Emilio Martínez-Lázaro: «Prefiero la perspectiva femenina»

Este maduro estudiante de Física convertido en cineasta vuelve hoy a la cartelera con «La montaña rusa» , una comedia que propone otra opción sobre el descubrimiento del sexo, esta vez desde la perspectiva de una mujer —«casi insólito en el cine, porque pocas veces se hacen propuestas desde este punto de vista, suelen ser hombres», certifica desde su larga trayectoria—, no deja de sorprender a las últimas generaciones de espectadores. Las incógnitas ante el descubrimiento de la sexualidad las vive como actriz Verónica Sánchez junto a Ernesto Alterio y Alberto San Juan , responsables ambos de sus quebraderos de cabeza —y del resto del cuerpo, dicho sea de paso—. Uno por comprensivo y amigable, el otro por su adicción al sexo. «Son tres puntos de vista y así ha quedado en la película», comenta el cineasta.

Atrás quedan historias tan señeras contadas por el cineasta como «Los peores años de nuestra vida», «Amo tu cama rica», «El otro lado de la cama», «Los dos lados de la cama» o el drama «Las 13 rosas», con el que no consiguió la taquilla esperada. Hay que mencionar la eficaz aportación al guión compartido de Daniela Fejerman, «ya que sin su perspectiva de mujer la película no habría sido tan precisa, se necesitaba el equilibrio que ha dado a las relaciones de la protagonista con dos personajes distintos. Daniela es ingeniosa, creativa, con talento y muy poco pagada de sí misma, tan difícil de encontrar en este país. De hecho, la historia parte de una idea suya».

Martínez-Lázaro es un hombre querido y respetado tanto por la prensa como en su profesión. La filmografía que le avala no ha sido premeditada, aunque sí ha encontrado el hueco acertado en el transcurso del tiempo y sus naturales avatares desde que se dedicara a la crítica cinematográfica para saltar al cortometraje y de ahí a trabajar con Gonzalo Suárez y Jesús Franco. En los años 70 dirigió «Pastel de sangre», junto a Francesc Bellmunt, José María Vallés y Jaime Chávarri. Él realizó el segmento «Victor Frankenstein». Recuerda esa primera época, «más romántica» con el paso de los años. Si Jesús Franco era también Jess Frank, Martínez-Lázaro se hizo llamar Lazarus Kaplan como guionista de «La saga de los Drácula», dirigida por el recordado León Klimovsky. «De Jesús solo puedo decir cosas buenas. Quiso hacer una película casi de la nada y me pidió algo ingenioso para rodar un filme que funcionara. Fue la lección más importante de mi vida. Hacíamos hasta dos películas a la vez con los mismos actores, a los que cambiábamos solo el vestuario, pues podía tratarse de distintas épocas. Como la Hammer llevado al subdesarrollo».