El Príncipe pide una TV «responsable y de calidad»
La Academia rinde homenaje a sus «tesoros vivos» y presenta una serie documental sobre su legado histórico
VILLAVICIOSA DE ODÓN (MADRID)
«Pasan los años y te hacen “tesoro vivo”, comenta una vieja gloria. «Sí, cuando me llamaron no sabía muy bien si venir», responde su interlocutor, más o menos de la misma quinta. El diálogo, uno de tantos, pudo escucharse ayer en la Universidad Europea de Madrid, que acogió el homenaje que la Academia de Televisión decidió rendir a sus leyendas, profesionales de varias generaciones encabezados por los pioneros de una TVE cincuentona, ya con 56 añitos y más de un achaque.
Los cerca de 500 «mitos vivientes» reunidos en Villaviciosa de Odón celebraron su encuentro bajo la presidencia de los Príncipes de Asturias. El acto sirvió además para presentar la serie documental «Tesoros Vivos de la Televisión», una recopilación de testimonios que servirá de archivo audiovisual de la historia de nuestra televisión o, lo que es lo mismo, de la España del último medio siglo.
Presentadores de toda la vida, directivos, realizadores, técnicos, corresponsales y un sinfín de caras conocidas —en algunos casos identificarlos era todo un reto para un joven periodista... e incluso para uno maduro— no quisieron perderse el homenaje, presentado por Olga Viza y Matías Prats. El periodista resumió la sensación que producía estar en presencia de tantos «monstruos» del medio: «Si estuviéramos en la entrega de los Oscar, es como si el presentador presenciara en primera fila a John Ford, Alfred Hitchcock y Billy Wilder».
Alineación histórica
En efecto, Chicho Ibáñez Serrador, Laura Valenzuela, Paco Lobatón, José María Íñigo, Pedro Erquicia, Lina Morgan, Alfredo Amestoy, José Luis Balbín, Ramón Sánchez Ocaña, Joaquín Arozamena, José Ángel de la Casa, Guillermo Summers y un gran número de veteranos ocupaban la tribuna de tesoros junto a las generaciones más recientes de la tele.
El presidente de la Academia, Manuel Campo Vidal, recordó a los ausentes y a los que luchan contra la «adversidad», mientras que la periodista Rosa María Calaf, fiel a su estilo, criticó la falta de mujeres en los mandos directivos y la «situación inquietante de la televisión mundial, que premia precisamente a quien hace mejor lo que no habría que hacer».
Cerró el turno de intervenciones Don Felipe, quien expresó su apuesta «por la televisión de calidad, seria, responsable y que informe con rigor». «La televisión también es una forma de educar porque difunde comportamientos que en muchas ocasiones se convierten en referente para los ciudadanos», explicó. Asimismo, defendió que «la televisión debe conjugar un legítimo criterio de rentabilidad con el sentido de la responsabilidad». «Ese es el reto, pero hay otra rentabilidad que ningún modelo de televisión puede permitirse perder, la rentabilidad social», agregó. El Príncipe, por último, afirmó que «los tesoros vivos recuerdan que el mejor trabajo siempre requiere talento y corazón».
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