EL PSOE DE ECHÁVARRI

«Las críticas por acoger a chaqueteros son justas, pero quedarse fuera del poder provoca traiciones y venganzas»

HAY pocas profesiones en donde la lealtad deba su preponderancia a una voluntad moral y, desde luego, la política no está entre ellas. Lamentablemente, la fidelidad en la órbita de lo público suele andar pareja a la relación establecida entre el que manda y el mandado, que debe su puesto a aquel cuando toca poder. Sin embargo, cuando uno anda en la oposición este factor no cuenta; de ahí que el candidato socialista a la alcaldía de Alicante, Gabriel Echávarri, esté sufriendo un tremendo desgaste interno propiciado, en gran medida, por la corriente díscola de su partido.

Abogado de dilatada trayectoria, diputado en el Congreso y amigo personal de Pedro Sánchez, Echávarri, a priori, es de lo mejor que ha presentado el PSOE alicantino en mucho tiempo. Pese a esta tarjeta de presentación, la secretaría provincial dirigida por David Cerdán recela de él, mientras que la mitad de los concejales de la bancada socialista municipal no es que desconfíen: directamente quieren liquidarlo. Muchos son los argumentos utilizados en su contra, aunque lo que subyace en toda esta historia es otra cosa. Concretamente, que Echávarri los ha mandado al carajo y no cuenta con ellos. Y claro, ahora que aspiran a tocar poder, quedarse fuera provoca traiciones y venganzas. Un buen ejemplo de lo que explico salió a la luz pública esta pasada semana, ya que el exedil popular, Antonio Sobrino, reconoció ante las cámaras de la televisión haber filtrado las fotografías de Sonia Castedo pasando la Nochevieja en Andorra junto a Enrique Ortiz.

A pesar de que las críticas recibidas por acoger a chaqueteros populares en su equipo electoral son en cierta medida justas, la realidad es que el alcaldable socialista ha formado un grupo de trabajo serio, de gente preparada e ilusionada, con la que sustituir a la pandilla de desleales que alberga en su seno la agrupación del puño y la rosa. Y precisamente esto es lo que encabrona a los socialistas díscolos que día sí, día también cargan contra él porque se quedan sin sueldo.