Rubalcaba fracasa en su intento de aprobar las listas por unanimidad
Zapatero intervino por sorpresa ante el Comité Federal para reivindicarse de nuevo, mientras el candidato lanza otro lema: «un político, un sueldo»
GABRIEL SANZ
MADRID
El Comité Federal del PSOE aprobó ayer las candidaturas a Congreso y Senado por 173 votos a favor y 14 abstenciones que reflejan el malestar por la exclusión de veteranos con valía, como es el caso del extremeño Francisco Fernández Marugán y, sobre todo, por la desaparición de la histórica corriente Izquierda Socialista (IS) del próximo grupo parlamentario. De hecho, diez de las abstenciones corresponden a miembros del PSM, liderados por Tomás Gómez, en protesta porque Ferraz cambiara a última hora su lista para relegar al portavoz de esa corriente, Juan Antonio Barrio de Penagos, a un puesto de no elección en favor de Pedro Sánchez (puesto 11) y de Manuel de la Rocha, el hombre de UGT (12). La otra abstención, no anunciada, constituyó la sorpresa de la mañana en el hotel Auditorium de Madrid. Fue nada menos que del ex secretario de Organización en tiempos de Felipe González y Alfonso Guerra, Txiki Benegas, para protestar por la exclusión de Marugán.
En total, el PSOE presenta una renovación del 75% en sus candidaturas aunque bien es cierto que no es la que quería Rubalcaba. Muchos de los «nuevos» son miembros de los «aparatos» provinciales que han quedado descolocados tras la debacle del 22-M. Y en cuanto a la paridad, es cierto que Rubalcaba pasa de las 13 cabezas de lista que tuvo Zapatero en 2008 a las 19 de ahora en Congreso y otras tantas en Senado.
Su problema es que el sábado 1 de octubre dijo a los barones en la conferencia política: «vamos a llevarnos bien», demos una vuelta a las candidaturas para meter más mujeres cabezas de lista (entonces eran 17), y solo le ha hecho caso Gaspar Zarrías, que ha cedido su «número uno» a Concepción Gutíerrez. En el caso de Guadalajara, Magdalena Valerio es una solución impuesta por Ferraz ante el lío provincial.
Y, por si fuera poco, Zapatero decidió ayer por sorpresa ejercer sus prerrogativas de secretario general e intervino para decir que Rubalcaba lo está haciendo «muy bien» y para pedir a los candidatos que defiendan su legado en reformas como el matrimonio homosexual o la Ley de Dependencia. A lo cual, el candidato respondió desde la tribuna intentando dejar un ramillete de titulares de futuro: «un político, un sueldo», quiere Pérez Rubalcaba, que criticó a los gobiernos del PP por permitir los «sueldazos innobles» en cajas de ahorro.
Además, «recoge el guante» de Mariano Rajoy y quiere un gran acuerdo nacional para revisar la estructura política del país, de manera que se puedan reducir y adelgazar el Congreso, Senado, gobiernos y parlamentos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones, para hacerlos menos costosos. Eso sí, advirtió, el PSOE no va a dejar «que vuelvan los caciques a los pueblos».
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