NBA
EE.UU. se enamora de Ricky
El base español acapara elogios en la NBA tras un inicio espectacular de temporada que lo sitúa como candidato al premio de «Novato del Año»

En Minnesota llevaban dos años esperando a Ricky Rubio . El español fue seleccionado por los Timberwolves el verano de 2009 y desde entonces se le esperaba como una especie de mesías. Con la derrota por costumbre, la llegada del base ha cambiado el panorama de la franquicia y ha supuesto un terremoto para la ciudad . Carteles de bienvenida, fotos del jugador en los comercios, camisetas con su rostro… y hasta sombreros mexicanos. «Hombre, yo soy de España ¿sabes?», respondía con sorna el día de su debut cuando le preguntaron acerca de una parte de la grada que le coreaba con olés luciendo el típico atuendo azteca.
Más allá de los sombreros, lo cierto es que la grada del Target Center ha enloquecido con el español. El juego eléctrico e imaginativo de Rubio ha cautivado a los aficionados, pero también a sus rivales, que no dudan en elogiar su buen arranque de temporada. «Ricky tiene un gran instinto. Ve las jugadas antes de que sucedan», aseguró LeBron James, la estrella de los Miami Heat, tras sufrir las diabluras del catalán. Para LeBron, como para la mayoría de seguidores estadounidenses, el juego de Ricky Rubio no es una novedad, lo conocen desde los Juegos de Pekín. En aquella final olímpica, el del Masnou contaba solo con 17 años, pero ya apuntaba maneras. «Podías decir que era joven porque no tenía ni un pelo en la cara, pero nada más. En lo demás, era un veterano. Con esa edad yo nunca habría podido jugar así», recuerda Dwyane Wade, al que no le sorprende el rendimiento que está ofreciendo en este inicio de andadura en la NBA. Ese descaro mostrado en la capital china es el mismo con el que ha encarado su aterrizaje en la mejor liga del mundo. Sin complejos ni ataduras, Ricky ha dejado a un lado la presión para disfrutar del baloncesto, la mejor manera para hacerse un hueco en la NBA.
«Eso es lo que más admiro de él. Tiene un montón de presión encima, las expectativas son muy altas a su alrededor, pero a él parece que le impresiona nada», reconoce su técnico, Rick Adelman, que aún es reticente a la hora de darle la titularidad. «Es algo que todavía no está sobre la mesa», apunta, aunque a la hora de la verdad, no duda en darle la manija del equipo (Rubio ha disputado todos los minutos de los últimos cuartos hasta el momento). El español es el tercer jugador más utilizado de los Timberwolves y el máximo asistente, con algo más de 7 asistencias por encuentro. Además, en el terreno ofensivo, quizá el gran problema del base durante su etapa en España, también ha realizado grandes progresos, con una media de 9,5 puntos en cada partido. «He mejorado mucho mi lanzamiento durante la pretemporada. Cuando trabajas duro, las cosas salen», afirma orgulloso.
Aunque el balance colectivo no es el mejor —tres derrotas y una sola victoria— los números del base sí que están impresionando y desde la página oficial de la NBA ya se le postula como posible candidato para el Partido de las Estrellas y para el premio de Novato del año. Muchos le comparan con leyendas en activo como Jason Kidd o Steve Nash, aunque él prefiere dejar estos halagos a un lado y centrarse en lograr victorias para los Timberwolves, el peor equipo de la NBA el año pasado. «Somos un conjunto muy joven y tenemos mucho que aprender», reconocía Ricky, siempre con los pies en el suelo, tras su primer triunfo.
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