Bruce y Barcelona: los lazos que unen
Springsteen actúa esta noche en el Estadi Olímpic en la que será su actuación número 18 en la capital catalana. Mañana repite en el mismo escenario
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Cuandoel 17 de mayo de 2003 Bruce Springsteen cogió carrerilla para lanzar sobre el Estadi Olímpic ese “The Ties That Bind” que rugía desde el corazón de “The River”, el público barcelonés no pudo más que detectar un nuevo guiño, otro más en esa relación de larga duración que el de Nueva Jersey mantiene con la capital catalana, y que abona la idea de que, en efecto, entre Springsteen y Barcelona existe algo especial. “ Now you can't break the ties that bind", que reza la canción.
Porque, en efecto, los lazos que unen a Springsteen con Barcelona, ciudad en la que actúa esta noche y mañana para continuar con su gira europea con el único doblete en tierras españolas, son muchos y variados. Y no solo porque la capital catalana haya sido testigo de excepción de casi la mitad de las 40 actuaciones (45, si contamos las de esta gira) que el Boss ha ofrecido en España, sino porque muchos de esos conciertos se han acabado convirtiendo en piezas clave en la mitología springsteeniana.
Ahí está, por ejemplo, su estreno en el Palau d’Esports el 21 de abril de 1981, kilómetro cero del culto al autor de “Born To Run” en estas tierras y memorable presentación de “The River” que 7.000 afortunados atesoran en su memoria como oro en paño. No se agotaron las entradas, es cierto, pero fue la primera piedra de ese muro al que hoy se encarama Springsteen para agitar su bola de demolición.
Siete años después, el 3 de agosto de 1988, y después de que la gira de “Born In The USA” esquivando tierras españolas –de ahí el ya legendario peregrinaje a Montpellier en 1985-, segunda parada y segundo guiño en un Camp Nou que, además de multiplicar con diez el público de aquel primer concierto, vivió uno de los conciertos más explosivos y generosos del “Tunnel Of Love Express Tour”, extenuante gira que echó el cierre precisamente en la capital catalana. Pocos meses después, el 10 de septiembre de ese mismo año, Springsteen regresaba a la ciudad y al Camp Nou, aunque en esta ocasión acompañando a Peter Gabriel, Tracy Chapman, Youssou N’Dour y Sting en una gira de Amnistía Internacional que, una vez más, solo hizo en Barcelona.
De los dobletes a la reflexión
En 1992, después de despachar temporalmente a la E Street Band y grabar “Human Touch” y “Lucky Town”, dos de sus trabajos más discutidos, Springsteen conquistó de nuevo la ciudad con dos noches seguidas en La Monumental (3 y 4 de julio) para las que, sin embargo, tuvo sobreponerse a una huelga de camioneros franceses que habían retenido su equipo en la frontera y alquilar un equipo en tierras catalanas.
Apenas un año después, en mayo de 1993, el autor de “Nebraska” daba un nuevo paso en su conquista del Olimpo barcelonés y, ante casi 60.000 personas, conquistaba el Estadi Olímpic de la ciudad con un nuevo tour de force que poco hacía intuir el que sería su próximo movimiento: “The Ghost Of Tom Joad”. O, lo que lo mismo, la versión más reflexiva, desnuda e intimista de un Springsteen, la misma que se subió al escenario del Teatre Tívoli los días 6 y 7 de mayo de 1996 después de que sus fans hiciesen prácticamente de todo –y en ese de todo entra desatar el caos en el centro de Barcelona, cortes de tráfico y unos cuantos seguidores del Boss con magulladuras- para conseguir una de las 3.200 entradas puestas a la venta.
El golpe de efecto de «The Rising»
La devoción de Springsteen por Barcelona empezó a quedar un poco más clara cuando el de Nueva Jersey decidió recuperar por fin a sus fieles escuderos de la E Street Band y, sorpresa, Barcelona fue la ciudad escogida para inaugurar una gira de reunión que se estrenó en el Palau Sant Jordi con dos conciertos los días 9 y 11 de abril de 1999.
El gran golpe de efecto, sin embargo, llegaría tras la publicación de “The Rising”, álbum sanador y curativo cuyo paso por Barcelona el 16 de octubre de 2002 quedó inmortalizado en el DVD “Live In Barcelona”, el primer directo de Springsteen grabado fuera de Estados Unidos. Siete meses después, el 17 de mayo de 2003, la misma gira regresaba a la ciudad para subir un nuevo nivel y reconquistar un Estadi Olímpic al que regresa ahora para añadir dos nuevos capítulos en su idilio con la ciudad.
Antes de eso, sin embargo, Barcelona aún ha tenido tiempo de asistir a dos de las más sonadas reconversiones de Springsteen: la de llanero solitario y noble contador de historias en solitario de “Devils & Dust”, materializada sobre el escenario del Pabellón Olímpico de Badalona el 1 de junio de 2005 y rematada por esa escalofriante versión del “Dream Baby Dream” de Suicide; y la de director de orquesta de esa alocada banda de raíces consagrada a Pete Segger que pasó primero por Badalona (14 de mayo de 2006) y después por el Palau Sant Jordi de Barcelona (24 de octubre de 2006).
Para el recuerdo queda también aquel doblete en el Camp Nou en verano de 2008 (los días 19 y 20 de julio) que, además de confirmar la habilidad con la que Springsteen es capaz de cambiar de repertorio de una noche a otra, sirvió para ver sobre el escenario por última vez a Clarence Clemons, fallecido el pasado mes de junio.
Ahora solo queda estremecerse cuando suene “Tenth Avenue freeze-out”, una de las fijas en esta gira, y Bruce cante eso “When the change was made uptown, and the Big Man joined the band”.
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