arte
Helmut Newton, retrospectiva en París
Pese a que Helmut Newton desarrolló buena parte de su carrera en Francia, no se le había dedicado ninguna exposición de relevancia desde su muerte en 2004. El Grand Palais, en París, subsana el error con una gran «Retrospectiva»
![Helmut Newton, retrospectiva en París](https://s3.abcstatics.com/Media/201205/03/Helmut_newton_grand_Palais_1--644x362.jpg)
Añora el paseante, en este mayo madrileño, las salas del Grand-Palais , donde París rinde homenaje a Helmut Newton. Y, en él, a la primacía del fetiche en la erótica del siglo XX . Todo Newton está ahí, en su primera gran retrospectiva, a los ocho años de su muerte: 240 fotos , cuarenta polaroids, un puñado de revistas de moda … Y, ahí, la invención de la mujer-fetiche. No portadora de fetiches. Fetiche. Inmaculado.
La economía libidinal del fetiche desasosiega al voyeur sin que este lo perciba. Es la eficacia de Newton
La más perturbadora de sus series lleva el título de Dummies, muñecas: sus modelos son maniquíes de escaparate . Frente a sus reflejos humanos. A los cuerpos mayestáticos de los Big Nudes, cuerpos angulados en perspectiva colosal de imagen mítica , Newton los había llamado The Terrorists, porque lo monumental corpóreo induce miedo . Tanto como deseo. Si es que ambos no son lo mismo. Eso hay siempre en el roce del fetiche: lo imposible tan cercano . Dummies es más compleja. Newton relata el sueño de obscenidad que late en la muñeca: «Quería montar una escena casi pornográfica para las revistas Oui y Vogue. Corría el año 1977 y había que trabajar con sumo cuidado. Decidí utilizar maniquíes de escaparate, a veces con un compañero humano al lado, pero casi siempre solos o en parejas. Algunos de esos maniquíes desarrollaron rasgos totalmente personales ». El efecto es de un erotismo devastador. La economía libidinal del fetiche, tan bellamente analizada por Freud, desasosiega al voyeur sin que este lo perciba. Y es esa su eficacia.
El átomo de absoluto que estalla
«Fotógrafo de moda», «porno-chic»… Tonterías para etiquetar a un fotógrafo desconcertante , que hace del oscuro inconsciente fogonazo en el cual la publicidad disfraza su tiniebla. Yves Saint-Laurent lo entendió: por eso es Newton el fotógrafo favorito de sus modelos. Pero es que Saint-Laurent era gran arte . Y ambos por igual sabían que en el cruce de la muñeca y la mujer, idénticas –que idénticas se contemplan sin verse y sin verse se acarician –, un átomo de absoluto estalla. Grand-Palais. Hasta el 17 de junio.
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