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«Sí me extrañó que hubiese al principio tan pocos músicos españoles»

Wioletta Zabek es concertino de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León desde su fundación hace dos décadas, por lo que su trayectoria es paralela a la primera agrupación musical de la Comunidad Autónoma

«Sí me extrañó que hubiese al principio tan pocos músicos españoles» f. blanco

félix iglesias

Llegó en 1991 cuando la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) estaba a punto de crearse. Arribó a Valladolid con sus padres, también músicos, desde su Polonia natal, donde era concertino de la Polska Filharmania Kameralna. En una de sus giras por el continente europeo, tuvieron noticia del nacimiento de una orquesta nueva en España. Su padre, el también violinista Stefan Zabek, no dudó aventurarse en un país que le resultaba especialmente entrañable. Su trayectoria artística corre paralela a la OSCyL.

- ¿Qué se encontró hace 20 años?

- Me sentí muy como desde el primer momento, gracias a la amabilidad y acogida de la gente. Tras la pruebas, Carlos Rubio, entonces gerente, y Max Bragado, director en aquel momento, nos dijeron que estábamos en la orquesta, donde había sobre todo músicos del Este en la sección de cuerda, también valencianos y estadounidenses. Sí me extrañó que hubiese tan pocos músicos españoles. La verdad es que con Bragado estuvimos ensayando en verano, aunque hubo tiempo para las vacaciones, si bien en septiembre con el comienzo de la primera temporada como Orquesta Sinfónica de Castilla y León estábamos perfectamente preparados.

- Por lo que veo no le costó adaptarse a España y a la nueva orquesta.

- En cierto modo se puede decir que nunca hubo momentos malos en los inicios. Era muy ilusionante empezar una nueva etapa profesional y protagonizar junto a un gran colectivo de músicos el nacimiento de una orquesta. La verdad es que todos estos años hemos tenido mucha suerte con los directores y gerentes que hemos tenido.

- Precisamente sobre ese aspecto le quería preguntar. Supongo que cada uno aportó lo suyo a la OSCyL. .

- Evidentemente. Cada uno llegó y trabajó con sus ideas en beneficio de la orquesta. Además, en estos momentos con la crisis económica tenemos mucha suerte con nuestro gerente, Félix Alcaraz, y sus magníficas ideas, que me atrevo a calificar de espectaculares para desarrollar nuevos proyectos con el objetivo, entre otros, de captar nuevos públicos. Además, el trato personal también es muy bueno.

- Lo que si fue una pesadilla son las sedes por las que ha pasado la OSCyL. ¿Qué recuerda de ellas?

- La verdad es que eran sedes muy problemáticas y poco aptas para la música. El Teatro Carrión, la primera sede, tenía mala acústica, el escenario era pequeño y ni siquiera había camerinos. El Teatro Calderón no estaba mal, pero con la reforma perdió mucha calidad en la acústica. Y bueno, el Teatro Lope de Vega simplemente se nos cayó el techo encima, lo que nos obligó a ir al auditorio de la Feria de Muestras.Ahora con las sala sinfónica del Centro Cultural Miguel Delibes podemos presumir de tener uno de los mejores auditorios de España.

- También en estas dos décadas han tocado en todo tipo de escenario en Castilla y León, algunos no aptos para una orquesta?

- En los primeros años en pequeñas localidades y ciudades teníamos que tocar en escenarios no preparados, donde sólo podía tocar la mitad de la orquesta, por no hablar de las condiciones acústicas. Pero es nuestra obligación para dar a conocer el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y divulgar la música entre los ciudadanos. Ahora con los años, ya tenemos mejores espacios como el Auditorio Ciudad de León.

«La orquesta está entre las cuatro primeras de España»

- La verdad es que en 20 años el panorama ha cambiado mucho. ¿Cuál es, a su juicio la evolución de la OSCyL?

- En estos años España ha cambiado mucho y para mejor. Sólo en auditorios, el país tiene auditorios espectaculares como el de la Nacional, de Zaragoza, Santander o Barcelona y, por supuesto, el Delibes de Valladolid. En cuanto a la orquesta, el nivel también ha progresado muchísimo, a la vez que hay muchos más músicos españoles que al principio. De hecho, los jóvenes salen mucho al extranjero a formarse y a actuar. También creo que en todo ello ha influido el contacto y el trabajar con músicos extranjeros.

- ¿Qué pasa con el público joven?

- Cuesta, pero ahí están las políticas de abonos para jóvenes y de última hora. Es importante programar grandes orquestas y solistas, como hace el Delibes. Nunca ha habido tanto público como ahora.

- ¿Dónde situaría a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León?

- Está mal que lo diga yo, pero entre las cuatro o cinco primeras con las de La Coruña, Tenerife y Sevilla.

- También han sido dos décadas de tocar con directores y músicos que admira o les sorprendieron. ¿Puede darnos algunos nombres?

- Me voy a dejar alguno pero como directores Gianandrea Noseda, Krzysztof Penderecki, Jesús López Cobos, Antoni Ros-Marbá y como músicos Félix Ayo, Agustín Leo Ara, Natalia Gutman, Joaquín Achúcarro y la gran Teresa Berganza

- ¿Barroca, clásica, contemporánea? ¿Otros géneros?

- Todos, aunque algo más la llamada clásica. También me gusta el jazz.

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