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Primera dimisión del Gobierno de Mario Monti por corrupción

El subsecretario Carlo Malinconico, acusado de alojarse gratis en hoteles de lujo

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

El Gobierno Monti se ha visto inmerso en su primera tormenta política por un caso de corrupción. El subsecretario de la Presidencia, Carlo Malinconico, un profesor de Derecho con largo historial profesional y ahora hombre de confianza del primer ministro, se ha visto obligado a dimitir, por haber aceptado el pago de vacaciones gratuitas en un hotel de lujo en Argentario (Toscana) por valor de 19.876 euros.

La permanencia en el cargo se había hecho insostenible para Malinconico y, tras hora y media de entrevista con Mario Monti, el subsecretario de la Presidencia dimitió ayer. No había otra alternativa para salvar la cara y la credibilidad del Gobierno del profesor, cuando los ciudadanos exigen comportamientos éticos.

Sus estancias en el hotel, entre 2007 y 2008 (cuando ostentaba el cargo de secretario general de la Presidencia en el Gobierno de Romano Prodi), se las pagó el constructor Francesco De Vito Piscicelli, todo un «pájaro» de cuidado. Es conocido a lo largo y ancho del país porque, en la triste noche del terremoto en la ciudad de L´Aquila, el 6 de abril del 2009, reía imaginando el gran negocio que se le presentaba con la devastación de ese territorio y el banquete de la reconstrucción.

De Vito Piscicelli, que pasó unos meses en la cárcel acusado de corrupción, ha declarado que el hotel lo pagó el ingeniero Angelo Balducci, expresidente del Consejo Superior de Obras Públicas, otro representante de una red delictiva, hoy también procesado por «asociación para delinquir en acción dirigida a la corrupción».

La extraña versión, que nadie cree, del ya ex subsecretario Malinconico es que pidió a Angelo Balducci «la cortesía de hacerle una reserva en el hotel. Después me dijeron que las precedentes estancias habían sido pagadas no sé por quién». Carlo Malinconico sostiene que no ha hecho nunca favores a Balducci ni al constructor Pisicelli. Pero parece difícil pensar que esos pájaros volaran alrededor del influyente Malinconico sin pretender obtener beneficios para sus negocios. El exsubsecretario afirma también que pagó en fecha reciente los gastos del hotel. Demasiado tarde.

Buenos reflejos

El caso ha suscitado una gran polvareda. El centro derecha, antes de la dimisión de Malinconico, acusó a los medios informativos de un «complot mediático». Su tesis era: «¿Qué hay de malo en pasar un fin de semana con los amigos?» Esta reacción ha sido la habitual por parte del partido de Silvio Berlusconi ante cualquier escándalo suscitado por la magistratura basándose en escuchas telefónicas. Así, pues, la dimisión de Carlo Malinconico supone un evidente cambio de tendencia en el comportamiento de este gobierno en relación con el precedente.

Aunque en diversos sectores se apunta que el Gobierno tecnócrata de Monti debió ser más cuidadoso en la elección de Malinconico, un «técnico transversal». Con una nota en la que Monti subraya el «sentido de responsabilidad» de Malinconico por dimitir, se cierra esta malincónica historia.

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