suplemento empresa
Los nuevos ricos al rescate de los viejos
Los BRICS ya se han ofrecido a acudir en ayuda de Europa para evitar su quiebra a cambio de aumentar su poder económico y político
A finales de la década de los 80, las economías desarrolladas ayudaron a evitar la quiebra de varios países latinoamericanos y otros emergentes mediante la compra de los llamados «bonos Brady» (llamados así por John Brady, secretario del Tesoro norteamericano por entonces). Eran títulos de deuda que permitieron a economías como Brasil salir del abismo fiscal en su momento. Ahora la historia se repite. Pero a la inversa: son los emergentes los que acuden en ayuda de los desarrollados para evitar su «default». Brasil, Rusia, India, China y la recién incorporada al club, Sudáfrica, ya se han ofrecido para salvar a una Europa al borde del desagüe mediante la compra de deuda del Fondo de Europeo de Estabilidad Financiera. Los nuevos ricos salen al rescate de los viejos.
«Vamos a ver qué podemos hacer los BRICS para ayudar a la Unión Europea a salir de esta situación», aseguró en septiembre Guido Mantega, ministro de Hacienda de Brasil. Los emergentes pretenden aportar dinero a cambio de poder: ya sea mediante la compra de deuda soberana o aumentando la participación económica en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para apoyar a los países europeos con problemas.
La semana pasada, el asunto sobrevoló la agenda de los ministros de Finanzas del G-20. Pero el juego ya ha comenzado. Christophe Frankel, director financiero del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, confirmó en septiembre que los BRICS ya habían comprado bonos del mismo.
«Los recursos con los que cuenta el Fondo Europeo de Estabilidad y el FMI serán insuficientes si el contagio se propaga», aseguro el ministro de Finanzas sudafricano, Pravin Godhan. Y es que con unas reservas de más de 4 billones de dólares, este club cuenta con la liquidez suficiente para rescatar a los países europeos periféricos. En el caso de China, el país posee las mayores reservas de divisas del mundo, de 3,2 billones de dólares. De este montante, expertos consultados por Reuters hablan de que una cuarta parte son euros. «China es la única que cuenta con reservas suficientes, el resto sólo harán aportaciones simbólicas para ganar poder» , asegura Mario Weitz, consultor del Banco Mundial y de la Comisión Europea, en referencia a los restantes BRICS.
Y el país asiático ya lleva meses moviendo fichas para diversificar su cartera, repleta de dólares. En septiembre se desveló la intervención de China en la compra de bonos italianos para relajar su prima de riesgo: según «Financial Times», China dispone de un 4% de la deuda italiana. En el caso de España, el porcentaje es superior. La compra por parte del país asiático de títulos españoles ha aumentado considerablemente y ha pasado de poseer el 4% de la deuda nacional al 12% en los últimos años.
Por un lado, los intereses son mutuos. Los emergentes pretenden evitar un posible contagio desde las economías occidentales. Los BRICS , con un mercado interior aún insuficiente para atender a su producción, dependen en buena parte de la recuperación económica norteamericana y europea para mantener su nivel de crecimiento . Federico Steinberg, investigador principal de Economía del Real Instituto Elcano, apunta también al interés de los BRICS de que sobreviva el euro como segunda moneda comercial y en reservas, con tal de que «continúe el sistema multidivisas actual y no aumente la hegemonía del dólar, lo cual les perjudicaría».
A cambio, las autoridades de los «nuevos ricos» han ganado influencia sobre las viejas glorias: al tener mayores intereses, la situación europea les afecta de primera mano. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff condicionó el apoyo a Europa a la presentación de un plan de rescate viable. «Cuando los países europeos anuncien una estrategia concreta y clara para salir de la crisis, se podrá articular la ayuda de Rusia y otros países de los BRICS si es necesaria», afirmó por su parte el asesor económico del Kremlin, Arkadi Dvorkovich.
Sin embargo, la oferta de los BRICS llega con letra pequeña. Y condiciones enormes. A cambio de cascadas de dinero, el club capitaneado por China busca aumentar su peso político y económico. Razón que ha hecho que Estados Unidos y Alemania se hayan opuesto a un aumento de su participación económica en el FMI. «China o Rusia buscarán aumentar su influencia diplomática en temas como las críticas hacia sus sistemas políticos, temas como la represión en Tíbet, etc.» , apunta Steinberg.
Dinero a cambio de poder
Una de las tradicionales demandas de los emergentes están encaminadas a aumentar su peso en el FMI. Los BRICS concentrarán la mitad del PIB mundial para 2025 pero entre los cinco países no suman ni el 10% del actual reparto de poder en la institución. Según las estimaciones del FMI, China será la primera economía mundial para 2016, pero cuenta con menos voto en la institución que Francia o Reino Unido.
Sin embargo, la guinda más apetitosa de la tarta de condiciones para China es el comercio. El hecho de que el gigante asiático no esté afiliado como economía de libre mercado a la Organización Mundial del Comercio (OMC), permite que Europa y Estados Unidos impongan fuertes barreras anti-dumping contra la entrada de productos chinos . Hasta ahora, la Unión Europea se oponía a que el país asiático consiguiera este status, debido al fuerte control del yuan por parte del Gobierno chino, la orientación de sus exportaciones y los obstáculos a las inversiones extranjeras.
El pasado mes de septiembre, el primer ministro chino Wen Jiabao condicionó la ayuda china en el mercado de deuda europea al reconocimiento del país como economía de libre mercado. La difícil situación en el mercado de deuda podría cambiar la postura continental.
«Si bien China es conocida como la fábrica del mundo esto está cambiando y quiere darle un mayor impulso a la producción manufacturada. Y si estos productos entran sin restricción, podrían hacer mucho daño a Europa », asegura Mario Weitz.
De momento, el viernes pasado, la Comisión Europea ya pactó con Rusia la entrada del país en la OMC para antes de acabar el año. La nación presidida por Dimitri Medvedev cuenta con las terceras mayores reservas de divisas del mundo, de la que dos tercios se encuentran invertidas en deuda de países de la zona euro.
La cuestión es si este rescate condicionado va a ser la panacea para el problema europeo. El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, afirmó hace dos semanas que la UE no necesita que los BRICS «vengan a rescatarla», ya que cuenta con «bastantes ahorros». Tal y como indica en «Business Insider» Michael Pettis, catedrático de Finanzas de la Universidada de Pekín , la UE tiene superávit en su balanza por cuenta corriente. Tanto Gurría como Pettis coinciden: lo que se necesita es volver a insuflar confianza. Algo difícil con la actual división europea. Y es que, como afirma Mario Weitz: «La intervención de los BRICS ayudaría pero la solución pasa por que los líderes europeos empiecen a pensar como Churchill o Kohl y no mirando las elecciones que hay a la vuelta de la esquina» .
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