército. Q u é proceder más hermoso! f de JuUo El S r Onésimo va á batirse por causa mía; no preci saínente p o r mi causa, sino para defender á sus bienhe chores. M i indiscreción le lleva al terreno del h o n o r Papá, que estaba preocupado, fué á Besanjon; no se hablaba allí de otra cosa. El S r Onésimo se había enterado fácilmente del nom b r e del calumniador; todo se sabe en un pueblo y el p r o curador había almorzado la víspera en casa. El S r Onésimo ha ido al Círculo que frecuenta en Besan 9o n; se encontraba cabalmente en uno de sus días de inspiración; refirió su almuerzo en nuestra casa y es toy convencida de que no nos ha tratado bien. Luego habló de los Varsange, contando cosas espeluznantes, no respetando ni á la condesa E d i t k Esa santa! Decía que había tomado á su servicio á una ladrona porque la ayudaba en sus intrigas. Entonces el S r Onésimo se ha levantado y le ha cruzado la cara. Es inevitable un desafío. H e ¡do al cementerio, he depositado un ramo de m más hermosas flores en la tumba de la condesa; luego la he r o g a d o llorando, que proteja á ese hombre valiente que se bate para defender su memoria y por culpa mía. Y entonces un pensamiento ha brotado en mi cerebro y es que es lástima que el S r Onésimo no sea ni conde, ni marqués, ni millonario, porqué no es más que un hombre con un gran corazón. ¡Tiene corazón, eso sí!