suplemento empresa
«El copago no es la panacea para el déficit sanitario»
Eric Patrouillard, presidente y director general de Lilly España

A pesar de nacer en Francia, Eric Patrouillard (Saint-Etienne, 1965) conoce bien la realidad española. En concreto la de su sistema sanitario, tan cuestionado en los últimos tiempos. Este francés con abuela catalana dirige desde 2009 la división hispana de Lilly, una de las diez mayores empresas farmacéuticas del mundo. Le ha tocado vivir una época difícil, de recortes del gasto farmacéutico en nuestro país sobre los que se posiciona en contra.
Acerca de la posibilidad de un copago sanitario, Patrouillard no encuentra «que vaya a ser la panacea al problema de financiación del sistema sanitario español». «Las medidas de recorte a la industria farmacéutica no van a solucionar la deuda de 15.000 millones de euros del sistema sanitario», aseguró un día antes de que la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) propusiera reducir el gasto farmacéutico español hasta situarlo en la media europea. El directivo remarca que los medicamentos son «una parte pequeña del gasto sanitario total en España» (en la actualidad, en torno a un 20%) y que al atacar siempre a esa partida del gasto, «se olvidan todos los beneficios que aporta el sector».
«España dedica un 6% del PIB a la Sanidad, tres puntos menos que la media europea», recuerda y plantea que la solución en el caso patrio «no debería ser recortar, sino gastar un poco más en salud: aumentar los fondos disponibles para ello». Para ello, recomienda que haya presupuestos finalistas en Sanidad para asegurar que las comunidades autónomas destinen a este ámbito lo que se les asigna para ello en un principio. Patrouillard es claro sobre la situación nacional: «El mercado farmacéutico español está sufriendo una situación dramática que hace que muchas compañías pequeñas vayan a desaparecer: la industria ya ha perdido más de 4.000 empleos en los dos últimos meses». Y cita un decrecimiento del sector de más del 10% respecto al año pasado, un dato «sin precedentes».
Con la pérdida este año de la patente de Zyprexa, medicamento que aportaba los mayores ingresos para Lilly, el directivo reconoce que la compañía también se ha visto afectada por la crisis, con previsiones que incluyen una reducción del 10% en ventas para el grupo durante los dos próximos ejercicios, pese a lo cual su «gran objetivo» será tratar de mantener el empleo. Pese a estos datos, la apuesta de Lilly pasa por la innovación, a la que dedica un 20% de lo que factura: el grupo norteamericano tiene 70 moléculas en distintas fases de desarrollo para sacarlas en un futuro. Aún con un crecimiento global del 7%, Patrouillard avisa que Lilly va a vivir un momento «difícil» debido a que la empresa sacará al mercado pocos productos nuevos hasta 2015. En una época en la que grandes farmacéuticas como Pfizer han optado por las fusiones con otras empresas del sector para hacer frente a la competencia creciente de los genéricos y a la pérdida de las patentes de medicamentos estrella (como ha sido el caso de Zyprexa), Lilly no muestra gran interés en seguir esa senda. En palabras de Patrouillard, la compañía seguirá con su estrategia de alianzas puntuales. «Espero que España encuentre formas de salir de la crisis», desea. Y recuerda la necesidad de proteger a la industria farmacéutica, sector que aporta «un empleo del conocimiento, que se ha demostrado resiste mejor a las crisis que el del cimiento».
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