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ThE SHARD

Londres estrena vista panorámica

ABC visita en primicia el primer mirador abierto al público con visión de 360 grados sobre la capital británica, situado en The Shard, el rascacielos más alto de Europa (310 metros)

Londres estrena vista panorámica ABC

borja bergareche

La ciudad, ese rompecabezas histórico, geográfico y humano que alberga nuestras vidas, adquieren sentido pleno vista en su integridad desde las alturas. Manhattan se convierte en isla solo cuando uno sube al Empire State. La mano del gran Haussmann en París es invisible hasta que uno se encarama a la Torre Eiffel. Y el Muro de Berlín está oculto a nuestros ojos hasta que se abren los cristales panorámicos de la Torre de las Comunicaciones de Alexanderplatz.

Londres, sin embargo, como capital alérgica tradicionalmente a las alturas, seguía agazapada entre sus callejas y la baja altura de sus edificios , sin un mirador panorámico abierto al público. Y los rascacielos que, poco a poco, han ido poblando sus distritos financieros en la City y Canary Wharf no permiten el disfrute colectivo de las vistas. Por eso, la llegada al «skyline» londinense de esta radical esquirla (eso quiero decir «Shard») de cristal ideada por el arquitecto Renzo Piano —inaugurada el pasado 6 de julio con un espectáculo nocturno de luces y láser abre una perspectiva inédita en la ciudad.

Las diez viviendas particulares de las plantas 53-65 «serán muy caras»

Con 310 metros de altura, el Shard es el edificio más alto de Europa. Y los compradores de las diez viviendas privadas que ocuparán los pisos 53 a 65 podrán disfrutar de una vista de 360 grados en las residencias particulares más altas del continente, hasta que París estrene en 2016 el Hermitage Plaza de Norman Foster. Siete pisos ocuparán una planta entera, y tres serán duplex. Cada vivienda tendrá un jardín acristalado, una de las señas que ha querido dejar el arquitecto italiano.

Los promotores del edificio, una sociedad dominada por Qatar y financiada por el Qatar Central Bank , no han comenzado todavía a comercializar las viviendas. Pero «serán muy caras», nos dice con parquedad y sorna Irvine Sellar, socio británico de los cataríes, durante la visita que realizaba ABC esta semana a los miradores que ocuparán las plantas 68, 69 y 72 del edificio, las últimas «habitables». «El Shard es la primera ciudad vertical de Europa, este proyecto tiene que ver con la belleza, no con la altura», asegura Sellar.

Desde el piso 69, a más de 240 metros de altura, emerge por el noreste el lejano río Lee, el valle fluvial más contaminado de Europa sobre el que ahora, tras una inversión de más de 8.000 millones de euros, se erige el Parque Olímpico. Los meandros del eje Este-Oeste tradicional de Londres, el Támesis, serpentean hasta el horizonte a uno y otro lado. En el anillo exterior, dominan los pulmones verdes que rodean una capital con un 38% de espacios verdes públicos, frente al 14% de Berlín o Nueva York y el 9,4 de París (según un reciente informe sobre ciudades y cultura). Y el denso diseño de vías férreas araña el plano urbano con surcos metálicos, dando sentido a los polos de crecimiento de la ciudad, todos situados en torno a los grandes nodos de transporte.

Un nuevo rincón al sur del Támesis

El Shard, una pirámide transparente con una altura equivalente a 87 pisos recubierta por 11.000 paneles de cristal, se levanta sobre uno de estos centros de crecimiento: el London Bridge Quarter, justo pasado el puente de Londres, rodeado del popular Borough Market y la emergente calle Bermondsey, y muy cerca de la Tate Modern. Un proyecto de unos 2.500 millones de euros que dará empleo a 12.500 personas, según sus responsables, y que incluye The Shard, su vecino y «hermano» pequeño, The Place –diseñado también por Renzo Piano–, y la renovación de la estación de London Bridge, la más antigua de Londres (creada en 1836).

Por ella pasan ya 54 millones de viajeros al año, que usan dos líneas de metro, tren de cercanías y 15 líneas de autobús. Su renovación permitirá ampliar el tráfico en dos tercios una vez esté culminado, allá por 2018, el proyecto ferroviario estrella de la capital: el Crossrail , un ambicioso servicio de tren de alta frecuencia para conectar las principales localidades, centros de negocio, aeropuertos y núcleos de transporte del Gran Londres.

Un nuevo Londres que no tiene el complejo ya de crecer al sur del río porque no puede ampliar su oferta comercial en las tradicionales «millas de oro», ya saturadas, como Mayfair, y que evoluciona «verticalmente» en torno a estaciones como Paddington, Liverpool Street o Stratford, epicentro de la nueva zona olímpica.

El Shard albergará el primer hotel Shangri-La de la capital británica

Entre el Shard y The Place sumarán 93.000 nuevos metros cuadrados de espacio de oficinas (plantas 4 a 28 en el Shard), el primer hotel Shangri-la de Londres (plantas 34 a 52 del Shard), además de tres plantas de restaurantes (plantas 31-33), las diez residencias (plantas 53-65) y las tres que conformarán los miradores abiertos al público (plantas 68, 69 y 72), previo pago de una entrada de 24.95 libras (31 euros).

«El hotel será el corazón de la ciudad vertical», reflexiona Sellar, porque «dará servicio todo el día a los que viven dentro y a los que vienen de fuera».

Los miradores no abrirán sus puertas al público hasta el 1 de febrero de 2013, pero miles de personas han comprado ya entradas . «Caben unas 400 personas, pero no habrá agobios ni límite de tiempo», nos asegura Andy Nyberg, responsable de la empresa que explotará esta nueva atracción turística de la capital, mientras varios operarios apuran los trabajos de construcción.

La prioridad, alquilar las oficinas

En el corazón del proyecto está, en realidad, el alquiler del espacio de oficinas, la gran prioridad para sus promotores. «Este tipo de inversores opera casi como un fondo soberano, la inversión es a muy largo plazo y no buscan tanto el incremento de valor sino el incremento de ingresos a través de los alquileres», nos explica Jonathan Evans, representante de Jones Lang Lasalle, una de las agencias inmobiliarias encargadas de «colocar» el espacio comercial y de oficinas. «Dentro de Londres, estamos encontrando mucho interés en negocios tanto del Este como del Oeste, por la localización central del edificio, y además muchas empresas del Lejano Oriente que quieren instalarse en Londres en el Shard».

Evans asegura que las rentas podrán ser hasta dos tercios más convenientes que en las localizaciones «premium» del mercado inmobiliario londinense. A finales del verano anunciarán los primeros inquilinos del Shard, mientras que no parecen tener prisa en sacar a la venta todavía las cotizadas diez residencias, de las que se cree que más de una tendrá dueño catarí. Las estimaciones iniciales hablan de unos precios de 40 a 62 millones de euros por cada planta-vivienda. Los días de visibilidad buena, los propietarios serán dueños de una perspectiva de hasta 40 millas de profundidad sobre una ciudad que, dentro de poco, tendrá sus secretos y miserias a vista de pájaro para sus turistas y residentes.

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