Precios de ganga para la Navidad
Miles de personas abarrotaron ayer las zonas comerciales de la capital. Las tiendas recurren a descuentos de hasta el 70% para animar las compras
Hay más alegría que el año pasado. Al menos, eso. Los madrileños y los que nos visitan se echaron ayer a la calle para disfrutar del primer fin de semana prenavideño. El cinturón sigue muy apretado pero el centro de la ciudad era un hervidero. Tiendas a tope —se compre o solo se mire—, familias enteras que pasean de escaparate en escaparate con bolsas en la mano. Niños disfrazados de «superman» o con pelucas de colorines; gorritos de Papá Nöel y estrellitas que brillan. Todo vale.
Y ayuda mucho que las tiendas hayan preparado «promociones especiales» con grandes descuentos para no confundirlas con las «rebajas», que no es su periodo oficial y serían ilegales. «¡Mira, yo prefiero gastar más en regalos que en medicinas!» , nos decía ayer Aurora Melgar, en plena calle de Preciados. El gremio de comerciantes ha calculado que, estas Navidades, cada persona gastará una media entre 650 y 750 euros entre alimentación, ocio y regalos.
Pocos establecimientos se han resistido a las «promociones especiales». Perfumerías, calzado, complementos, librerías ... Todas lucen grandes letreros a la entrada. Muchas tiendas de textil hacen descuentos de hasta el 50/70. Los vestidos y complementos de fiesta (lentejuelas, plumetti, dorados, plateados, brillos y cancanes), tienen precios de ganga. «¡Está tirado!», le dice Patricia a su hermana Elena mientras le enseña la etiqueta de un vestido de terciopelo negro, cortito y muy ajustado, con escote «palabra de honor», justo el que andaba buscando .... ¡por 27,90 euros! En la boutique de al lado el cartel avisa: «Segunda unidad, 50%». Irresistible . Jesús y Noemí no han abierto todavía el monedero. «Solo venimos a pasear. No está el horno para bollos», nos dicen, precisamente, justo al lado de «La Mallorquina» y su olor a cruasanes recién hechos, en la Puerta del Sol. Los dos, veinteañeros, están en paro. Jesús lo perdió en verano. Noemí está esperanzada en que la llamen de una tienda de ropa interior muy conocida para la campaña navideña. «¡Pero a estas alturas ...!», suspira la muchacha. Hay una cosa que tienen clara: sí habrá regalo, aunque sea humilde, para el sobrinito que acaban de tener por parte de Jesús.
Mafia y «top manta»
Dos policías municipales custodian, a eso del mediodía, el cruce de Sol con Preciados. Les preguntamos si hay mucho «top manta». «Ahora no. No madrugan. Se colocan tarde y noche, pero ahí estamos nosotros. Algunos corren como gamos cuando nos ven», explica uno de los agentes.
Y tiene más razón que un santo Acaban de dar las cuatro en el reloj de Sol y los «top manta» brotan como setas en Mayor y Postas, que es peatonal. Impresionante. Todos son jóvenes africanos. Venden perfumes, CD, bolsos, monederos y cinturones. Se ponen en fila india. Uno junto a otro. La gente se les arremolina. ¿Cuánto vale ese Chanel 5?, preguntamos. « Solo 20 euros. Es que es robado. Y ya sabes, en la tienda, este de 100 mililitros , ves, ves, cuesta 80 euros», responde el «mantero». Miente como un bellaco: aunque el exterior está bastante conseguio, al abrir la caja se descubre la burda imitación. El líquido parece colonia a granel y la etiqueta la hubiera hecho mejor un niño de corta edad. Más de una, y más de dos, cayeron ayer en este timo «vigilado» muy de cerca por el «patrón».
«¡Venga, venga, cámbiate a otro sitio y deja este para otro chico!», le decía el mafioso a uno de los africanos bajo su mando. Al percibir nuestra presencia y nuestra perplejidad, se puso en guardia. «¡Oiga, oiga, que yo soy un comerciante de por aquí, que paga sus impuestos y que quiere que estos se vayan a otro lado!», nos grita. Otro cuento. Si fuera verdad, el mafioso no estaría pendiente de cuántos billetes se metían los «manteros» en los bolsillos y había llamado, de inmediato, a la policía.
Ocupación hotelera
Al abrigo de las compras navideñas, también proliferan los mendigos. Salvadora Meliá está tocando su organillo entre Preciados y Rompelanzas. «Yo no pido. Me gano la vida. Tengo 59 años y toda mi familia a mi cargo. Me echa la policía porque no tengo permiso para tocar. Se lo pido al alcalde: que me lo de». En su cestillo, pocas monedas. Es la verdad.
Hilario Alfaro, presidente de la Confederación del Comercio Especializado (Cocem), asegura que estas Navidades «son menos pesimistas. Es el quinto año de crisis pero el primero que la facturación va a subir , especialmente en el textil», dice. «También son navidades postelectorales y se va recuperando el optimismo».
Ayer, por Sol, Gran Vía, Plaza Mayor, Arenal y plaza de Oriente también paseaban muchos turistas. Antonio Gil, secretario general de la Asociación Empresarial Hotelera, asegura que «aunque Madrid no se va a llenar», la ocupación hotelera será del 60% hasta martes 6 y del 70% desde el miércoles 7 al domingo 11 de diciembre.
No hay duda. La Navidad ya está aquí. Ayer se dio el pistoletazo de salida. Las calles son un puro espectáculo. Y si no, que se lo digan a esos cientos de personas que hacían corro junto a la iglesia de San Ginés para escuchar a una mini orquesta (2 violines, violonchelo, contrabajo y teclado), todos extranjeros, ganándose la ida como se puede. Su interpretación de las «Czardas», de Vittorio Monti, resultaron casi celestiales.
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