EUROPA
La crisis de la deuda explicada con muñecos de Lego
¿Cómo vería la situación económica europea un niño de 9 años?
La crisis de deuda soberana puede ser entendida por un niño de 9 años. Con juguetes mediante. El banco de inversión estadounidense J.P. Morgan ha aceptado el desafío y ha utilizado muñecos de Lego para explicar la situación económica europea. Soldados imperiales que luchan en nombre de la Comisión Europea. El dios Odín como Bundesbank. Y España, de torero. Las flechas indican hacia donde se desplazan los costes de la deuda de cada personaje. Paso a paso, los actores que intervienen en un juego menos complejo de lo que parece:
1. España, Italia y los estados europeos periféricos: representados por un torero (España) y un corredor de Ferrari (Italia), quieren que el Banco Central Europeo siga comprando bonos de deuda y les de tiempo para implantar planes de austeridad.
2. La coalición gubernamental germana: el partido de Merkel, los democristianos de la CDU; la CSU y los liberales del FDP. Las tres formaciones que controlan el Bundestag rechazan que Alemania se comprometa a acuerdos mayores a los ya alcanzados en Europa. Facciones minoritarias de los tres grupos ya han mostrados su rechazo a la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) para resolver la cuestión griega. Son reticentes a los eurobonos: quieren una mayor integración fiscal a cambio.
3. Finlandia: el marinero finés es desconfiado: busca garantías de pago por parte de Grecia a cambio de participar en su rescate.
4. El partido socialdemócrata germano y los verdes: tras su éxito en los comicios municipales de Berlín, si las elecciones se celebraran hoy en Alemania, los dos partidos formarían Gobierno según las encuestas. Ambos son favorables a la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.
5. Bundesbank: Odín, el dios nórdico de la sabiduría, protege los intereses germanos en la crisis. Quiere reformas laborales y en materia de pensiones por parte de los países periféricos.
6. El Fondo Monetario Internacional (FMI): el cerdito de Toy Story representa a la institución presidida por Christine Lagarde: una hucha llena de monedas para todos. Tiene un papel «pasivo»: inyecta dinero y supervisa planes de austeridad en Grecia que fracasan «miserablemente». Lagarde le puede dar un nuevo rumbo más activo después de declarar que los bancos continentales requieren una recapitalización de 200.000 millones de euros.
7. El Banco Central Europeo (BCE): el banquero, Jean- Claude Trichet, al que todos piden dinero. Países, bancos, empresas...todo gira en torno a él. Ha comprado títulos de deuda de países como Irlanda, España, Italia, Grecia o Portugal con tal de que sus primas de riesgo se relajen. La desconfianza entre los bancos europeos hacen que sólo le pidan crédito a él: nadie confía en nadie.
8. Polonia: el obrero que se protege detrás del muro de la Eurozona. Prefiere retrasar su entrada en la moneda común hasta que el terremoto de la crisis de la deuda pase de largo.
9. Francia: un país de artistas y pintores, pero con un sector bancario profundamente expuesto a la deuda helena. Confían en la actuación del BCE y apoyan la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad.
10. Los contribuyentes de los países centroeuropeos: una turba enfadada porque va a pagar las consecuencias de la crisis de la deuda (ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad) y los apuros periféricos.
11. La Comisión Europea y el Eurogrupo: oficiales imperiales, encabezados por Durao Barroso y Jean-Claude Juncker, que luchan contra las rebeliones franco-alemanas y pretenden la creación de eurobonos. Su poder es limitado: el eje encabezado por Sarkozy y Merkel impone sus tésis.
12. Los inversores: monóculo en mano, han llenado sus maletines de bonos de deuda europeos.
P.D. Islandia : el apacible pescador que rechazó ayudar a los bancos endeudados. A pesar de las alarmas que provocó esta decisión ha dejado de estar bajo supervisión del FMI y ya tiene acceso a los mercados internacionales de financiación. Sigue contando con altas tasas de desempleo (sobre el 6%) e inflación, pero ahora se beneficia de una mejora de sus perspectivas económicas y financieras: la deuda de sus bancos no la han soportado las arcas públicas.
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