MÉXICO
'El Lazca', un narco devoto
Superviviente en la guerra con otros cárteles y con las fuerzas del Estado, el jefe de los Zetas ha construido una iglesia y un lujoso mausoleo
Con 37 años, Heriberto Lazcano Lazcano, alias 'El Lazca' o 'El Verdugo', no debe tener demasiada confianza en disfrutar de una larga vida. Exmilitar de las fuerzas especiales del Ejército mexicano, asesino a sueldo y actual líder de los Zetas -uno de los cárteles del narcotráfico más sangrientos-, se está construyendo desde hace dos años un lujoso mausoleo en su patria chica de Pachuca (estado de Hidalgo), en el panteón de San Francisco, en la colonia de Tezontle. Según informa el diario 'El Universal' de México, 'el Lazca' también ha contribuido con importantes donativos a la edificación de la Iglesia de San Juan de los Lagos, a un kilómetro del cementerio y a solo 300 metros de la base militar en la que el jefe narco aprendió tácticas militares y estrategias de combate. Su marca personal aparece en las dos construcciones a través de una gran cruz plateada bien visible en ambas, similar, según numerosos testimonios, a la pequeña que cuelga de su cuello. Por si hubiera dudas, en un muro de la puerta trasera de la Iglesia fue colocada en su día una placa en la que, bajo el texto del salmo 143 de la Biblia "Señor, escucha mi oración, atiende a mis plegarias, respóndeme, tú que eres fiel y justo", se podía leer la inscripción: "Centro de Evangelización Catequesis Juan Pablo Segundo, donado por Heriberto Lazcano Lazcano". El pasado dos de febrero de 2011 se celebró una misa en esta iglesia para festejar el Día de la Virgen de la Candelaria y los dos años de vida de la parroquia. Los motivos florales, dentro y fuera de la capilla mostraban su agradecimiento a la "Familia Lazcano".
Santos protectores
La mezcla de superstición y devoción religiosa de un capo como Heriberto Lazcano no es en absoluto nueva y tiene muchos puntos de contacto con otras mafias como la colombiana, la italiana o las del Este. En el caso mexicano existe una rica tradición por erigir santos protectores de los más desfavorecidos, marginales o directamente delincuentes. San Judas Tadeo (el patrón de los imposibles) la Santa Muerte y, sobre todo, Jesús Malverde -el 'santo de los narcos'-, son los favoritos a la hora de solicitar una advocación o solicitud de salvaguarda ante los riesgos de su actividad delictiva. Una parafernalia pseudoreligiosa muy presente también en los narcocorridos.
Raro superviviente de la persecución del Estado mexicano y de las guerras con otros cárteles rivales, Lazcano tampoco es una novedad en esta combinación de superstición religiosa con la violencia más extrema. Otro ejemplo de este explosivo cóctel lo tenemos en uno de los jefes del cártel de la Familia Michoacana, Nazario Moreno González, 'el Chayo', muerto a tiros en una operación de la Policía, quien abrió clínicas para adictos y escribió una especie de 'biblia' sobre los métodos y el 'bien social' que buscaba la organización. Intenciones benefactoras que no le impidieron dejar este mensaje sobre los cuerpos decapitados de varios de sus enemigos: "La familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. Sólo muere quien deve (sic) morir. Sépanlo toda la gente, esto es: justicia divina".
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