Pamplona funda un museo en su campus universitario
Diseñado por el arquitecto navarro Rafael Moneo, contará con una inversión de 25 millones de euros y se inaugurará en otoño de 2013
Mientras la mayoría de las instituciones culturales de nuestro país están dando un tijeretazo mortal de necesidad a sus presupuestos —incluso desaparecen proyectos como la Mostra de Cine de Valencia— y espacios tan emblemáticos como Chillida-Leku echan el cierre, están surgiendo en el norte del país interesantes museos y centros de arte. ¿Crisis? ¿Qué crisis? A los ya inaugurados recientemente (Museo Balenciaga de Guetaria, Ciudad de la Cultura de Santiago y Centro Niemeyer de Avilés, este último inmerso en una revolución que ríase la francesa), se sumará en Santander, en verano de 2014, el Centro de Arte Botín. No se han escatimado recursos: costará 62 millones de euros y el edificio lleva la firma del prestigioso arquitecto italiano Renzo Piano.
El último en unirse a esta «revolución cultural» del norte es el Museo Universidad de Navarra, que ayer se presentó en Madrid. Las obras comenzarán el próximo mes de noviembre y su apertura será en otoño de 2013. La inversión prevista es de 25 millones de euros . En este caso también se ha contado para diseñar el edificio con un premio Pritzker, aunque se han decantado por un valor autóctono de pro, el navarro Rafael Moneo. Y otro navarro, pamplonés para más señas, será el director del museo: Miguel López-Remiro (1977), ex subdirector curatorial y de documentación del Guggenheim de Bilbao.
Lo primero que llama la atención de este ambicioso proyecto es que es singular, distinto a los que conocemos en España: no es un mero museo más, sino un museo universitario, algo habitual en Estados Unidos (Yale), pero muy poco frecuente en Europa (hay destacadas excepciones como Oxford) y una rara avis en España. El campus de Pamplona de la Universidad de Navarra acogerá a partir de 2013 su propio museo. Dicho carácter universitario será muy visible en el proyecto , pues habrá una firme y decidida apuesta por la docencia y la investigación. El centro contará con numerosas salas didácticas destinadas a los grupos de teatro, coro y orquesta universitarios, talleres, un auditorio con 700 butacas, aulas de ensayo, un «Faculty Club», camerinos, biblioteca, salas de proyecciones...
Y es que, además de las artes visuales —núcleo del museo—, también habrá espacio en sus 11.000 metros cuadrados —distribuidos en tres plantas— para la música, el cine, la danza, el teatro... Y todo ello, claro, sin olvidar la parte expositiva (2.700 metros cuadrados para colección permanente y muestras temporales), que es el germen del proyecto. Nació en 2008, cuando la Universidad de Navarra recibió un importante legado: la colección de arte contemporáneo de María Josefa Huarte Beaumont, que suma a su importante fondo fotográfico. En el plan artístico trabajará un comité formado, entre otros, por Manuel Fontán y Lourdes Fernández.
Estructura societaria
Para la gestión del museo se ha creado también una fórmula original: una estructura societaria formada por los socios fundadores (medio centenar de personas, empresas o instituciones). Se han establecido dos formas de convertirse en socio fundador del museo: colaborando económicamente o con obras de arte, o bien patrocinando un espacio del edificio. Además, se involucrarán en la estrategia del museo, colaborando activamente en los ámbitos artístico, educativo y tecnológico. Ya hay inversores españoles, latinoamericanos, norteamericanos, asiáticos... Para la financiación del centro se ha optado por un sistema híbrido entre el europeo y el norteamericano: se prevé que un 60 por ciento sea privada y el 40 por ciento restante proceda de fondos públicos y de la financiación propia que genere el museo.
Este nuevo centro de cultura visual contemporánea, que además de su apuesta por la excelencia e innovación nace con un claro compromiso con el respeto del entorno y el ahorro energético, se integrará a la perfección con el paisaje, gracias al proyecto de Rafael Moneo, cuyas principales líneas explicó ayer. Habló de su arquitectura fragmentada, del material escogido (el hormigón) —un homenaje a la familia Huarte, que se dedicó a la industria de la construcción—, de las cubiertas ajardinadas, de las curvas en el suelo, del patio abierto, del sky line del museo con Pamplona al fondo... Y es que el museo será un puente entre la ciudad (muy cercana) y el campus (estará próximo al rectorado, la biblioteca y las Facultades de Filosofía y Periodismo). «Hay dos tipos de museos, explica Rafael Moneo: los que tratan de definir con la propia arquitectura y los que dejan que uno tome la iniciativa con absoluta libertad ». Y la arquitectura de Rafael Moneo no impone nada en absoluto. ¿Cree que habrá polémica con este proyecto, como la hubo en la ampliación del Prado?, le preguntan. «No debería ser polémico —responde con estoica resignación—, pero tocaré madera».
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