Los niños que han ido a la guardería rinden mejor en la ESO
Haber estado preescolarizado antes de los 3 años hace aumentar 1,65 puntos la nota media (en una escala de 0 a 5) si la madre tiene estudios universitarios

Los adolescentes que han ido a la guardería antes de los tres años tienen mejores notas en la ESO y más probabilidades de cursar Bachillerato, según un estudio del Consorcio Instituto de Infancia y Mundo Urbano ( CIIMU ) que ha presentado esta tarde el Ayuntamiento de Barcelona . El IV Informe sobre la situación de la Infancia, la Adolescencia y la Familia en Cataluña es el primer estudio que permite obtener información de la evolución de una misma persona elaborado en esta comunidad y ha entrevistado a más de 4.000 adolescentes de 70 centros educativos de secundaria desde el 2006.
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Las conclusiones muestran que haber estado preescolarizado antes de los 3 años hace aumentar 1,65 puntos la nota media de la ESO (en una escala de 0 a 5), si la madre tiene estudios universitarios. El efecto positivo de haber ido a la guardería disminuye si las madres están menos instruidas ya que solo aumenta 1,27 puntos la nota media, pero sigue siendo más relevante que el sexo del estudiante o el control de los padres a los hijos.
El efecto positivo disminuye si las madres están menos instruidas
Según uno de los autores del estudio, Sebastià Sarasa , «en igualdad de condiciones, un hijo de una madre sin estudios que esté vagando por la calle todos los días tendrá un rendimiento escolar similar o un poco superior al de quien va directamente del colegio a casa, si el primero ha ido a la guardería y el segundo no».
La investigación también muestra por primera vez que la exclusión residencial , que se da cuando la vivienda no reúne unas condiciones óptimas y afecta al 42 % de los adolescentes, repercute en el rendimiento académico. En estos casos, el aumento de los suspensos es de más de 3 puntos (del 5,6 al 8,9 %) en las familias no pobres, mientras que el incremento se duplica (del 13,1 al 19,1 %) en las familias pobres. La pobreza infantil ha aumentado hasta el 28 %, lo que afecta también a los deseos educativos ya que el 40 % de los chicos pobres aspira a ir a la universidad, frente al 65,4 % de los no pobres.
Por otra parte, el informe indica que el 30 % de los jóvenes declara haber hecho actos vandálicos y el 24 % ha cometido algún pequeño delito. Asimismo, el riesgo de padecer depresión o ansiedad aumenta si el adolescente ha vivido un episodio de pobreza (del 9,2 al 12,3 %) o de divorcio (del 8,4 al 13,2 %). En los hogares monoparentales, la implicación del padre no residente en la actividad escolar de sus hijos reduce las probabilidades de repetir curso (del 0,15 al 0,06) y aumenta las de ir a la universidad.
Otro de los resultados del estudio es que una de cada tres chicas y uno de cada ocho chicos consideran que pesan más de lo que deberían , a pesar de tener un peso normal. El informe indica que los estilos educativos autoritarios, en los que los padres imponen sus decisiones sin escuchar a los adolescentes, incrementan el riesgo de percepciones equivocadas sobre el propio cuerpo.
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