Francisco Paesa, el fugitivo de las mil caras que entregó a Roldán
A lo largo de una vida turbia llena de delitos, el controvertido espía de la época de Felipe González fue también director del Banco Nacional de Guinea, diplomático, traficante de armas, protegido de la Stasi...

Francisco Paesa … o Alberto Seoane, o Paesa Abad. El controvertido ex agente de los servicios secretos españoles, que a lo largo de su agitada existencia ha sido dado por muerto en varias ocasiones, ha vuelto a dar señales de vida en Sierra Leona , detenido junto a su sobrino por un supuesto asunto de tráfico de drogas . De ser cierto, este no sería más que el último «trabajo» de uno de los espías más controvertidos de la época de Felipe González , que a lo largo de los años consiguió ser, desde director del Banco Nacional de Guinea a diplomático de Santo Tomé y Príncipe (buscar en los mapas), pasando por traficante de armas, fundador de bancos, financiero, rentista, colaborador de los servicios secretos francés y suizo, empresario fantasma en Panamá y las islas Vírgenes, protegido de la Stasi…

«Todo lo que envuelve a Paesa es una tomadura de pelo», dijo Juan Alberto Belloch en noviembre de 2004, después de que apareciera por sorpresa, cuando todo el mundo le daba por muerto en 1998 . Aquel año, «Paco», como le llamaban sus amigos, fingió su fallecimiento en Tailandia de paro cardíaco e, incluso, se preocupó de publicar esquelas en varios medios de comunicación, falsificando su certificado de defunción y pidiendo a sus familiares que celebraran en su memoria varias misas gregorianas.
Pronto, sin embargo, comenzaron a aparecer las noticias que ponían en tela de juicio la enésima mentira del ex agente español: « El certificado de defunción de Paesa está firmado por un testigo tailandés que no existe », decía ABC, apoyando la tesis del Gobierno de que se había escapado con parte de los 11.8 millones de euros que Roldán le había entregado, antes de entregarlo a las autoridades españolas.
Engañando a presidentes
Su detención ahora, su implicación en la entrega de Roldán, su «muerte» en 1998 y su «resurrección» en 2004 no son más que lo últimos episodios de una vida dedicada a las mentiras, propias del mejor «thriller». Nacido en Madrid el 11 de abril de 1936 , cuando cumplió 26 años, ya casado y con una hija, Paesa entró en contacto con el dictador guineano Macías , con quien mantuvo algunos negocios y para el que trabajó en la organización del Banco Nacional de Guinea , hasta que fue acusado de intentar estafarle, prometiéndole baúles llenos de dólares que en realidad sólo contenían revistas.
La Interpol le detiene en Bélgica, en octubre de 1976, y es extraditado a Suiza
Después de aquel episodio, el joven Paesa se traslada a Suiza para continuar su aventura como banquero y e iniciar la de mujeriego. Con un dinero que nadie sabe de dónde sacó, compra nada menos que el Commerce Bank por un millón de francos suizos, pero sin hacer público que él es el propietario, ya que la ley en Suiza prohibía a los extranjeros poseer bancos. En 1972, tan sólo un año después, tuvo que cambiarle de nombre porque otro banco alemán reclamaba los derechos.
Cuando se descubrió el pufo, un año después, no se detuvo y fundó otro banco: el Trust Development Bank , con sede en las Bahamas. En la publicidad anunciaba una emisión de obligaciones convertibles en acciones de Banesto. Sin embargo, el banco español tuvo que desmentir aquella publicidad falsa.
A la cárcel
Paesa no se detenía ante nada y, en los años sucesivos, tuvo una sociedad destinada a captar capitales llamada UniB Holding que prometía unos intereses muy altos, se refugió en Bruselas y colaboró con un grupo de italianos en la evasión de fondos, que acabaron denunciándole por fraude, falsificación y apropiación de dos millones de marcos.
La fama de millonario y «playboy» de Paesa creció por su romance con Sari Dewi
Cuando la Interpol le detiene en Bélgica, en octubre de 1976 , es extraditado a Suiza, donde es encarcelado un año después. Dieciocho meses logra eludir la cárcel después de que negociara los italianos para que le retiraran sus respectivas demandas.
La fama de millonario y «playboy» de Francisco Paesa creció como la espuma por su romance con Ratna Sari Dewi , viuda del ex presidente de Indonesia, Sukarno, a la que regaló un brillante de 32 quilates, valorado en más de cien millones de pesetas, nada menos. Sin embargo, poco después se demostró que fue la propia Sukarno la que compró la alhaja en una joyería de Nueva York.
Paesa, de protegido a colaborador del GAL
A mediados de los ochenta, reside en Ginebra, protegido por Gabor Kincses-Deak , aristócrata húngaro, y trabaja con Georges Starckmann, un ciudadano francés relacionado con el tráfico de armas. Ambos trataron de vender material bélico al régimen de Jomeini.
En 1989 Garzón procesó a Paesa por colaboración con el GAL
Fue en enero de 1989 cuando Baltasar Garzón procesó a Paesa por un delito de colaboración con el GAL , por otro delito de contra la administración de Justicia y por uso público de nombre supuesto.
En 1990 adquiere la inmunidad diplomática al quedar acreditado como representante adjunto de la misión de Santo Tomé y Príncipe ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, pero antes de que acabara el año ya había perdido su condición de diplomático y Suiza le expulsa.
Y todo este sin fin de idas y venidas, mientras trabajaba en misiones secretas para los servicios secretos españoles, mientras se le atribuye, además, la venta de armas a ETA, concretamente misiles con detectores para ser localizados, que condujo el 5 de noviembre de 1986 al desmantelamiento de la cooperativa de muebles Sokoa , que escondía abundante documentación sobre la banda terrorista.
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