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Los tres intentos de volar por los aires el Valle de los Caídos

En 2010, la Federación Estatal de Foros por la Memoria pidió la «voladura controlada» de la Gran Cruz del Valle de los Caídos y que se desmantelara la basílica, como habían intentado varios grupos terroristas antes

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El Valle de los Caídos, ahora llamado oficialmente Valle de Cuelgamuros y en la época medieval Valle de Cuelgamoros, es uno de los grandes símbolos del Franquismo y, por ello, el objeto recurrente de quienes quieren borrar la memoria de la dictadura. En 2010, la Federación Estatal de Foros por la Memoria pidió la «voladura controlada» de la Gran Cruz del Valle de los Caídos y que se desmantelara la basílica, una propuesta que varios grupos terroristas ya habían intentado llevar a la práctica en el pasado.

La primera de estas intentonas fue en 1962 a manos de un grupo anarquista. ABC publicó el 23 de septiembre de ese año una portada con la información: «Han sido detenidos los organizadores y autores de los recientes actos terroristas».

Los terroristas detenidos por colocar bombas en Barcelona tenían su residencia en Francia, desde donde habían realizado una cadena de atentados que «intentaban quebrantar la moral pública y desprestigiar al país». Entre estas acciones estaba, según la información, la explosión de un artefacto en la cripta del Valle de los Caídos que no causó víctimas mortales pero sí desperfectos.

Un joven llamado Francisco Sánchez Ruano fue acusado del atentado después de ser visto huyendo del lugar de los hechos. Fue condenado a 28 años de cárcel, a pesar de que él siempre negó su implicación. Casi medio siglo después las pruebas contra los verdaderos autores del atentado, un español y un francés residentes en París, evidenciaron que Sánchez Ruano, que cumplió once años, no tenía nada que ver con el atentado.

Entrada principal de la cripta.
Entrada principal de la cripta. - ABC

El segundo conato, en 1999, lo protagonizó la banda terrorista GRAPO. El procedimiento y los resultados fueron idénticos al anterior atentado, con una explosión en el edificio que no provocó muertos ni afectó la tumba del dictador. En el año 2008, la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a la dirigente de los Grapo Victoria Gómez Méndez a siete años de cárcel por haber ordenado este atentado. Mónica Refojos Pérez, también condenada por este ataque, fue quien colocó el artefacto con tres kilos de explosivo en uno de los confesionarios de la basílica. Luego programó la bomba para que estallara a las 4.30 horas de la madrugada, cuando no había visitantes en el mausoleo ni en sus alrededores. La explosión causó un incendio y daños que la Audiencia valoró en casi 725.000 euros.

Entierro de Franco en la basílica del valle de los Caidos.+ info
Entierro de Franco en la basílica del valle de los Caidos. - ABC

El tercer intento de volar el Valle de los Caídos ocurrió en 2005. El Ministerio del Interior ocultó la explosión de un artefacto casero en los jardines del monumento, de modo que no se supo hasta días después, cuando el artífice realizó una llamada al periódiódico abertzale ‘Gara’ para ganar notoriedad y vincularlo a ETA. El artefacto dañó el puente de madera que adorna el paseo de los visitantes, pero no alcanzó el interior.

El Grupo Especialista en Desactivación de Explosivos (GEDEX) de la Guardia Civil determinó que se trataba de un artefacto «muy rudimentario», compuesto por unos tres kilos de fertilizante, probablemente nitrato sódico, con un básico dispositivo de iniciación. Un material similar al que utilizaba ETA para la fabricación de la cloratita. No obstante, las investigaciones descartaron cualquier vinculación con la banda terrorista.

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