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¿Por qué Alfonso XIII o Juan Carlos nunca fueron coronados como Reyes de España?

A diferencia de reinos como Reino Unido, que sigue coronando a sus Reyes, los textos constitucionales de España hablan solo de proclamación siguiendo una larga tradición medieval

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Si el heredero del Rey era hembra, la Corona se acostumbraba a anunciarlo con catorce cañonazos, y si era varón, con veintiuno. Pocos bombardeos fueron tan celebrados en Madrid como los veintiuno que sonaron el 17 de mayo de 1886. La noticia de que del bebé póstumo de Alfonso XII colgaban dos orbes y un cetro sosegó los ánimos revueltos tras la inesperada muerte del Rey con solo 27 años. Su segunda esposa, María Cristina, fue nombrada regente y encabezó el periodo más estable de la Restauración.

La madre reinó en nombre de Alfonso XIII hasta su mayoría de edad, cuando se produjo su jura y proclamación como Monarca de España. Al cumplir los dieciséis años de edad, el 17 de mayo de 1902, el joven fue declarado mayor de edad y asumió las funciones constitucionales de jefe de Estado en un acto con características similares a los usados desde la Edad Media para proclamar a los sucesores de los Reyes Católicos

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Según reparaba Blanco y Negro en su especial publicado sobre el acto, «las proclamaciones y juras ante las Cortes de los sucesores de aquellos dos gloriosos Monarcas que fundaron la unidad de la patria, han revestido, salvo detalles poco importantes de ceremonial, carácter idéntico. El mismo que revestirá hoy el acto solemne de la jura de D. Alfonso XIII ante la representación nacional. La fórmula acordada para la jura del joven Monarca será la siguiente: ‘Juro cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Monarquía, e inspirar mis actos en el bien del pueblo. Si así lo hiciere. Dios me lo premie, y si no, me lo demande’».

Alfonso XIII y el Príncipe de Asturias.+ info
Alfonso XIII y el Príncipe de Asturias. - ABC

Alfonso XIII creía reinar «por derecho de la historia», lo que venía a decir que estaba colocado allí por Dios. No obstante, jamás fue coronado Rey en un país que hacía siglos que no creía en los derechos divinos de sus monarcas, sino en un pacto tácito entre el pueblo y el soberano para ostentar el poder. Como el procurador burgalés Zumel explicó a Carlos I a su llegada a España: «En verdad nuestro mercenario es (el rey), y por esta causa asaz sus súbditos le dan parte de sus frutos y ganancias suyas y le sirven con sus personas todas las veces que son llamados…».

El último Rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio que hoy integran España fue en el siglo XIV Juan I de Castilla, el segundo Rey de la dinastía de Trastámara

A diferencia de reinos como Reino Unido, que proclaman y luego coronan a sus Reyes en actos llenos de reminiscencias religiosas, los textos constitucionales de España hablan solo de proclamación siguiendo una larga tradición medieval. Por esta misma razón tampoco Don Juan Carlos I o su hijo Don Felipe VI fueron nunca coronados. El último Rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio que hoy integran España fue en el siglo XIV Juan I de Castilla, el segundo Rey de la dinastía de Trastámara. Desde entonces, los monarcas castellanos, aragoneses y del resto de reinos peninsulares ascendieron al trono a través de diferentes ceremonias de proclamación o jura. Algunas tan peculiares como la de algunos territorios vascos y del Reino de Navarra, donde el soberano era alzado sobre un escudo por los ricos hombres.

Los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, saludan desde el Rolls Royce descubierto por las calles de Madrid en 1975.+ info
Los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, saludan desde el Rolls Royce descubierto por las calles de Madrid en 1975.

La ausencia de coronaciones o entronizaciones hicieron que en estos reinos no se necesitaran joyas ni objetos ceremoniales. Algunos como Sancho IV de Castilla se enterraron con su corona o, como Martín ‘El Humano’, donaron sus joyas a la Iglesia o las vendieron, puesto que los consideraban bienes privados y no, como en otras monarquías, un símbolo físico para legitimar al siguiente Rey. Actualmente, la corona física que preside, junto al cetro de Carlos II y un crucifijo de plata, las ceremonias de proclamación de los Reyes no se denomina Corona de España, sino que es la llamada corona tumular, de bajo valor económico y pocos alardes, que no está pensada para ceñir la cabeza del monarca en cuestión en una ceremonia pública, sino a modo decorativo para representar la institución.

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