Diez lugares propicios para el amor en Madrid
La capital esconde en su callejero multitud de rincones para dar rienda suelta a los sentimientos
«La primavera está muy prestigiada, pero es mejor el verano». Ya lo dijo Ángel González en su célebre poema y la capital pasa por sus días más calurosos. Para los enamorados, poco importa el termómetro . «Amor (et Labor) Omnia Vincit» (El amor [y el trabajo] todo lo puede), decían los romanos. Ni crisis, ni penas , el amor es «el clavo ardiendo» al que muchos se aferran en los tiempos difíciles. Si no, que se lo pregunten a uno de los madrileños más ilustres que dejó correr por las calles de la Villa y Corte sus sentimientos en forma de verso. Como dijo Lope, «quien lo probó lo sabe». ABC te descubre diez lugares para evadirse en pareja (o solo) del mundanal ruido que nos rodea. Recomendaciones para los «yonkis del amor».

1. Cerro del Tío Pío . Su amanecer podría ser un skyline de postal. O el fotograma de una película romántica que se desarrolla entre las praderas de Inglaterra. Podría incluso formar parte del nuevo videoclip de algún grupo indie. Pero es el cerro del Tío Pío, un parque situado en el barrio madrileño de Vallecas, muy cerca de la parada de metro Buenos Aires, accesible sin pagar un astronómico billete de avión, pero con unas vistas que no muchos madrileños conocen. Madrid en 180º, para los platónicos e idealistas.

2. Teleférico . Poner Madrid a tus pies es más fácil de lo que parece. Durante unos minutos gozarás, en silencio y con la máxima intimidad, de unas sobrecogedoras imágenes de la capital. Al fondo el Ministerio del Aire, el Templo de Debod, la Plaza de España, el Palacio Real y el Campo del Moro, la Catedral de la Almudena o la Iglesia de San Francisco el Grande. Deja volar tu imaginación...

3. Azotea del Círculo de Bellas Artes . La panorámica que aquí se proyecta destila pasión. Seguro que muchos amantes del arte se han enamorado aquí tras visitar las excelentes exposiciones contemporáneas que las paredes del CBA acogen.
4. Jardines de Sabatini . Sus frondosos pinos y alguno de sus laberintos son la excusa perfecta para reposar, a la sombra, después de un paseo por Madrid. Tomar un helado, de alguna de las heladerías más míticas de la calle Bailén, puede ser otro de los pretextos. No es un buen lugar para comparar la belleza, pero si te atreves puedes rescatar la seguidilla del Barberillo de Lavapiés: «Dicen que Sabatini pone faroles, porque no ve los rayos de tus dos soles»...

5. Palacio de Cristal de El Retiro . Es un remanso de paz en mitad de la ciudad. Hay quien prefiere verlo desde el otro lado de su lago o sentarse en las escaleras para ver su reflejo en el agua. Su tranquilidad puede llegar a despistarte. Si te descuidas, puede caer la noche sobre ti.

6. Andén cero . Siempre ha sido un lugar misterioso. De hecho, es conocida por los madrileños como la estación fantasma. Es perfecta para aquellos que huyen del calor, para nostálgicos o para los amantes de lo antiguo, aunque no por ello la antigua estación de Chamberí deja de ser un lugar propicio para el amor (en este caso, underground). No dejes escapar tu tren.

7. Plaza Mayor . Para los más literarios, a la madrileña plaza llegó la costumbre de « los candados del amor », exactamente a la verja de la estatua ecuestre de Felipe III. El ritual nace de la novela de Federico Moccia «Tengo ganas de ti», en la que un joven enamorado convence de su amor a una mujer con una leyenda inventada en la que los novios colocan un candado en un puente, y después tiran la llave al río Tíber. Si lo haces ahora te puedes ganar una multa, pero hay quien dice que «en el amor y en la guerra, todo vale».

8. Aeropuerto de Barajas . «Por favor, dos billetes para el próximo vuelo que salga, el que sea». Seguro que muchos han deseado pronunciar esta peliculera frase y viajar, de manera repentina, a un país remoto del mundo. Para los impulsivos, esta puede ser una buena opción. Pero, si la propuesta es demasiado radical, no olvides que ir a ver cómo los aviones despegan y se pierden en el techo de la Tierra nunca falla.

9. Cine Doré . Es un clásico, pero el sutil brazo por encima del hombro mientras la otra persona está absorta en la pantalla todavía se lleva. Este cine es desde 1989 la sede de la Filmoteca Española. Esta recomendación va dedicada a esas parejas ancianas (o no) que todavía acuden a las butacas cinematográficas a recordar tiempos pasados entre fotograma y fotograma.

10. Templo de Debod . Tiene uno de los mejores atardeceres de Madrid. Quizá se debe a que sus columnas son el escondite preferido del sol. Situado junto a Plaza de España, fue un regalo de Egipto a España (1968) como recompensa por la ayuda española tras el llamamiento internacional realizado por la Unesco para salvar los templos de Nubia. Casualmente, el templo está dedicado a la diosa Isis, la diosa del amor.
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