Marlies Schild, intratable en el Slalom de Flachau

La reina del baile ha vuelto a arrasar en su pista particular, dos días después de su victoria en el Slalom de Courchevel (Francia). La austriaca Marlies Schild se ha llevado a casa el triunfo en el Slalom nocturno de Flachau (Austria), rodeada por los vítores de sus compatriotas, con un crono neto de un minuto, 51 segundos y 53 centésimas. No hay manera de desbancarla.

Desde que en los Juegos Olímpicos de Vancouver se quedase a las puertas del Oro en su especialidad (cosechó una Plata por detrás de Maria Hoefl-Riesch ), la austriaca lo ha ganado todo en Slalom: el metal precioso en el Mundial de Garmisch-Partenkirchen (Alemania) y todas las pruebas de la Copa del Mundo... excepto la de Lenzerheide (Suiza) el pasado mes de marzo, donde quedó segunda a cinco centésimas de la eslovena Tina Maze .

Precisamente, las dos rivales mencionadas han copado el podio de Flachau, una estación que solo acoge pruebas de Slalom (el miércoles será la masculina). La alemana Hoefl-Riesch ha acabado segunda, a 46 centésimas, y Maze tercera a 82 centésimas. Son las tres mejores slalomistas del mundo, esquiadoras que acumulan muchos años de bajadas en sus piernas y no están dispuestas a ceder el testigo a las jovencitas.

La actuación de Schild (30 años) ha sido, como siempre, intachable. Líder en la primera manga y revalidada en la segunda. Sin fisuras. Ni un giro mal ejecutado. Hace eso que a los campeones se les da tan bien: que lo fácil parezca difícil. Su rigor técnico no es tan espectacular como el esquí al límite de la norteamericana Lindsey Vonn , pero resulta igualmente admirable.

Precisamente, entre la velocista Vonn y la bailarina Schild queda ahora el duelo en las alturas de la clasificación general. Con los 100 puntos de la victoria, la austriaca escala puestos hasta el subliderato , aunque muy lejos de la todopoderosa estadounidense, que en el Slalom de Flachau ha obtenido un octavo puesto que le permite puntuar, por primera vez esta temporada, en esta especialidad.

Porque lo que confirma Flachau es que si Schild es la reina del Slalom, Vonn es la emperadora del esquí. Está pletórica y es capaz de puntuar en casi todas las carreras que le echen encima. Solo en esta temporada ya ha recolectado un Gigante, dos descensos y dos supergigantes.