ENTREVISTA A Gerardo Fernández Albor (Expresidente de la Xunta)
«La democracia es el Parlamento y no los insultos, la crispación y manifestarse»
Con una lucidez casi centenaria y a punto de publicarse su sexta biografía, repasa el éxito de Feijóo y otros temas de la actualidad nacional

Gerardo Fernández Albor tiene 95 años y 66 días. Si nada ha variado su rutina, esta mañana debería de haberse despertado hacia las seis, aunque habrá permanecido acostado hasta las ocho. Habrá repasado la prensa porque «afortunada o desgraciadamente, tienes que estar al día y para eso no basta con un periódico». Comienza la semana de vuelta al tajo en su céntrico despacho de Santiago. Hace un cuarto de siglo que dejó de dirigir la Xunta y está a punto de publicarse su sexta biografía, «El compromiso de la elegancia», y bromea: «Me dan más importancia ahora que cuando era presidente». Así que asume para sí aquella frase que acompañó a un dibujo de Castelao que tanta gracia le provocó en su juventud: «El hombre que llegó a ilustrísimo por riguroso turno de antigüedad».
La entrevista empieza con Castelao en la primera respuesta y termina con Ramón Piñeiro en la última. Entre medias, con una lucidez casi centenaria, Gerardo Fernández Albor explica el éxito de Alberto Núñez Feijóo, analiza los errores del PSOE, la deriva del nacionalismo catalán o el primer año de Mariano Rajoy en el Gobierno.
-Otra mayoría absoluta para el PP en Galicia y, a contracorriente, con tres escaños más. ¿Lo esperaba?
-Hemos tenido la suerte de tener un muchacho joven, un gran político, que se preocupa por atender a la gente y solucionar los problemas, que es Alberto Núñez Feijóo. Yo estaba preocupado porque eran muchos partidos contra él y solo con el afán de derrotarlo, aunque no habían hecho un programa para Galicia. El pueblo gallego ha sido muy sensato frente a todas las propagandas, las manifestaciones, los insultos y la campaña feroz, como si él fuese el culpable de la crisis que sufrimos. Feijóo votó y no hubo ninguna manifestación victoriosa, simplemente se dedicó a cumplir con su deber: votar y seguir trabajando. Galicia ha dado a España un ejemplo de lo que hay que hacer en democracia, que es votar y dejar los insultos, la crispación y las manifestaciones. No eso de Parlamento y manifestaciones. Eso no es democracia. La democracia es el Parlamento. No he visto nunca tantas manifestaciones en un país democrático como aquí.
-¿Observa con inquietud la proliferación de protestas en las calles?
-Lo de Madrid ya es una broma. Que se hagan manifestaciones frente al Parlamento mientras hay sesión -que está prohibido- y que te digan los que están ahí que eso es legal. Y que te lo digan los señores parlamentarios... Y luego que ocupen las calles. He visto manifestaciones en Londres y recuerdo que cuando llegaban al semáforo en rojo se paraban y continuaban sin entorpecer la vida de la ciudad.
Si Zapatero hubiese hecho al llegar al Gobierno lo que hizo Feijóo en Galicia no tendríamos crisis
-¿Cuál es el éxito de Feijóo?
-Preocuparse de los problemas de la gente. Habla con todo el mundo y procura resolver esos temas. Que hace falta trabajo en el naval y sabemos que tenemos los mejores astilleros de España, pues se va a Brasil. Él va a arreglar los problemas. Si el señor Zapatero hubiese hecho al llegar al Gobierno lo que hizo Feijóo en Galicia no tendríamos crisis ninguna. Parece una broma y es una realidad. El día que él entró empezó a arreglar las cosas, a vivir con el dinero que se tiene y a tratar de solucionar los problemas económicos.
-¿Cómo ve la situación?
-Estoy convencido de que el próximo año empezaremos a crecer en Galicia porque ya ha conseguido un déficit prácticamente normal. Si esto lo hubiese hecho el Gobierno central hace ocho años, estaríamos como en la época de José María Aznar, que creábamos cinco millones de empleos. Y ahora estamos con cinco millones de parados y encima tiene la culpa Rajoy, que lleva nueve meses en el Gobierno.
-Ha alabado continuamente la labor de Feijóo como gestor...
-Un gestor espléndido -matiza-.
-...y sin embargo hubo quien en la campaña ridiculizó esa faceta.
-En la campaña le llamaron de todo, desde asesino a sinvergüenza. Nunca vi una campaña tan dura como la que se le ha hecho a este hombre.
-Le propongo que me complete una frase: «Feijóo se equivocaría sí...».
-...si creyese que con esta victoria están todos los problemas arreglados. Hay un dicho, creo que es japonés, que dice: «Después de la victoria, apriétate el casco». No se puede descansar ni un minuto, aunque se necesita tener una salud como tiene Feijóo. Siempre le recomiendo que descanse un poco porque ese ritmo que tiene es difícil de aguantar. Mire Rafa Nadal.
-La victoria de Feijóo también ha propiciado que haya quien le coloque como sucesor de Rajoy.
-Es una campaña para deteriorar a Rajoy. Rajoy y Feijóo se entienden perfectamente y no veo a Feijóo con esa ambición política. Estoy convencido de que solo piensa en Galicia y que él estará aquí mientras sea necesario.
-¿Cree, como Esperanza Aguirre, que el sucesor de Rajoy «está todavía haciendo el bachillerato»?
-Ojalá esté en Primaria. Lo que quiero es que el PP esté en el poder mientras no haya una alternativa socialdemócrata sensata, que no haga pactos con quien sea con tal de gobernar.
-¿Qué valoración hace del casi primer año de Rajoy en La Moncloa?
El despilfarro y la falta de sensatez económica del Gobierno del PSOE trajo las consecuencias
-Está luchando en Bruselas, que es donde hay que luchar, para que nos den las posibilidades y que reconozcan que España es una gran nación, que tiene una deuda horrorosa que nos han dejado y que nos tienen que dar facilidades para salir de ella con los recortes y con la labor que está haciendo Mariano Rajoy, que al primero que tiene que desgradar y no gustar es a él. A ver a qué presidente del Gobierno le puede gustar hacer cosas que son malas para el individuo. No hay otra forma que haciendo esa política que a la gente le molesta tanto, pero que le echan la culpa al que la está haciendo, no al causante de esa tragedia. Y el causante de esa tragedia tiene nombres y apellidos porque cuando cogió el Gobierno de Aznar, España era la que más puestos de trabajo creaba en Europa. El despilfarro y la falta de sensatez económica del Gobierno del señor Zapatero nos trajo estas consecuencias en ocho años.
-Ha colocado a Zapatero como el peor político de las últimas décadas.
-A mí no me gusta juzgar a las personas. Digo lo que ha sucedido y los fallos de los socialistas son clarísimos. El primero de Felipe González al politizar la Justicia. Y el segundo, el de Zapatero, la Ley de la Memoria Histórica, que es un retroceso. Hay que solucionarlo.
-Con su experiencia y perspectiva, ¿cómo ve el futuro de España?
-Siempre con optimismo. España es una gran nación. Piense lo que es nuestra lengua española. Yo soy un galleguista que desde el primer momento defendí la lengua gallega para recuperar nuestra cultura. Y soy también un defensor de la lengua española como sucesor del mejor galleguista que conocí: Ramón Piñeiro. Decía que somos gallegos por nación, españoles por historia y europeos por cultura. Eso soy obedeciendo y siguiendo su doctrina.
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