Noches de rock and roll
Os proponemos una pequeña selección de bares de rock, heavy metal en Madrid y una pequeña muestra de garitos moteros para disfrutar los fines de semana
Cantaban los Burning aquello de «son las seis sintonizo a los Stones recuerdos del pelo largo, viejos blues, queridísimo Eric Burdon...», una frase que a este humilde servidor le transporta siempre a los bares, a la noche, a la música. Y Madrid es un lugar idóneo para capitalizar garitos y locales donde el rock y los sonidos clásicos se difunden por doquier.
Os proponemos una pequeña ruta por los bares de rock, montado en una Harley-Davidson para acercarse a lugares de ensueño y transportarse a otra época. Primera parada, « Bar Barroja » (C/Hernani), donde ponen el mejor tinto de verano de Madrid. Pequeño local por donde se ven a moteros que desean tomar algo rápido. Continuamos por « El Refugio » (C/ San Juan de la Salle), donde el Led Zeppelin o Deep Purple tiene su lugar en medio de una fría cerveza.
Esos mismos grupos se dan cita en « Hard Rock café » (Paseo de la Castellana). No podía faltar este clásico americano donde sus paredes reflejan el paso por la capital de algunas de las mejores estrellas del rock, desde Slash, ZZ Top o Mark Knopfler. Gente de toda clase pero un buen lugar para pasar el rato con los amigos.
Desembarco por el mítico barrio de Malasaña, en el que se pueden nombrar numerosos bares de este tipo. « La Vía Láctea » (C/ Velarde), uno de los míticos garitos de Madrid que no encuentra fin. Es uno de los lugares más emblemáticos de la noche madrileña desde 1979. Que se dice pronto. Más alternativo y ochentero que otra cosa, allí aparecen las paredes recauchutadas de viejos posters, imágenes icónicas...
Abrimos la puerta del « Penta » (C/ Palma). Ya lo recordaba el malogrado Antonio Vega en su célebre canción («Luego por la noche al Penta a escuchar canciones que consiguen que te pueda amar»). Reconvertido con el paso de los años en un barranco de modernos no fallan las noches de pop-rock clásico, aunque hay que armarse de valor para conseguir entrar a ciertas horas. Te puedes imaginar cuál es la última canción que suena cuando alguien decide cerrar la fiesta con las luces.
También el « Rey Lagarto » (C/ La Palma) o el « Groovie » (C/ Tesoro). Rock del clásico de los 50', boogies, swing... en un pequeño espacio donde se ven las caras de todos los asistentes. « Louie, Louie » (La Palma), con más clásicos a punta pala, donde se dan cita Rolling Stones o Los Beatles. Hasta recalar a la « Sala Siroco » (C/ San Dimas), otro de los habituales, con actuaciones en directo.
Podemos pasar también por « El Templo del gato » (C/Trujillos). California Music Bar, se autodefinen. En él se puede encontrar música de la más variopinta. Se realizan conciertos y la decoración es excepcional. Nos vamos un poco más lejos, a pasear por « El Botas » (C/ De la fe), mientras se escucha a bandas como Black Crowes. Música en directo también es la que se puede encontrar en « Gruta 77 » (C/Cuclillo). Si Robert Johnson estuviera vivo y hubiera nacido en Madrid quizás lo podríamos ver en « La Coquette» , local de blues en el centro, cerca de la calle Arenal, cerca de donde se erige la «Joy Eslava». Otro mítico que no hay que perder de vista es el « Wild thing » (C/ Martín Machío), cerca del Parque de las Avenidas.
Si queremos algo más fuerte, que retumben los tímpanos y no dejes de mover la cabeza a ritmo trepidante, ahí están otros como el « TNT » (Gaztambide). En Argüelles. hard rock, heavy... otro de los clásicos. Con temas de los de toda la vida. Amantes de esta música desfilan cada noche por sus entrañas en busca del futbolín, dardos y un buen ambiente. También el « Diplodocus » (C/ Manuela Malasaña) o « La Leyenda » (Calle San Bernardino), pequeño local pero con gente muy grande, en ocasiones, amenizadas por actuaciones en directo. El « Barracudas » (C/Brescia) puede ser perfecto para pasarse una gran noche diluido en una buena conversación con una banda sonora envidiable.
Recomendable es el « Motorizer », otro templo del heavy. Cada fin de semana se reúnen gente vestida de negro y pelos largos. Hay incluso la oportunidad de cantar en su karaoke heavy, algo de lo más curioso, en el que algunos tratan de imitar al mismísimo Dio. Con el adiós de otro de los templos del heavy «Excalibur», Vallecas resiste como reducto de fieles de esta cultura con locales como « La Urbe del Kas ».
En Collado Villalba una Harley te puede llevar entre al « El Límite », (C/ Guadarrama) y sus brutales las hamburguesas o a « La Frontera ». ¿Texas? No, es el Oeste de Madrid. Sin salir del entro de la capital uno puede deambular hasta bien entrada la noche en « Honky Tonk » (C/ Covarrubias) la catapulta de grupos, donde se registran actuaciones en directo. Este fin de semana actúan «Los Parpel», tributo a la banda inglesa que no tiene desperdicio.
Subidos de nuevo en una moto y rodeado de tu peña de colegas puedes acercarte al « Bar 66 » (Soto del Real), « Bikers Bar », en la cerretera de Moralzarzal a Villalba, para realizar una magnífica ruta. Carretera y manta, podemos llegar al « Daytona », por ejemplo, en Fuenlabrada, para sentirse un forajido.
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