Los Secretos: «Nosotros vivimos de las emociones, no del mercado»
El grupo publica su nuevo álbum, «En este mundo raro», después de cinco años sin material de estreno
Los Secretos se me revelaron muy pronto. Cuando todavía se llamaban Tos, y su primera maqueta empezaba a sonar en Onda 2, la FM de Radio España, a finalísimos de los 70. Crecimos juntos. Por las mismas calles. Doblando las esquinas que entonces nos parecían más rosadas que ahora. La vida nos fue clavando puñales parecidos , y también nos regaló bombones de los mismos sabores. Vivimos el amor y nos bebimos el desamor. Y tres décadas después, aunque no estamos todos, bastantes seguimos dando guerra. Cada uno en su casa y un estribillo de Los Secretos en la de muchos.
Estribillos como los que una vez más te encandilan en su nuevo disco, «En este mundo raro» , «el álbum más de grupo de todos, con más sabiduría», explican, y es cierto, pues en él hay composiciones de toda la banda (Álvaro Urquijo, voz y guitarras; Jesús Redondo, teclados; Ramón Arroyo, guitarras; Juanjo Ramos, bajo; y Santi Fernández, batería) y de amigos como el mamá José María Granados y Chema Vargas.
Un título que rinde homenaje a aquel «Un mundo raro» , del genial José Alfredo Jiménez (una de las muchas y deliciosas referencias del grupo madrileño), una canción que Enrique interpretó de manera desgarradora y que el abuelo de los Urquijo les ponía de pequeños en un viejo casette. Además, es también la explicación que Álvaro le dio a su hija ante una típica pregunta infantil. El título, según el propio Álvaro, también hace referencia a este mundo «enrarecido, un mundo lleno de mentiras y de mentirosos, en el que sufren siempre los mismos».
Tantos discos, tantos conciertos, tantos hoteles, tantas carreteras... ¿Todavía hay presión, algo que demostrar a estas alturas? «La presión —continúa Álvaro Urquijo— no es por la compañía, ni por la Prensa, ni por el qué dirán, es por la gente que paga una entrada por verte, que compra el disco, la gente que se toma la molestia de atenderte. Esa gente se lo merece todo, ese es el nivel máximo de nuestra exigencia».
La gran familia
Entre los muchos secretos del grupo para permanecer ahí durante tres décadas están, sin duda, sus relaciones de «gran familia», como ellos dicen, aunque como explica Álvaro, «no es algo consciente, igual que no lo eres de tu familia en la que puedes estar peleado con tu hermano pero que como alguien se meta con él, matas».
Y otro secreto a voces, el río de emotividad que fluye entre el grupo y sus seguidores. «Realmente —asegura Álvaro Urquijo— creo que no es tanto un valor nuestro como una carencia de los demás. No nos sentimos especiales, hacemos la música que nos gusta, la que aprendimos, la que siempre quisimos imitar, cantando con gusto y con letras sentidas. ¿Melancólicos? No es algo que nos moleste. Casi todas las canciones importantes de tu vida son así. Dylan, Cohen, Springsteen , Jackson Browne, Van Morrison todos están llenos de emotividad y melancolía. Nosotros vivimos de los sentimientos, de las emociones, no del mercado». «Al fin y al cabo, las penas cantadas siempre son menos penas» , sentencia el guitarrista Ramón Arroyo.
Treinta años después, la emoción de Los Secretos sigue ahí.
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