Temieron por su vida los cuatro periodistas italianos secuestrados en Libia
«Los milicianos de Gadafi querían matarnos, pero dos jóvenes nos han salvado». «El conductor rezaba por su vida y fue asesinado ante nuestros ojos», han dicho. Los corresponsales fueron golpeados y se les robó todo

Temieron por su vida los cuatro periodistas italianos secuestrados el miércoles por la mañana y liberados el jueves. Claudio Monici , enviado de «Avvenire», Domenico Quirico , de «La Stampa», y Elisabetta Rosaspina y Giuseppe Sarcina , ambos del «Corriere della Sera» fueron detenidos por milicianos leales a Gadafi cuando, procedentes de Zawiya se dirigían al hotel Intercontinental, se encontraban a un kilómetro del centro de Trípoli, fuera de la Plaza Verde.
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En Rosaspina , que trabajó hasta hace poco como corresponsal en Madrid, y Sarcina se evidenciaban heridas en la cara. En el momento del secuestro fueron golpeados, amenazados y se les robó todo: pasaportes, ordenadores, dinero y teléfonos. Su chófer fue asesinado delante de ellos. En opinión de Quirico , «pudo ser determinante para su muerte el que en su pasaporte figurase que era natural de Zawiya, localidad en poder de los rebeldes, y que en el coche llevara un fusil Kalashnikov». «Asesinaron de inmediato al conductor –añadió Quirico -, después intentaron matarnos a nosotros. Nunca he visto el odio tan abiertamente expreso en una cara de hombre como en las de quienes querían matarnos. Pero algunos libios «de buena voluntad» , como dice la Biblia, se lo impidieron. Dos jóvenes libios nos arrancaron de las manos de los secuestradores y nos llevaron a un pequeño garaje para mantenernos lejos de esos locos. Nos dieron agua y unas galletas y después nos trasladaron a una casa».
«Arriesgaron su vida por nosotros»
Esos dos jóvenes cargaron esta mañana a los cuatro periodistas en un coche, y después de cruzar áreas de Trípoli controladas por milicianos leales a Gadafi, los han dejado en un puesto de control de fuerzas rebeldes.
Los cuatro periodistas se han deshecho en elogios hacia los dos jóvenes libios , con emocionadas palabras: “Han sido dos personas espléndidas, de una humanidad conmovedora”, ha declarado Sarcina, el enviado del Corriere. Domenico Quirico , de La Stampa, confesó a su director al ser liberado: “Ahora estoy bien. Hasta hace una hora pensaba que estaba muerto. Nos han salvado dos jóvenes a los que debemos todos, dos jóvenes que con coraje arriesgaron su vida por nosotros”.
Los cuatro periodistas italianos reconocen que están “vivos de milagro” y recuerdan con emoción y afecto al conductor asesinado: “Pienso a la familia de nuestro chófer –dice Claudio Monici, enviado del “Avvenire”. Nos pidió que saludáramos a su padre y su madre. Era un hombre bueno. Hablaba un mixto de italiano e inglés. Lo he visto rezar por su vida”.
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