Así eran las míticas motos «Indian», las precursoras del motociclismo
«A la sombra de su bandera se ha desarrollado en España el culto de la moto», decía ABC en 1917
![](https://s2.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/08/5617190-kLIH--620x349@abc.jpg)
- Compartir
Indian Motorcycle Manufacturing Company fue fundada en 1901 por George M. Hendee y C. Oscar Hedstrom, ambos corredores de motocicletas. Dos años después, William S. Harley y Arthur Davidson fundaron Harley Davidson. Ambas marcas se convirtieron en seguida en rivales. Durante la guerra, el Ejército norteamericano obligó a ambas marcas a venderles toda su producción, por lo que durante cuatro años quedaron fuera del mercado. Bien es cierto que Harley Davidson estuvo más atenta y a través de sus contactos con el Ejército consiguió mantener una pequeña línea comercial, lo que sirvió para que tras la Primera Guerra Mundial se convirtiera en la marca dominante del mercado.
![Moto Indian con sidecar](https://s1.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/08/7384233-t6w--620x458[1]-kLIH--510x349@abc.jpg)
Aunque en España «Indian» fue la precursora del motociclismo, comenzó a competir muy pronto con Harley Davidson, que le ganó en todas las categorías en el año 1917.
Así lo contaba ABC en su edición del 17 de octubre: «No habrá nadie que piense, si piensa juiciosa y rectamente, que el éxito ó la adversidad de un día puedan dar ni quitar nada a un crédito tan cimentado como el de las motos “Indian”. El nombre de una marca no ha de ser tributario de la fortuna de un momento, cuando este nombre está tan alto como el de las motos rojas. Las “Indian” fueron las precursoras del motorismo en nuestra tierra; a la sombra de su bandera se ha desarrollado en España el culto de la moto, y con su esfuerzo y su labor el número de motoristas ha crecido con rapidez vertiginosa. El historial brillante de esta marca le crea una aureola de respeto, que no puede esfumarse con unas horas de funesta guigne (sic). La moto que posee los dos records mundiales, el de velocidad y el de resistencia, obtenido el primero con una marcha de 165 kilómetros, 497 metros a la hora, y el segundo por un recorrido de 2.469 kilómetros, tiene derecho a todos los homenajes, y el brillo de su fama no ha de empañarse por llegar segando o tercero en un concurso».
![](https://s3.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/08/7383809-kLIH--510x349@abc.jpg)
Aunque, para no engañar a nadie, la paliza de las «Harley» a las «Indian» fue de las que hacen época. Las «Harley Davidson» llevaban a penas año y medio rodando en los campeonatos de motociclismo en España cuando le ganaron en las dos categorías a las «Indian». Pero también consiguieron que las 15 máquinas que concursaron en el concurso de regularidad Madrid–Valladolid, que medía realmente la calidad de la moto, terminaran la prueba y ganaran 10 medallas de oro en las diversas categorías.
Los dos motoristas de la fotografía superior eran Víctor Landa y Ángel Retana, verdaderos «ases» que consiguieron las increíbles velocidades de 126,760 y 100,558 kilómetros por hora. En unas carreteras de aquella manera, con sus botines de cuero, la camisola abotonada hasta el cuello y una boina bien calada.
![](https://s1.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/08/7197799-kLIH--510x349@abc.jpg)
A Ángel Nieto, la imagen del corredor Román Uribesalgo, que sobre una Indian fue de Madrid a Bilbao en cinco horas, cinco minutos y 17 segundos en 1922 le parecía «encantadora». «Ver a Uribesalgo con boina, chaqueta y corbata después de hacer el recorrido Madrid-Bilbao con una Indian parece un fotograma sacado de una película de Spielberg», decía en 2008.
El «doce más una» veces campeón del mundo de motociclismo observaba esta fotografía de 1922 con la misma distancia mecánica que sentía entre las motos actuales del Mundial y las que él montaba en los años sesenta. «Cuando yo gané mi primer gran premio, en 1969, yo competía con una Derbi que pesaba 50 kiloes y cuyo carburador "tosía" bajo la humedad de los bosques de Sachsenring, un trazado que tenía catorce kilómetros. Los motores se rompían mucho más que ahora y alcanzaban las quince mil vueltas por minuto. Los neumáticos eran tan duros que te valían para tres carreras. No era como ahora -subrayaba- que ponen gomas de chicle para hacer el crono de clasificación».