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Yang Wei, el último rey de la gimnasia china
A sus 32 años, el deportista asiático participará en la que, con toda seguridad, será su última cita olímpica
Difícil que un campeón como Yang Wei eligiese un lugar más idóneo para nacer que Xiantao, un pequeño pueblo de la provincia de Hubei cuna de los también olímpicos Li Xiaoshuang y Li Dashuang. Comenzó a practicar gimnasia a los cinco años y a los 17 representó por primera vez a su país. China logró la séptima victoria consecutiva por equipos en los Juegos Asiáticos y Wei se llevó el oro por su ejercicio de suelo. Aquel joven comenzó a ocupar portadas tras el Mundial de 1999 disputado en China, con victoria para el equipo local y medalla de bronce para Wei por su ejercicio en barra fija, prueba de sus prestaciones todoterreno.
Wei participa con 20 años en los Juegos de Sidney en los que China logra la primera medalla por equipos de toda su historia . Wei obtuvo la plata superado solo por el ruso Aleksei Nemov. Apuntaba entonces su carrera a hacerse un hueco entre los más grandes, pero la propia exigencia de Wei iba a ponerle complicadas las cosas en un deporte movido por los detalles y en el que escasean las oportunidades.
Sometido a una enorme presión, Yang no pudo evitar llorar tras el Mundial de Anaheim de 2001 al ser derrotado en el programa completo por el local Paul Hamn, que obtuvo una puntuación superior solo por 46 milésimas. Pero lo peor llegó en los Juegos Olímpicos de Atenas. Sonado fracaso para el equipo chino, cuarto por equipos, y para el propio Yang, que falló en el último ejercicio y cayó de la lucha por las medallas hasta el séptimo puesto. Yang pidió perdón al pueblo chino y llegó incluso a pensar en retirarse, pero optó por seguir motivado por su entrenador. Y acertó de pleno.
A los Juegos de Pekín, con 28 años, llegó como gran estrella. Más presión y nervios que nunca. Por eso Yang optó por un programa conservador en la barra, su talón de aquiles, frente a la habitual complejidad en el resto de sus ejercicios. Tuvo algún traspiés en el suelo, pero no tuvo problemas para llevarse un histórico oro al que se unió una plata en las anillas y el oro del equipo chino. Tras su éxito recibió el permiso de su entrenador para casarse con la también gimnasta Yang Yun. Wei compagina ahora su nueva vida familiar con la de asesor de la cantera de la gimnasia china.
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