El crimen del desahuciado de Cuatro Caminos
Gervasio Manuel Sánchez asesinó a su patrona después de que le echara por no pagar el alquiler
![Madrid, 18/08/1911. Crimen de los Cuatro Caminos. Gervasio Manuel Sánchez Nieto, asesino de Concepción Vila López, en el momento de ser conducido a la cárcel](https://s2.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/16/6985047-kveC--620x349@abc.jpg)
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En el barrio de los Cuatro Caminos, calle de Castilla, número 22, habitaba en 1911 una mujer de 62 años, llamada Concepción Vila López, en unión de sus hijos Manuel Ferreiro, de 16 años, aprendiz de fundidor de metales; Emilia, de 27, casada; Mercedes, de 24, y Manuela, de 20, solteras. El marido de Concepción era cabo de la policía y estaba destinado en Valladolid.
Concepción alquilaba dos habitaciones para poder llegar a fin de mes de manera más desahogada, y ahí es donde entró en escena Gervasio Manuel Sánchez Nieto, albañil de profesión, de 36 años, y mal pagador. Concepción le advirtió en reiteradas ocasiones, pero el albañil no hacía mucho caso. Cuando los meses de deuda llegaron a cuatro, Concepción le pidió que buscase otra casa y Gervasio hizo caso, trasladándose a un número de la misma calle.
![](https://s3.abcstatics.com/media/archivo/2021/02/16/abc-madrid-19110819-3-kveC-U401983263954hT-220x300@abc.jpg)
Unos días después se acercó el albañil a la casa de Concepción a recoger sus escasos muebles. Al sacarlos se encaró con su patrona, insultando a toda la familia y entre gritos anunció su venganza por el desahucio. El hijo de la Concepción, Manuel, llegó entonces a su casa y, naturalmente, salió de defensa de su madre suplicando a Gervasio que los dejase tranquilos.
Tanto irritó al albañil su intervención que sacó una navaja para atacar al hijo de su patrona. La madre se interpuso para defender a su vástago y recibió una puñalada en el corazón que resultaría mortal. En el forcejeo posterior resultó gravemente herido Manuel y otra de las hijas, Emilia, que al tratar de sujetar con fuerza a Gervasio recibió un mordisco.
Los heridos fueron trasladados a la Casa de Socorro, donde nada se pudo hacer por la vida de Concepción, que falleció.
Gervasio, que huyó del lugar, fue detenido en su nuevo domicilio, sin oponer resistencia. En su declaración al juez declaró, como suele ser habitual, que todo fue en defensa propia, que no sabía lo que había hecho. Algo oscura resultó la relación que pudo tener con Mercedes, otra de las hijas de la víctima, a la que habría prestado dinero. En definitiva, una muerte absurda y muchas vidas destrozadas en una España no tan lejana.