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ABC MADRID 21-03-2004 página 3
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ABC MADRID 21-03-2004 página 3

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ABC DOMINGO 21 3 2004 La Tercera ENTRE LA AUTOCRÍTICA Y LA RESPONSABILIDAD A sombra terrible del 11- M marcó indefectiblemente la jornada electoral del 14- M. Es más, nunca se podrá hablar de un catorce de marzo autónomo sin su referencia anexa del jueves trágico. El día de las elecciones quedará, históricamente, como el del tercer día después del 11 de marzo. Se sabía que la conmoción emocional del 11- M tendría efectos trascendentes sobre las elecciones, pero nadie podía garantizar, a las pocas horas de los atentados, cuál sería el sentido electoral a donde conduciría la sobrecarga de dolor en el ambiente. Ahora ya se sabe: el partido en el gobierno ha pagado políticamente, casi en exclusividad, el precio del terror, de su dramático impacto sobre la sociedad española que ha depositado sus votos en las urnas, con los sentidos todavía abotargados por las imágenes de la sangre y el espanto. Y lo ha pagado porque, en vísperas de las elecciones, no ha sabido gestionar mediáticamente el miedo y administrar políticamente las consecuencias del mismo. La política, los malos usos de la política, la obsesión por el qui prodest, han contaminado inevitablemente el escenario moral de la tragedia humana. La polarización en la identificación de los responsables del terror entre ETA y Al- Qaeda ha hecho estragos y la interpretación simplista del presunto nexo causal entre la guerra de Irak y los dos centenares de muertos de Madrid ha acabado imponiéndose con efectos electorales demoledores para el partido en el gobierno. Pero el problema del PP ha sido de mayor envergadura. Aznar se va de la política con el síndrome Olivares a cuestas y tan contrito y hundido moralmente como el conde- duque en 1643. Intentó, como el valido de Felipe IV, articular el Estado- Nación España en clave unitarista, consciente de los graves problemas de gobernabilidad que planteaba la España austracista del siglo XVII como los plantea la España horizontal de nuestro tiempo. Intentó, asimismo, como el conde- duque, apostar por el llamado reputacionismo, la proyección intervencionista de España en los conflictos internacionales, a caballo de la nostalgia por un pasado glorioso irrepetible; salir, en definitiva, de la mediocridad del ángulo oscuro del salón internacional. Chocó frontalmente con nacionalistas vascos y catalanes, como le pasó a Cánovas y Maura, los dos grandes políticos conservadores de los siglos XIX y XX. Le unió a Cánovas su concepto de España y a Maura la firmeza de sus convicciones (podría haber escrito lo mismo que éste: gobernar es tener un concepto perfectamente claro de lo que se persigue y una voluntad firmísima de llegar a donde se quiere La historia larga será con él mucho más benévola que lo ha sido la historia corta. Lo que más le ha erosionado políticamente fue un eslógan: no a la guerra. Le ha sobrado rigidez y le ha faltado capacidad mediática. El gran fracaso, desde mi punto de vista, del PP ha sido su torpeza mediática ante la opinión pública y su carencia de buenos intelectuales orgánicos, lo que ha contrastado radicalmente con el PSOE. Las grandes expectativas de cambio creadas en determinados ámbitos- -la política educativa, por ejemplo- -han ido acompañadas de un enorme ruido mediático contestatario, con el co- L Habrá que corregir el rumbo peligroso hacia la polarización que en los últimos tiempos ha vivido la sociedad española rrespondiente desgaste del ministro o ministra del ramo sin que, a la postre, los resultados estuvieran a la altura de tal desgaste. Uno de los terrenos en los que se han conseguido mejores resultados ha sido el del terrorismo y la ironía histórica es que el terrorismo ha sido, precisamente, el principal factor del fracaso final. La venganza de la hidra sobre la espada. El buen balance de la política económica desarrollada a lo largo de estos ocho años ha quedado bruscamente roto por el desgarro sentimental de la tragedia del 11- M. Al final, la historia económica del gobierno Aznar ha quedado barrida por la historia de las mentalidades. John Elliott- -el biógrafo, precisamente, de Olivares- a raíz del 11 de septiembre del 2001, planteó que se abría en el mundo una nueva época caracterizada por el fin de la inocencia y la crisis del relativismo cultural. La verdad es que el tal fin de la inocencia no se dio en nuestro país. Aquí se ha vendido como inocencia lo que es simple frivolidad o irresponsabilidad. La inocencia hace mucho tiempo que se perdió por el camino. La ingenuidad sesentayochista devino pronto en picaresca. Principios como el del relativismo intelectual (la verdad científica no existe) y el de la ambigüedad moral (la indeterminación entre el bien y el mal) han hecho estragos desde hace ya dos décadas. Hoy, lamentablemente, tenemos demasiados tartufos y prestidigitadores que esgrimen en sus manos soluciones mágicas a nuestros viejos problemas de vertebración nacional y de definición de nuestro papel en el mundo, con frivolidad pasmosa. Han proliferado los vocacionales de la comprensión del mal, los normalizadores de todo o de casi todo, que acaban legitimando las mayores barbaridades en INVERSIONISTA MAGNÍFICA OPORTUNIDAD VENTA DE NEGOCIO Empresa en pleno funcionamiento ÁMBITO NACIONAL del segmento de ROPA DEL HOGAR ESPECIALIZADA en artículos CON GRAN DEMANDA en España MARCA PROPIA, con reconocimiento a NIVEL INTERNACIONAL, (conocida como franquiciadora) Interesados diríjanse al e- mail: nombre de un presunto progresismo que, en realidad, sólo sirve para camuflar la hipocresía o la cobardía moral. Lo peor de la frivolidad es que el vacío penoso de valores que deja tras de sí acaba siendo ocupado por los fundamentalistas integristas que alimentan de sueños imposibles el imaginario colectivo, sobre todo juvenil. Y el peor sueño de todos es el sueño de la razón que, como es bien sabido, produce monstruos. Las responsabilidades que tiene ante sí el partido socialista hoy son de enorme calado. La primera y principal, reasumir el histórico problema de España, en su doble vertiente, de puertas adentro y de puertas afuera. ¿Se consolidará la Constitución de 1978, con algunos posibles retoques, o se deslizará por la pendiente fácil de la llamada segunda transición hacia la que la empujarán, sin duda, algunos de sus posibles socios? ¿Cuáles serán los techos de la catarata de reformas de los estatutos autonómicos que se avecinan? ¿Qué criterios de política internacional se seguirán, de ahora en adelante? Los retos son inmediatos. La semana próxima se empieza a debatir parlamentariamente el Plan Ibarretxe. La propia opción que se tome a favor de tales o cuales socios o aliados políticos para garantizar una gobernabilidad solvente, tendrá que determinarse sin dilación posible. Las incógnitas respecto a la identidad de los terroristas del 11- M siguen pendientes de definitiva aclaración. La amenaza silente del terrorismo de siempre continúa en el horizonte. Muchos problemas en esta España nuestra de marzo del 2004. Tiempos recios, tiempos difíciles. Hará falta dejarse por el camino muchos mitos evanescentes, muchos tópicos simplistas, mucha demagogia y frivolidad. Habrá que asumir que el terrorismo musulmán amenaza a Francia y a toda Europa, como sigue amenazando a España, al margen de los criterios seguidos en la guerra de Irak por los respectivos gobiernos nacionales. Habrá que tener presente lo que pueden significar de testimonio de debilidad- -con todos sus riesgos- ante la presión terrorista, determinadas respuestas políticas. Habrá que valorar los peligros de los abrazos del oso o de los osos próximos. Habrá que metabolizar que todos los problemas tienen soluciones, pero ninguna es fácil ni cómoda ni, desde luego, pueden ser inmediatas. La realidad es compleja y ésta sólo puede abordarse desde la sensatez y la estabilidad emocional. Habrá que corregir el rumbo peligroso hacia la polarización que en los últimos tiempos ha vivido la sociedad española y aparcar la tentación cainita y destructiva de los españoles, demasiado evidente estos últimos días, y que diagnosticaba Castelar en 1876 cuando decía aquello de que: Aquí en España todo el mundo prefiere su secta a su patria Ha ganado la razón democrática. La razón de los votos de los españoles. Ha llegado la hora de administrarla con sentido común, con responsabilidad. El futuro aleatorio que tenemos delante lo exige más que nunca. dunasprada hotmail. com Ref. 2212 o al teléfono; RICARDO GARCÍA CÁRCEL Catedrático de Historia Moderna Universidad Autónoma de Barcelona 629 56 07 19

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